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miércoles, 31 de diciembre de 2014

"Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe"

Séptimo día de la Octava de Navidad


Epístola I de San Juan 2, 18-21.

Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros. Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad.


Salmo 96(95), 1-2.11-12.13.

Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
día tras día, proclamen su victoria.

Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
Él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.


del Evangelio según San Juan 1, 1-18.

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, que has establecido el principio y la plenitud de toda religión en el nacimiento de tu Hijo Jesucristo: te suplicamos nos concedas la gracia de ser contados entre los miembros vivos de su Cuerpo, porque sólo en él radica la salvación del mundo. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El Prólogo es la primera cosa que se ve al abrir el evangelio de Juan. Pero fue la última en ser escrita. Es el resumen final, puesto en el comienzo. En él, Juan describe la caminada de la Palabra de Dios. Ella estaba junto a Dios, desde antes de la creación y por medio de ella todo fue creado. Todo lo que existe es expresión de la Palabra de Dios. Como la Sabiduría de Dios (Prov 8,22-31), la Palabra quiso llegar más cerca de nosotros y se hizo carne en Jesús. Vino en medio de nosotros, realizó su misión y volvió a Dios. Jesús es esta Palabra de Dios. Todo lo que dice y hace es comunicación que nos revela al Padre.

• Diciendo "En el principio era la Palabra", Juan evoca la primera frase de la Biblia que dice: "En el principio Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1). Dios creó todo por medio de su Palabra. "El habló y las cosas empezaron a existir" (Sl 33,9; 148,5). Todas las criaturas son una expresión de la Palabra de Dios. Esta Palabra viva de Dios, presente en todas las cosas, brilla en las tinieblas. Las tinieblas intentan apagarla, pero no lo consiguen. La búsqueda de Dios, siempre nueva, renace en el corazón humano. Nadie consigue taparla. ¡No conseguimos vivir sin Dios por mucho tiempo!

• Juan Bautista vino para ayudar al pueblo a que descubriera y saboreara esta presencia luminosa y consoladora de la Palabra de Dios en la vida. El testimonio de Juan el Bautista fue tan importante, que mucha gente pensaba de él que era el Cristo (Mesías). (Hechos 19,3; Jn 1,20) Por eso, el Prólogo aclara diciendo: "¡Juan no era la luz! Vino para dar testimonio de la luz!"

• Así como la Palabra de Dios se manifiesta en la naturaleza, en la creación, asimismo se manifiesta en el "mundo", esto es, en la historia de la humanidad y, en particular, en la historia del pueblo de Dios. Pero el “mundo" no reconoció ni recibió la Palabra. El "vino para los suyos, pero los suyos no le recibieron". Aquí, cuando dice mundo, Juan quiere indicar el sistema tanto del imperio como de la religión de la época, ambos encerrados en si mismos y, por esto mismo, incapaces de reconocer y recibir la Buena Nueva (Evangelio), la presencia luminosa de la Palabra de Dios.

• Pero las personas que se abren aceptando la Palabra, se vuelven hijos e hijas de Dios. La persona se vuelve hijo o hija de Dios no por propios méritos, ni por ser de la raza de Israel, sino por el simple hecho de confiar y creer que Dios, en su bondad, nos acepta y nos acoge. La Palabra de Dios entra en la persona y hace con que ella se siente acogida por Dios como hija, como hijo. Es el poder de la gracia de Dios.

• Dios no quiere quedarse lejos de nosotros. Por esto, su Palabra llegó más cerca todavía y se hizo presente en medio de nosotros en la persona de Jesús. El Prólogo dice literalmente: "La Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros" Antiguamente, en el tiempo del éxodo, allí en el desierto Dios vivía en una tienda en medio del pueblo (Ex 25,8). Ahora, la tienda donde Dios mora con nosotros es Jesús, "lleno de gracia y de verdad" Jesús vino a revelar quién es este Dios nuestro, que está presente en todo, desde el comienzo de la creación.

Para la reflexión personal

• Todo lo que existe es una expresión de la Palabra de Dios, una revelación de su presencia. ¿Será que soy suficientemente contemplativo para poder percibir y experimentar esta presencia universal de la Palabra de Dios?
• ¿Qué significa para mí poder ser llamado hijo de Dios?

Oración final

Griten de gozo los árboles del bosque,
delante de Yahvé, que ya viene,
viene, sí, a juzgar la tierra!
Juzgará al mundo con justicia,
a los pueblos con su lealtad. (Sal 96,12-13)

(fuente: ocarm.org)

martes, 30 de diciembre de 2014

"Aclamen la gloria del nombre del Señor"

Sexto día de la Octava de Navidad


Epístola I de San Juan 2, 12-17.

Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús. Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno. Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno. No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la ostentación de la riqueza.- Todo esto no viene del Padre, sino del mundo. Pero el mundo pasa, y con él, sus deseos. En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente.


Salmo 96(95), 7-8a.8b-9.10.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor.

Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él!

Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.


del Evangelio según San Lucas 2, 36-40.

Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.


LECTIO DIVINA

Oración

Dios todopoderoso, a quien nadie ha visto nunca; tú que has disipado las tinieblas del mundo con la venida de Cristo, la Luz verdadera, míranos complacido, para que podamos cantar dignamente la gloria del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina ...

Reflexión

• En los primeros dos capítulos de Lucas, todo gira alrededor del nacimiento de dos criaturas: Juan y Jesús. Los dos capítulos nos hacen sentir el perfume del Evangelio de Lucas. En ellos, el ambiente es de ternura y de alabanza. Desde el comienzo hasta el fin, se alaba y se canta la misericordia de Dios: los cánticos de María (Lc 1,46-55), de Zacarías (Lc 1,68-79), de los ángeles (Lc 2,14), de Simeón (Lc 2,29-32). Finalmente, Dios llega para cumplir sus promesas, y las cumple a favor de los pobres, de los anawim, de los que supieron perseverar y esperar su venida: Isabel, Zacarías, María, José, Simeón, Ana y los pastores.
• Los capítulos 1 y 2 del Evangelio de Lucas son muy conocidos, pero se profundiza poco en ellos. Lucas escribe imitando los escritos del AT. Es como si los dos primeros capítulos de su evangelio fueran el último capítulo que abre la puerta para la llegada del Nuevo. Estos dos capítulos son el gozne entre el AT y el NT. Lucas quiere mostrar cómo se está realizando las profecías. Juan y Jesús cumplen el Antiguo e inician el Nuevo.
• Lucas 2,36-37: La vida de la profetisa Ana. “Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido, y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones”. Al igual que Judit (Jd 8,1-6), Ana es viuda. Al igual que Débora (Ju 4,4), ella es profetisa. Esto es, una persona que comunica algo de Dios y que tiene una apertura especial para las cosas de la fe hasta el punto de poderlas comunicar a los demás. Ana se casó joven, vivió casada siete años, se quedó viuda y siguió dedicándose a Dios hasta los 84 años. Hoy, en casi todas nuestras comunidades, en el mundo entero, es posible encontrar a gente de una cierta edad, mujeres, muchas de ellas viudas, cuya vida se resume en rezar, asistir a celebraciones y servir al prójimo.
• Lucas 2,38: Ana y el niño Jesús. “Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén”. Llegó al templo en el momento en que Simeón abrazaba al niño y conversaba con María sobre el futuro del niño (Lc 2,25-35). Lucas sugiere que Ana participó en ese gesto. La mirada de Ana es una mirada de fe. Ve a un niño en los brazos de su madre y descubre en el al Salvador del mundo.
• Lucas 2,39-40: La vida de Jesús en Nazaret. “Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”. En estas pocas palabras, Lucas comunica algo del misterio de la encarnación. “El Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (Jn1,14). El Hijo de Dios se volvió en todo igual a nosotros, y asumió la condición de siervo (Filip 2,7). Fue obediente hasta la muerte y a la muerte de cruz (Filip 2,8). De los treinta y tres años que vivió entre nosotros, treinta los vivió en Nazaret. Si uno quiere saber cómo fue la vida del Hijo de Dios durante los años que vivió en Nazaret, tiene que tratar de conocer la vida de cualquier nazareno de aquella época, cambiar el nombre, ponerle el nombre de Jesús y conocerá la vida del Hijo de Dios durante los treinta y tres años de su vida, igual a nosotros en todo, excepto en el pecado (Heb 4,15). En estos treinta años de su vida, “El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”. En otro lugar Lucas afirma la misma cosa con otras palabras. Dice que el niño “crecía en sabiduría, en edad y en gracia, tanto para Dios como para los hombres” (Lc 2,52). Crecer en sabiduría significa asimilar los conocimientos, la experiencia humana acumulada a lo largo de los siglos: los tiempos, las fiestas, los remedios, las plantas, las oraciones, las costumbres, etc. Esto se aprende viviendo y conviviendo e la comunidad natural de la gente. Crecer en edad significa nacer pequeño, crecer y devenir adulto. Es el proceso de cada ser humano, con sus alegrías y tristezas, sus descubrimientos y frustraciones, sus rabias y sus amores. Esto se aprende viviendo y conviviendo en la familia con los padres, los hermanos y las hermanas, los tíos y los parientes. Crecer en gracia significa: describir la presencia de Dios en la vida, su acción en todo lo que acontece, la vocación, su llamada. La carta a los Hebreos dice que: “Aun siendo Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer” (Heb 4,8).

Para la reflexión personal

• ¿Conoces a personas como Ana, que tienen una mirada de fe sobre las cosas de la vida?
• Crecer en sabiduría, en edad y en gracia: ¿Cómo acontece esto en mi vida?

Oración final

Cantad a Yahvé, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)

(fuente: ocarm.org)

lunes, 29 de diciembre de 2014

"Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción"

Quinto día de la Octava de Navidad

Epístola I de San Juan 2, 3-11.

La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él. El que dice que permanece en él, debe proceder como él. Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron. sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz. El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar. Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.


Salmo 96(95), 1-2a.2b-3.5b-6.

¡Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,

Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.

No son más que apariencia,
en su presencia hay esplendor y majestad,
en su Santuario, poder y hermosura.


del Evangelio según San Lucas 2, 22-35.

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Dios todopoderoso, a quien nadie ha visto nunca; tú que has disipado las tinieblas del mundo con la venida de Cristo, la Luz verdadera, míranos complacido, para que podamos cantar dignamente la gloria del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina ...

Reflexión

• Los primeros dos capítulos del Evangelio de Lucas, escrito en la mitad de los años 80, no son historia según el sentido en que hoy entendemos la historia. Funcionan mucho más como espejo, en el cual los cristianos convertidos del paganismo, descubrieron que Jesús había venido a realizar las profecías del Antiguo Testamento y a atender las más profundas inspiraciones del corazón humano. Son, asimismo, símbolo y espejo de lo que estaba ocurriendo entre los cristianos del tiempo de Lucas. Las comunidades llegadas del paganismo habían nacido de las comunidades de judíos convertidos, pero eran diferentes. El Nuevo no correspondía a lo que el Antiguo imaginaba y esperaba. Era "señal de contradicción" (Lc 2,34), causaba tensiones y era fuente de mucho dolor. En la actitud de María, imagen del Pueblo de Dios, Lucas representa un modelo de cómo perseverar en el Nuevo, sin ser infiel al Antiguo.
• En estos dos primeros capítulos del Evangelio de Lucas, todo gira entorno del nacimiento de dos niños: Juan y Jesús. Los dos capítulos nos hacen sentir el perfume del evangelio de Lucas. En ellos, el ambiente es de ternura y de alabanza. Desde el comienzo al fin, se alaba y se canta, pues, por fin, la misericordia de Dios se reveló en Jesús; él cumplió las promesas hechas a los padres. Y Dios las cumplió a favor de los pobres; de los anawim, como Isabel y Zacarías, María y José, Ana y Simeón, los pastores. Estos supieron esperar su venida.
• La insistencia de Lucas en decir que María y José cumplieron todo aquello que la Ley prescribe, evoca lo que Pablo escribió en la carta a los Gálatas.: “Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, sometido a la Ley para rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que fuesen adoptados como hijos” (Gal 4,4-5).
• La historia del viejo Simeón enseña que la esperanza, aunque se demore, un día se realiza. No se frustra, ni se deshace. Pero la forma de realizarse no siempre corresponde a la manera que nos imaginamos. Simeón esperaba al Mesías glorioso de Israel. Llegando al templo, en medio de tantas parejas que llevan a sus niños, él ve a una pareja pobre de Nazaret. Y en esta pareja pobre con su niño ve la realización de su esperanza y de la esperanza del pueblo: “Mis ojos han visto la salvación ante todos los pueblos para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel."
• En el texto del evangelio de este día, aparecen los temas preferidos por Lucas, a saber, una gran insistencia en la acción del Espíritu Santo, en la oración y en el ambiente orante, una atención continua a la acción y participación de las mujeres, y una preocupación constante con los pobres y con el mensaje para los pobres.

Para la reflexión personal

• ¿Serías capaz de percibir en un niño pobre la luz para iluminar a las naciones?
• ¿Serías capaz de aguantar una vida entera esperando la realización de tu esperanza?

Oración final

¡Cantad a Yahvé un nuevo canto,
canta a Yahvé, tierra entera,
cantad a Yahvé, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación día a día. (Sal 96,1-2)

(fuente: ocarm.org)

domingo, 28 de diciembre de 2014

"El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él"

Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José

Libro de Génesis 15, 1-6.21,1-3.

Después de estos acontecimientos, la palabra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos términos: "No temas, Abrám. Yo soy para ti un escudo. Tu recompensa será muy grande". "Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?". Después añadió: "Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero". Entonces el Señor le dirigió esta palabra: "No, ese no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti. Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: "Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia". Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. El Señor visitó a Sara como lo había dicho, y obró con ella conforme a su promesa. En el momento anunciado por Dios, Sara concibió y dio un hijo a Abraham, que ya era anciano. Cuando nació el niño que le dio Sara, Abraham le puso el nombre de Isaac.


Salmo 105(104), 1b-2.3-4.5-6.8-9.

Hagan conocer entre los pueblos sus proezas;
canten al Señor con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas!

¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!
¡Recurran al Señor y a su poder,
busquen constantemente su rostro;
recuerden las maravillas que él obró,
sus portentos y los juicios de su boca!

Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac.


Carta a los Hebreos 11, 8.11-12.17-19.

Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. También por la fe, Sara recibió el poder de concebir, a pesar de su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar. Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a aquel de quien se había anunciado: De Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre. Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía poder, aun para resucitar a los muertos. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo.


del Evangelio según San Lucas 2, 22-40.

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel".
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

¡Oh Dios, nuestro Creador y Padre! Tú has querido que tu Hijo, engendrado antes de la aurora del mundo, fuese miembro de una familia humana; revive en nosotros la veneración por el don y el misterio de la vida, para que los padres se sientan partícipes de la fecundidad de tu amor, los ancianos donen a los jóvenes su madura sabiduría y los hijos crezcan en sabiduría, piedad y gracia, para gloria de tu Santo Nombre. Amén.

Un momento de silencio orante - para que la Palabra de Dios pueda morar en nosotros y la dejemos iluminar nuestra vida;
- para que antes de nuestros comentarios, sea la misma luz de la Palabra la que se imponga y brille con su misterio de presencia viviente del Señor.

Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Por qué Jesús, hijo del Altísimo, y su madre María, concebida sin pecado, deben someterse a las prescripciones de Moisés? ¿Quizás porque María no tenía todavía conciencia de su inocencia y santidad?
b) Además de las palabras de Simeón, en su forma de obrar, como también en el de la profetisa Ana ¿hay un significado especial? Su obrar y su alegría, ¿no recuerdan quizás el estilo de los antiguos profetas?
c) ¿Cómo explicar esta "espada que traspasa": se trata de una herida de las conciencias ante los retos y los requerimientos de Jesús? ¿ O, más bien, se trata sólo de un íntimo sufrimiento de la Madre?
d) ¿Puede significar algo esta escena para los padres de hoy, para la formación religiosa de sus hijos, para el proyecto que Dios tiene sobre cada uno de sus hijos, para los miedos y angustias que los padres llevan en el corazón pensando qué sucederá cuando sean grandes sus hijos?

Una clave de lectura para aquéllos que quieran profundizar más en el tema.

a) Según la ley de Moisés / del Señor: es una especie de estribillo, muchas veces repetido. Lucas mezcla dos prescripciones, sin mucha distinción. La purificación de la madre era prevista por el Levítico (12,2-8) y se cumplía cuarenta días después del parto. Hasta ese momento la mujer no podía acercarse a los lugares sagrados, y la ceremonia era acompañada de una ofrenda de animales pequeños, un cordero primal y un pichón o una tórtola. Sin embargo la consagración del primogénito estaba prescrita en el Éxodo 13, 11-16: y era considerada una especie de "rescate" – también con la ofrenda de pequeños animales – en recuerdo de la acción salvífica de Dios cuando libró a los israelitas de la esclavitud de Egipto. En toda la escena los padres aparecen como en el acto de presentar / ofrecer el hijo como se hacía con las víctimas y los levitas; mientras en la figura de Simeón y Ana aparece más bien Dios que ofrece /presenta al hijo para la salvación del pueblo.

b) Las figuras de Simeón y Ana: son figuras cargadas de valor simbólico. Ellos tienen la tarea del reconocimiento, que proviene tanto de la iluminación y del movimiento del Espíritu, como también de una vida llevada en la espera más intensa y confiada. En particular a Simeón se le define como el "prosdekòmenos", a saber, uno que está todo concentrado en la espera, uno que va al encuentro para acoger. Por eso, él también aparece obediente a la ley, la del Espíritu, que lo empuja hacia el Niño, dentro del templo. También el cántico proclama manifiestamente esta su pro-existencia: ha vivido para llegar a este momento: ahora se marcha, para que otros vean también la luz y la salvación para Israel y para las gentes. A su vez Ana, con su avanzada edad (valor simbólico : 84 = 7x12: el doce es el número de las tribus; o también 84–7= 77, perfección redoblada), pero sobretodo con su modo de vivir (ayuno y oración) y con la proclamación de quien "esperaba", completa el cuadro. Ella es guiada por el espíritu de profecía, dócil y purificada en el corazón. Además, pertenece a la tribu más pequeña, la de Aser: signo de que los pequeños y los débiles están más dispuestos a reconocer a Jesús el Salvador. Estos dos ancianos – que son como una pareja original – son símbolos del mejor judaísmo, de la Jerusalén fiel y dócil, que espera y se alegra, y que deja desde ahora en adelante brillar la nueva luz.

c) Una espada que traspasa: en general se interpreta como anuncio de sufrimiento para María, un drama visualizado de la Dolorosa. Pero debemos más bien entender aquí a la Madre como el símbolo de Israel: Simeón intuye el drama de su pueblo, que será profundamente herido de la palabra viva y cortante del redentor (cfr Lc 12, 51-53). María representa el recorrido. Debe confiar pero atravesará dolores y obscuridad, luchas y silencios angustiosos. La historia del Mesías sufriente será dilacerante para todos, también para la Madre: no se sigue a la nueva luz destinada al mundo entero, sin pagar el precio, sin ser provocados a tomar decisiones de riesgo, sin renacer siempre de nuevo de lo alto y en novedad. Pero estas imágenes de "la espada que traspasa," del niño "que hará caer" y sacará a los corazones del sopor, no van separadas del gesto tan cargado de sentido de los dos ancianos: el uno, Simeón, toma entre los brazos el niño, para indicar que la fe es encuentro y abrazo, no idea o teorema: la otra, se hace anunciadora y enciende en "los que esperan" una fulgurante luz.

d) La vida cotidiana, epifanía de Dios: finalmente, es interesante notar que todo el episodio da relieve a las situaciones más simples y familiares: la pareja de esposos con el niño en brazos; el anciano que goza y abraza; la anciana que reza y anuncia, los oyentes que aparecen indirectamente comprometidos. También la conclusión del pasaje escriturístico hace entrever el pueblo de Nazaret, el crecimiento del niño en un contexto normal, la impresión de un niño dotado de forma extraordinaria de sabiduría y bondad. El tema de la sabiduría entrelazada con la vida normal de crecimiento y en el contexto del pueblo, deja la historia como suspendida: ella se reabrirá precisamente con el tema de la sabiduría del muchacho entre los doctores del templo. Y es precisamente también el episodio que sigue inmediatamente (Lc 2, 41-52).

Salmo 122 (123)

¡Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la Casa de Yahvé!
¡Finalmente pisan nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén!
Jerusalén, ciudad edificada
toda en perfecta armonía,
adonde suben las tribus,
las tribus de Yahvé,
según costumbre en Israel,
a dar gracias al nombre de Yahvé.
Allí están los tronos para el juicio,
los tronos de la casa de David.
Invocad la paz sobre Jerusalén,
vivan tranquilos los que te aman,
haya calma dentro de tus muros,
que tus palacios estén en paz.
Por amor de mis hermanos y amigos
quiero decir: ¡La paz contigo!
Por la Casa de Yahvé, nuestro Dios,
pediré todo bien para ti.

Oración final

Te alabamos y Te bendecimos, oh Padre, porque mediante tu Hijo, nacido de mujer por obra del Espíritu Santo, nacido bajo la ley, nos has rescatado de la ley y has llenado nuestra existencia de luz y esperanza nueva. Haz que nuestras familias sean acogedoras y fieles a tus proyectos, ayuden y sostengan en los hijos los sueños y el nuevo entusiasmo, lo cubran de ternura cuando sean frágiles, lo eduquen en el amor a Tí y a todas las criaturas. A Tí nuestro Padre, todo honor y gloria.

(fuente: ocarm.org)

sábado, 27 de diciembre de 2014

"la Vida se hizo visible"

Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista


Epístola I de San Juan 1, 1-4. 

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos. Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado. Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa.


Salmo 97(96), 1-2.5-6.11-12.

¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son
la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.

Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor
y alaben su santo Nombre.


del Evangelio según San Juan 20, 2-8.

Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Dios nuestro, que por medio del apóstol san Juan, has querido descubrirnos la profundidad de la vida y del amor de tu Hijo, haz que seamos capaces de conocer y de amar cada día más a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina

Reflexión

• El evangelio de hoy trae el pasaje del Evangelio de Juan, que habla del Discípulo Amado. Probablemente, se escogió este texto para que se lea y medite en el día de hoy, fiesta de San Juan Evangelista, por la identificación espontánea que todos hacemos del discípulo amado con el apóstol Juan. Lo curioso es que en ningún trozo del evangelio de Juan se dice que el discípulo amado es Juan. Pero desde el más remoto inicio de la Iglesia, siempre se insistió en la identificación de los dos. Por ello, insistiendo en la semejanza entre los dos, corremos el riesgo de perder un aspecto muy importante del mensaje del Evangelio respecto al discípulo amado.
• En el evangelio de Juan el discípulo amado representa la nueva comunidad que nace alrededor de Jesús. El Discípulo Amado está a los pies de la Cruz, junto a María, la madre de Jesús (Jn 19,26). María representa el Pueblo de la antigua alianza. Al final del siglo primero, época en que se hizo la redacción final del Evangelio de Juan, había un conflicto creciente entre la sinagoga y la iglesia. Algunos cristianos querían abandonar el Antiguo Testamento y quedarse sólo con el Nuevo Testamento. A los pies de la Cruz, Jesús dice: “Mujer, ¡he aquí a tu hijo!” y al discípulo amado: “Hijo, ¡he aquí a tu madre!” Y los dos tienen que permanecer unidos, como madre e hijo. Separar el Antiguo Testamento del Nuevo Testamento, en aquel tiempo era lo mismo que lo que hoy llamamos separación entre fe (NT) y vida (AT).
• En el evangelio de hoy, Pedro y el Discípulo Amado, alertados por el testimonio de María Magdalena, corren juntos hacia el Santo Sepulcro. El joven es más veloz que el viejo y llega primero. Mira dentro del sepulcro, observa todo, pero no entra. Deja que Pedro entre. Pedro entra. Es sugestiva la manera en que el evangelio describe la reacción de los dos hombres ante lo que ambos ven: “Entró a la sepultura y vio los lienzos por el suelo. El sudario que pasaba sobre la cabeza no estaba en el suelo como los lienzos, sino enrollado en su mismo lugar. Entonces el otro discípulo, que había llegado primero, entró a su vez, vio y creyó”. Ambos vieron la misma cosa, pero sólo se dice del Discípulo Amado que creyó: “Entonces el otro discípulo, que había llegado primero, entró a su vez, vio y creyó” Por qué? ¿Será que Pedro no creyó?
• El discípulo amado tiene una mirada diferente que percibe más que los demás. Tiene una mirada amorosa que percibe la presencia de la novedad de Jesús. De madrugada, después de aquella noche de búsqueda y después de la pesca milagrosa, es él, el discípulo amado, que percibe la presencia de Jesús y dice “¡Es el Señor!” (Jo 21,7). En aquella ocasión, Pedro, alertado por la afirmación del discípulo amado también reconoce y empieza a entender. Pedro aprende del discípulo amado. Enseguida Jesús pregunta tres veces: “Pedro, ¿me amas tú?” (Jn 21,15.16.17). Por tres veces, Pedro respondió: “¡Tú sabes que yo te amo¡” Después de la tercera vez, Jesús confía las ovejas a los cuidados de Pedro, pues en ese momento también Pedro se vuelve “Discípulo Amado”.

Para la reflexión personal

• Todos los que creemos en Jesús somos hoy el Discípulo Amado. ¿Será que tengo la misma mirada amorosa para percibir la presencia de Dios y creer en su resurrección?
• Separar el Antiguo del Nuevo Testamento es lo mismo que separar Vida y Fe. ¿Cómo hago y vivo esto?

Oración final

Los montes se derriten como cera,
ante el Dueño de toda la tierra;
los cielos proclaman su justicia,
los pueblos todos ven su gloria. (Sal 97,5-6)

(fuente: ocarm.org)

viernes, 26 de diciembre de 2014

"Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará"

Fiesta de san Esteban, protomártir


Libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 8-10.7,54-59.

Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo. Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra, Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".


Salmo 31(30), 3cd-4.6.8ab.16bc.17.

Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.

Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción

Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia;


del Evangelio según San Mateo 10, 17-22.

Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Dios nuestro, que concediste a san Esteban, protomártir, fortaleza para orar por sus verdugos, haz que, a imitación suya, sepamos perdonar de corazón a cuantos nos hayan ofendido o causado algún mal. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Reflexión

• El contraste es grande. Ayer, día de Navidad, tuvimos el pesebre del recién nacido con el canto de los ángeles y la visita de los pastores. Hoy es la sangre derramada de Esteban, apedreado hasta la muerte, porque tuvo el valor de creer en la promesa expresada en la sencillez del pesebre. Esteban criticó la interpretación fundamentalista de la Ley de Dios y el monopolio del Templo. Por eso le mataron (Hechos 6,13-14).
• Hoy, en la fiesta de Esteban, primer mártir, la liturgia nos presenta un pasaje del evangelio de Mateo (Mt 10,17-22), sacado del así llamado Sermón de la Misión (Mt 10,5-42). En él Jesús advierte a sus discípulos diciendo que la fidelidad al evangelio conlleva dificultades y persecución: “a ustedes los arrastrarán ante las autoridades, y los azotarán en las sinagogas”. Más para Jesús lo que importa en la persecución no es el lado doloroso del sufrimiento, más bien el lado positivo del testimonio: “Por mi causa, ustedes serán llevados ante los gobernantes y los reyes, teniendo así la oportunidad de dar testimonio de mí ante ellos y los paganos”. La persecución es una oportunidad para dar testimonio de la Buena Nueva que Dios nos trae.
• Fue lo que aconteció con Esteban. El dio testimonio de su fe en Jesús hasta el último momento de su vida. En la hora de su muerte dijo: “Veo el cielo abierto; y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios” (Hechos 7,56). Y al caerse muerto bajo las piedras imitó a Jesús, gritando: “¡Señor, no les tengas en cuenta este pecado!” (Hechos 7,60; Lc 23,34).
• Jesús había dicho: “Cuando los juzguen, no se preocupen por lo que van a decir ni cómo tendrán que hacerlo; en esa misma hora se les dará lo que van a decir; Pues no van a ser ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre, el que les hablará por ustedes”. Esta profecía se realizó también en Esteban. Sus adversarios “no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba” (Hechos 6,10). “Los miembros del sanedrín tuvieron la impresión de ver en su rostro el rostro de un ángel” (Hechos 6,15). Esteban hablaba “repleto de Espíritu Santo” (Hechos 7,55). Por esto, la rabia de los demás era tan grande y lo lincharon.
• Hoy también sucede lo mismo. En muchos lugares mucha gente es arrastrada ante los tribunales y sabe dar respuestas que superan en sabiduría las de sabios y entendidos (Lc 10,21).

Para la reflexión personal

• Poniéndote en la posición de Esteban: ¿has sufrido alguna vez por causa de tu fidelidad al Evangelio?
• La sencillez del pesebre y la dureza del martirio van a la par en la vida de Santos y Santas y en la vida de tantas personas que hoy son perseguidas hasta la muerte por causa de su fidelidad al evangelio. ¿Tú conoces de cerca personas así?

Oración final

En ti, Yahvé, me cobijo,
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa! (Sal 31,2-3)

(fuente: ocarm.org)

jueves, 25 de diciembre de 2014

"Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios"

Solemnidad de la Natividad del Señor
(Misa del día)


Libro de Isaías 52, 7-10. 

¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: "¡Tu Dios reina!". ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión, ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios.


Salmo 98(97), 1.2-3ab.3cd-4.5-6.

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.

Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey.


Carta a los Hebreos 1, 1-6.

Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo. El es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. El sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia. ¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy? ¿Y de qué ángel dijo: Yo seré un padre para él y él será para mi un hijo? Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: Que todos los ángeles de Dios lo adoren.


del Evangelio según San Juan 1, 1-18.

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo".
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Espíritu de verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad toda entera, abre nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Tú, que descendiendo sobre María de Nazareth, la convertiste en tierra buena donde el Verbo de Dios pudo germinar, purifica nuestros corazones de todo lo que opone resistencia a la Palabra. Haz que aprendamos como Ella a escuchar con corazón bueno y perfecto la Palabra que Dios nos envía en la vida y en la Escritura, para custodiarla y producir fruto con nuestra perseverancia.

El contexto:

El pasaje evangélico que nos viene propuesto hoy forma parte del así llamado evangelio de la infancia lucano que abarca los dos primeros capítulos del tercer evangelio. Se trata de un evangelio de la infancia. Luego el interés primario del autor no es el de informarnos, de presentarnos todos los detalles del nacimiento de Jesús, sino más bien el de anunciar la buena nueva del nacimiento del Mesías prometido. El niño Jesús se ve ya como el Señor, así como venía proclamado en la predicación apostólica Como los dos primeros capítulos de las Actas de los Apóstoles sirven de transición del tiempo de Jesús al tiempo de la Iglesia, así los dos primeros capítulos del evangelio de Lucas sirven de transición del Antiguo al Nuevo Testamento. Las citas y alusiones al Antiguo Testamento son continuos. Los personajes, como Zacarías e Isabel, Simeón y Ana, José y sobre todo María, son los representantes de la espiritualidad de los pobres del Señor, que caracteriza el último período del Antiguo Testamento. Todos y particularmente María se alegran de la llegada de la salvación en la cuál ellos tanto tiempo han esperado. Lucas divide su evangelio de la infancia en siete escenas: el anuncio del nacimiento de Juan Bautista (1,5-25), el anuncio del nacimiento de Jesús (1,26-38), la visita de María a Isabel (1,39-56), el nacimiento de Juan Bautista (1,57-80), el nacimiento de Jesús (2, 1-21), la presentación de Jesús en el templo (2, 22-40) y Jesús entre los doctores (2, 41-52). Muchos exegetas son del parecer que Lucas intentaba poner en paralelo a Jesús y el Bautista para demostrar la superioridad de Jesús sobre Juan, el último profeta. Con el nacimiento de Jesús comenzamos los tiempos nuevos hacia los cuales todo el Antiguo Testamento está orientado.

Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Hay puesto para Jesús en tu vida?
b) ¿Qué signos de su presencia me está ofreciendo Dios?
c) ¿Cómo reacciono frente a ellos?
d) Jesús ha nacido para traer gozo y paz. ¿Cuándo son parte de mi vida estos dones?
e) ¿Son portadores de gozo y paz para los demás?



Una clave de lectura para aquéllos que quieran profundizar más en el tema.

- "No había puesto para ellos"

Jesús nace en extrema pobreza. No se trata sólo de la indigencia material de su familia. Es mucho más. Nace lejos de la aldea donde residen sus padres, lejos del afecto de familiares y amigos, lejos de la comodidad que podría haber ofrecido la casa paterna, aunque fuese pobre. Nace entre extranjeros que no se interesan por Él y no le ofrecen sino un pesebre donde nacer.

Aquí está el gran misterio de la encarnación. Pablo dirá que "de rico que era , (Jesús) se hizo pobre por vosotros, para que llegáseis a ser ricos por medio de su pobreza" (2 Cor 8,9). El prólogo del evangelio de Juan atestigua que siendo Él por medio del cual se ha hecho el mundo, Jesús, el Verbo hecho carne, "vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron" (Jn 1,11). Este es el drama que señala toda la vida de Jesús, llegando su culmen en el rechazo absoluto de Él en el proceso delante de Pilato (ver Jn 18,28-19,16). Es, en último análisis, el drama de Dios que se revela y se ofrece continuamente a la humanidad y es tantas veces rechazado.

- Un signo por descifrar

Es necesario decir sin embargo, que no era fácil para los contemporáneos reconocer a Jesús. No es nunca fácil para nadie, ni siquiera hoy, reconocerlo por lo que Él es verdaderamente. Sólo una revelación por parte de Dios nos puede desvelar el misterio (ver Jn 5,37; 6,45). En la narración de su nacimiento, el objetivo del anuncio angélico es precisamente el de revelar el misterio.

Nuestro testo de hecho está compuesto de tres partes. En los vv. 1-7 tenemos el hecho del nacimiento de Jesús en un contexto bien determinado. Es el nacimiento de un niño como el de tantos otros. Los vv.8-14 nos refieren el anuncio por parte de un ángel y la visión de ángeles que cantan. Es la revelación por parte de Dios (ver v.15) que nos descubre en el "signo" de "un niño envuelto en pañales, que yace en un pesebre" (v. 12) "el Salvador, Cristo Señor" (v,11). En la última parte (vv.15-20) encontramos varias reacciones con respecto a la revelación del misterio. El signo que Dios ofrece, cuando es acogido con humildad, señala el punto de partida en el camino de fe hacia aquel que se revela.

- Cómo descifrar el signo y acoger a Jesús

Nuestro texto nos presenta tres reacciones de frente al misterio de Jesús.

Están ante todo los pastores. Ellos se caracterizan por varias palabras de espera / búsqueda y descubrimiento: "vigilaban de noche haciendo la guardia" (v. 8): "vayamos a ver…" (v.15); "fueron con presteza y encontraron.." (v. 16). Los pastores estaban abiertos a la revelación del misterio. Lo han acogido con simplicidad creyéndolo (vv. 15 y 20) y se convirtieron en testigos de lo que a ellos se les reveló (v. 17). Después están también "aquellos que oyeron" lo que los pastores contaron de Jesús (v. 16). Ellos se maravillan, incapaces de acoger el verdadero significado del suceso acaecido entre ellos. Finalmente está la reacción de María. El evangelista quiere hacer contrastar la reacción de María con la de "aquellos que lo oyeron". En efecto, la introduce con la frase: "Por su parte" (v. 19). Como ellos, María no ha oído el anuncio del ángel y no ha visto el coro angélico, pero sí ha oido el testimonio de los pastores. Y sin embargo ella lo acoge. Cierto que ella había tenido un anuncio angélico dirigido propiamente a ella al principio de todos estos sucesos (1,26-38). El ángel le había hablado del Hijo que debía nacer de ella como del Hijo del Altísimo que debería reinar por siempre (ver 1, 32 y 35) Pero los últimos hechos, su nacimiento en aquellas circunstancias, podía poner en duda su palabra. Ahora vienen estos pastores y de nuevo dicen cosas grandes de su Hijo. María guarda todo esto en su corazón, las palabras del ángel, las palabras de los pastores, los hechos acaecidos y procura agruparlos para comprender quién es este hijo que Dios le ha dado, cuál sea su misión y que parte tiene Él en todo esto. María es una mujer contemplativa que tiene abierto los ojos y los oídos para no perderse nada. Después, conserva y medita todo en el silencio de su corazón. Virgen de la escucha, María es capaz de acoger la palabra que Dios le envía en la cotidianidad de su vida.

Sólo quien tiene el ansia de búsqueda de los pastores y el corazón contemplativo de María será capaz de descifrar los signos de la presencia y de las intervenciones de Dios en la vida y de acoger a Jesús en la casa de la propia existencia.

- Salmo 98

Cantad a Yahvé un nuevo canto,
porque ha obrado maravillas;
le sirvió de ayuda su diestra,
su santo brazo. Yahvé ha dado a conocer su salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
se ha acordado de su amor y su lealtad
para con la casa de Israel.
Los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad!

Tañed a Yahvé con la cítara,
con la cítara al son de instrumentos;
al son de trompetas y del cuerno
aclamad ante el rey Yahvé.

Brame el mar y cuanto encierra,
el mundo y cuantos lo habitan,
aplaudan los ríos,
aclamen los montes,
ante Yahvé, que llega,
que llega a juzgar la tierra.
Juzgará el mundo con justicia,
a los pueblos con equidad.


Oración final

¡Oh, Pequeño Niño! Mi único tesoro, me abandono a tus Caprichos Divinos. No quiero otra gloria que la de hacerte sonreir. Imprime en mí tus gracias y tus virtudes infantiles, para que en el día de mi nacimiento en el cielo, los ángeles y santos lo reconozcan en tu pequeña esposa.
(Santa Teresa del Niño Jesús y del Santo Rostro, plegaria n. 14)

(fuente: ocarm.org)

miércoles, 24 de diciembre de 2014

"Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor"

Natividad del Señor
(Misa de medianoche)

Libro de Isaías 9, 1-6.

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia. como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: "Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz". Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.


Salmo 96(95), 1-2a.2b-3.11-12.13.

¡Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
Día tras día, proclamen su victoria.

Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;

regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:

él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.


Carta de San Pablo a Tito 2, 11-14.

Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.


del Evangelio según San Lucas 2, 1-14.

En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!".


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor. Tú que vives y reinas.

Reflexión

• El Cántico de Zacarías es uno de los muchos cánticos de las comunidades de los primeros cristianos, que hasta hoy están esparcidos por los escritos del Nuevo Testamento: en los evangelios (Lc 1,46-55; Lc 2,14; 2,29-32), en las cartas paulinas (1Cor 13,1-13; Ef 1,3-14; 2,14-18; Fil 2,6-11; Col 1,15-20) y en el Apocalipsis (1,7; 4,8; 11,17-18; 12,10-12; 15,3-4; 18,1 hasta 19,8). Estos cánticos nos dan una idea de cómo era la vivencia de la fe y de la liturgia semanal en aquellos primeros tiempos. Dejan entrever una liturgia que era, al mismo tiempo, celebración del misterio, profesión de fe, animación de la esperanza y catequesis.
• Aquí en el Cántico de Zacarías, los miembros de aquellas primeras comunidades, casi todos judíos, cantan la alegría de haber sido visitados por la bondad de Dios que, en Jesús, vino a realizar las promesas. El cántico tiene una bonita estructura, bien elaborada. Parece una lenta subida que lleva a los fieles hasta lo alto de la montaña, de donde observan el camino recorrido desde Abrahán (Lc 1,68-73), experimentan el comienzo de la realización de las promesas (Lc 1,74-75) y de allí miran hacia delante previendo el camino que tiene que recorrer el niño Juan hasta el nacimiento de Jesús; el sol de justicia que viene a preparar para todos el camino de la Paz (Lc 76-79).
• Zacarías comienza alabando a Dios porque ha visitado y redimido a su pueblo (Lc 1,68) y ha suscitado a un poderoso salvador en la casa de David su siervo (Lc 1,69) como había prometido por boca de los profetas (Lc 1,70). Y describe en qué consiste esta salvación poderosa: salvarnos de todos nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian (Lc 1,71). Esta salvación es el resultado, no de nuestro esfuerzo, sino de la bondad misericordiosa de Dios mismo que se acordó de su alianza sagrada y del juramento hecho a Abrahán; nuestro padre (Lc 1,72). Dios es fiel. Este es el fundamento de nuestra seguridad.
• Seguidamente Zacarías describe en qué consiste el juramento de Dios a Abrahán: es la esperanza de “que, libres de nuestros enemigos, podamos vivir sin temor, en santidad y justicia, en presencia de Dios, todos los días de nuestra vida”. Este era el gran deseo de la gente de aquel tiempo y sigue siendo el gran deseo de todos los pueblos de todos los tiempos: vivir en paz, sin miedo, sirviendo a Dios y al prójimo, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida. Este es lo alto de la montaña, el punto de llegada, que apareció en el horizonte con el nacimiento de Juan (Lc 1,73-75).
• Ahora la atención del cántico se dirige a Juan, al niño que acaba de nacer. El será el profeta del Altísimo, porque irá delante del Señor preparándole el camino, capacitando a su pueblo para conocer la salvación para el perdón de los pecados (Lc 1,76-77). Aquí tenemos una alusión clara a la profecía mesiánica de Jeremías que decía: “Ya no tendrá que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan a Javé". Porque todos, grandes y pequeños, me conocerán, oráculo de Javé, porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado” (Jer 31,34). En la Biblia, “conocer” es sinónimo de “experimentar”. El perdón y la reconciliación nos hacen experimentar la presencia de Dios.
• Todo esto será fruto de la acción misericordiosa del corazón de nuestro Dios y se realizará plenamente con la venida de Jesús, el sol que viene de lo alto para iluminar todos los que están en tinieblas y sombras de muerte y para guiar nuestros pasos por los caminos de la Paz (Lc 1,78-79).

Para la reflexión personal

• Hay veces que es bueno leer el cántico como si fuera por primera vez para poder descubrir en él toda la novedad de la Buena Nueva de Dios.
• ¿Has experimentado alguna vez la bondad de Dios? ¿Has experimentado alguna vez el perdón de Dios?

Oración final

Cantaré por siempre el amor de Yahvé,
anunciaré tu lealtad de edad en edad.
Dije: «Firme está por siempre el amor,
en ellos cimentada tu lealtad. (Sal 89,2-3)

(fuente: ocarm.org)

martes, 23 de diciembre de 2014

"¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él"

Feria de Adviento: Semana antes de Navidad
(23 de diciembre)


Libro de Malaquías 3, 1-4.23-24.

Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Angel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia. La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años. Yo les voy a enviar a Elías, el profeta, antes que llegue el Día del Señor, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total.


Salmo 25(24), 4bc-5ab.8-9.10.14.

Enséñame tus senderos.

Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador.

El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres.

Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.
El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza.


del Evangelio según San Lucas 1, 57-66.

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan". Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre". Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él".


LECTIO DIVINA

Oración

Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor. Tú que vives y reinas.

Reflexión

• En los capítulos 1 e 2 de su evangelio, Lucas describe el anuncio y el nacimiento de dos niños, Juan y Jesús, que va a desempeñar un papel importante en la realización del proyecto de Dios. Lo que Dios inició en el AT comienza a realizarse por medio de ellos. Por esto, en estos dos capítulos, Lucas evoca muchos hechos y personas del AT y llega a imitar el estilo del AT. Es para sugerir que con el nacimiento de estos dos niños, se traza una gran curva en la historia y se inicia la realización de las promesas de Dios por medio de Juan y de Jesús y con la colaboración de los padres, Isabel y Zacarías y María y José.

• Existe un cierto paralelismo entre el anuncio y el nacimiento de los dos niños:
a) El anuncio del nacimiento de Juan (Lc 1,5-25) y de Jesús (Lc 1,26-38)
b) Las dos madres embarazadas se encuentran y experimentan la presencia de Dios (Lc 1,27-56)
c) El nacimiento de Juan (Lc 1,57-58) y de Jesús (Lc 2,1-20)
d) La circuncisión en la comunidad de Juan (Lc 1,59-66) y de Jesús (Lc 2,21-28)
e) El canto de Zacarías (Lc 1,67-79) y el canto de Simeón con la profecía de Ana (Lc 2,29-32)
f) La vida oculta de Juan (Lc 1,80) y de Jesús (Lc 2,39-52)

• Lucas 1,57-58: Nacimiento de Juan Bautista. “Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella”. Como tantas mujeres del AT, Isabel era estéril: Como Dios tuvo piedad de Sara (Gén 16,1; 17,17; 18,12), de Raquel (Gén 29,31) y de Ana (1Sam 1,2.6.11) transformando la esterilidad en fecundidad, así El tuvo piedad de Isabel, y ella concibió a un hijo. Embarazada, Isabel se escondió durante cinco meses. Cuando después de cinco meses, la gente pudo comprobar en su cuerpo como Dios había sido bueno con Isabel, todos se alegraron con ella. Este ambiente comunitario en que todos participan de la vida de los demás, tanto en la alegría como en el dolor, es el ambiente en que Juan y Jesús nacieron, crecieron y recibieron su formación. Un ambiente así marca la personalidad de las personas por el resto de su vida. Y este ambiente comunitario es el que más nos falta hoy.

• Lucas 1,59: Dar el nombre el octavo día. “Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías”. La implicación de la comunidad en la vida de familia de Zacarías, de Isabel y Juan es tal que los padres y los vecinos llegan a interferir hasta en escoger el nombre de la criatura. Quieren dar al niño en nombre del padre: “¡Zacarías!” Zacarías quiere decir: Dios se acordó. Tal vez querrían expresar la gratitud a Dios por haberse acordado de Isabel y de Zacarías y por haberles dado a un hijo en su vejez.

• Lucas 1,60-63: ¡Su nombre será Juan! Pero Isabel interviene y no permite que los parientes tomen la delantera en la cuestión del nombre. Recordando el anuncio del nombre hecho por el ángel Zacarías (Lc 1,13), ella dice: "¡No! Se llamará Juan". En un lugar pequeño como Ain Karem en la sierra de Judea, el control social es muy fuerte. Y cuando una persona sale fuera de las costumbres normales del lugar, es criticada. Isabel no siguió las costumbres del lugar y escogió un nombre fuera de los patrones normales. Por esto, los parientes y los vecinos reclamaron diciendo: "No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre". Los parientes no ceden con facilidad y hacen señas al padre para saber de él cómo quiere que se le llame al niño. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos quedaron admirados, pues debían de haber percibido algo del misterio de Dios que envolvía el nacimiento del niño.

Y esta percepción que la gente tiene del misterio de Dios presente en los hechos tan comunes de la vida, es la que Lucas quiere comunicar a sus lectores y lectoras. En su manera de describir los acontecimientos, Lucas no es como el fotógrafo que sólo registra lo que los ojos pueden ver. Es como aquel que usa los Rayos X y que registra aquello que los ojos no pueden ver. Lucas lee los hechos con los Rayos X de la fe que revela lo que la mirada común no percibe.

• Lucas 1,64-66: La noticia del niño se difunde. “Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciéndose: Pues ¿qué será este niño? Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él”.

La manera en que Lucas describía los hechos evoca las circunstancias del nacimiento de las personas que en el AT tuvieron un papel importante en la realización del proyecto de Dios y cuya infancia ya parecía marcada por el destino privilegiado que iba a tener: Moisés (Ex 2,1-10), Sansón (Ju 13,1-4 e 13,24-25), Samuel (1Sam 1,13-28 e 2,11).

• Si se conoce bien el Antiguo Testamento, se encontrarán muchas evocaciones en el evangelio de Lucas. Los dos primeros capítulos de su Evangelio no son historias en el sentido en que hoy entendemos la historia. Funcionan más como un espejo para ayudar a los lectores y lectoras a descubrir que Juan y Jesús habían venido a cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Lucas quiere mostrar que Dios, mediante los dos niños, vino a responder a las más profundas aspiraciones del corazón humano. Por un lado, Lucas muestra que el Nuevo realizar lo que el Antiguo prefiguraba. Por otro lado, muestra que lo nuevo supera lo antiguo y no corresponde en todo a lo que el pueblo del Antiguo Testamento imaginaba y esperaba. En la actitud de Isabel y de Zacarías, de María y de José, Lucas presenta un modelo de cómo convertirse y creer en lo Nuevo que está llegando.

Para la reflexión personal

• ¿Qué es lo que más me llama la atención en la manera que Lucas tiene de describir los hechos de la vida?
• ¿Cómo leo los hechos de mi vida? ¿Cómo fotografía o cómo rayo X?

Oración final

Amor y verdad son las sendas de Yahvé
para quien guarda su alianza y sus preceptos.
Yahvé se confía a sus adeptos,
los va instruyendo con su alianza. (Sal 25,10.14)

(fuente: ocarm.org)

lunes, 22 de diciembre de 2014

"Mi alma canta la grandeza del Señor"

Feria de Adviento: Semana antes de Navidad
22 de diciembre


Primer Libro de Samuel 1, 24-28.

Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí. Ella dijo: "Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él; para toda su vida queda cedido al Señor". Después se postraron delante del Señor.


Primer Libro de Samuel 2, 1.4-5.6-7.8abcd.

Mi corazón se regocija en el Señor,
tengo la frente erguida gracias a mi Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque tu salvación me ha llenado de alegría.

El arco de los valientes se ha quebrado,
y los vacilantes se ciñen de vigor;
los satisfechos se contratan por un pedazo de pan,
y los hambrientos dejan de fatigarse;
la mujer estéril da a luz siete veces,
y la madre de muchos hijos se marchita.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el Abismo y levanta de él.
El Señor da la pobreza y la riqueza,
humilla y también enaltece.

El levanta del polvo al desvalido
y alza al pobre de la miseria,
para hacerlos sentar con los príncipes
y darles en herencia un trono de gloria.


del Evangelio según San Lucas 1,46-56.

"Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz". Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.


LECTIO DIVINA

Oración inicial: Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre, sentenciado a muerte; concede a los que van a adorarlo, hecho niño en Belén, participar de los bienes de su redención. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El cántico de María era uno de los cánticos de las comunidades de los primeros cristianos. Revela el nivel de conciencia y la firmeza de fe que las animaba por dentro. Cantado por las Comunidades, este cántico de María enseña a rezar y a cantar.
• Lucas 1,46-50: Maria empieza proclamando el cambio que acontece en su propia vida bajo la mirada amorosa de Dios, lleno de misericordia. Por esto, canta feliz: "Exulto de gozo en Dios, mi Salvador".
• Lucas 1,51-53: Luego canta la fidelidad de Dios hacia su pueblo y proclama el cambio que el brazo del Señor estaba realizando a favor de los pobres y hambrientos. La expresión "brazo de Dios" recuerda la liberación del Éxodo. Es esta fuerza salvadora y libertadora de Javé la que hace acontecer los cambios: dispersa a los orgullosos (Lc 1,51), destrona a los poderosos y eleva a los humildes (Lc 1,52), despide a los ricos sin nada y llena de bienes a los hambrientos (Lc 1,53).
• Lucas 1,54-55: Al final, María recuerda que todo esto es expresión de la misericordia de Dios con su pueblo y expresión de su fidelidad a las promesas hechas a Abrahán. La Buena Nueva vista no como una recompensa por la observancia de la Ley, sino como expresión de la bondad y de la fidelidad de Dios a sus promesas. Es lo que Pablo enseñaba a los Gálatas y a los Romanos.

ara la reflexión personal

• Los cánticos son el termómetro de la vida de las comunidades. Revelan el grado de conciencia y de compromiso. Examina los cánticos de tu comunidad.
• Analiza la conciencia social que aflora en el cántico de María. En el siglo 20 después de Cristo este canto fue censurado por los militares de un país latinoamericano, porque fue considerado subversivo.

Oración final

Levanta del polvo al humilde,
alza del muladar al indigente
para sentarlo junto a los nobles,
y darle en heredad trono de gloria. (1Sam 1,8)

(fuente: ocarm.org)

domingo, 21 de diciembre de 2014

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”

Cuarto Domingo de Adviento


Segundo Libro de Samuel 7, 1-5.8b-12.14a.16.

Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz, librándolo de todos sus enemigos de alrededor, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña.» Natán respondió al rey: «Ve a hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo.» Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: «Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la habite? Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel. Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra. Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa. Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y su trono será estable para siempre.»


Salmo 89(88), 2-3.4-5.27.29.

Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho: «Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo.»

Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones.»

El me dirá: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él.


Carta de San Pablo a los Romanos 16, 25-27.

Hermanos: ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.


del Evangelio según San Lucas 1, 26-38.

En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Shadai, Dios de la montaña,
que haces de nuestra frágil vida
la roca de tu morada,
conduce nuestra mente
a golpear la roca del desierto,
para que brote el agua para nuestra sed.
La pobreza de nuestro sentir
nos cubra como un manto en la oscuridad de la noche
y abra el corazón, para acoger el eco del Silencio
y así el alba,
envolviéndonos en la nueva luz matutina,
nos lleve
con las cenizas consumadas por el fuego de los pastores del Absoluto,
que han vigilado por nosotros junto al Divino Maestro,
al sabor de la santa memoria.

Momento de silencio: Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros.

MEDITATIO

a) algunas preguntas:

- En el sexto mes: ¿Ven mis ojos a los ángeles con los que Dios quiere visitarme?
- No temas: ¿Nacen nuestros temores del miedo o de la angustia o más bien de la percepción de un misterio que nos sobrepasa y envuelve personalmente?
- Nada es imposible para Dios: Crear es obra de Dios; acoger, deber del hombre. ¿Hago posible en mi vida la concepción de una vida que viene del Espíritu de Dios?

b) Clave de lectura:

v. 26-27. Al sexto mes envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
En el sexto mes. Un tiempo definido para el que ha leído la página precedente, el encuentro del ángel Gabriel con Zacarías en el templo. Pero, para María, que no lo sabe, este sexto mes es su “hoy”. Como para ella, también para nosotros es un hoy que es único. El lugar de la invitación a entrar en un proyecto pensado para nosotros. Pero este “hoy” no está aislado, está ligado a los tiempos de otros, cada uno único e irrepetible, un hoy para engarzarlo junto a otros hoy hasta que no se cumpla la Palabra de Dios. Es muy lineal el recorrido de la gracia. Hay un sujeto y es Dios. Un término de referencia: una virgen. Un mensajero: el ángel Gabriel. Un tiempo: el sexto mes. Un lugar: una ciudad de Galilea. Todo tiene un nombre: la ciudad se llama Nazareth. La virgen: María. El hombre con quien está desposada: José Todo tiene una colocación histórica bien precisa. El sexto mes es el de la preñez de Isabel. La virgen es esposa prometida. José es de la casa de David. Dios no se introduce nunca al acaso, entra con los parámetros ya existentes, que son aquellos parámetros humanos, trazados por personas que tienen un nombre.
v. 28. Y, entrando, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.”
La palabra evangélica: entrar junto a ella, puede esconder dos significados. Uno: entrando en su casa. Otro: entrando en ella. Entonces María ¿ha visto al ángel o a lo mejor no? Lo ha visto y lo ha escuchado. Y esto es verdadero porque luego todo se realizará. ¿Con cuales ojos lo ha visto? ¿Con los del cuerpo o con los de su espíritu?. El misterio del encuentro entre el hombre y Dios no se puede explicar. Sucede y basta. Es un encuentro que deja la señal, y aquí está la grandeza del acontecimiento. La llena de gracia no tiene otros ojos que lo del espíritu, por lo que para ella existe una sola mirada, la del espíritu, la mirada transparente del corazón puro que puede ver a Dios sin morir.
v. 29. Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo.
Es lícita la turbación de María. La percepción de su ser, si bien entretejido de gracia, no le consiente discriminar juicios entre sí y los otros, por tanto ella no sabe que está llena de gracia, para ella es natural ser como es, adherirse al bien siempre y en cualquier lugar, a aquella atracción que la transporta a lo alto.
v. 30. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.
El temor de María es el retroceder de los pequeños que se sorprenden de ser objetos de atención por parte de alguien muy importante. Y si este alguien es Dios ¿como puede ser de grande el temor? Tanto de darse cuenta de toda la propia pequeñez y que todo lo que se posee es por un don gratuito de amor.
v. 31. Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús.
El proyecto divino queda al descubierto. Concebir, dar a luz, llamarlo. El Salvador ya está ahí, en las palabras del ángel. ¡Qué maravilla! Siglos y siglos de espera se encuentran en pocas sílabas: Jesús.
v. 32-33. Él será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.
Cuando el Señor se acerca al hombre para llamarlo a formar parte de sus pensamientos de redención, se dice íntegramente. Lo que queda en oscuridad es la modalidad de la cooperación humana. Porque al hombre le queda la libertad de concretizar lo que es el cumplimiento de su pensamiento. Se parte de aquí: un hijo “imprevisto”. Se llega hasta aquí: el Hijo del Altísimo, que se sentará sobre el trono de David y reinará por siempre. Estos son los medios: tu persona. Ahora te toca a ti convertirte en protagonista.
v. 34. María respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?
Y María pregunta al ángel el cómo se realizará la voluntad de Dios. No duda de Dios, sabe que la Palabra pronunciada por Dios es siempre posible. El cómo le interesa a ella, lo que ella será llamada a ser. Está cierta que su deseo y propósito de no “conocer varón” quedará tal, porque Dios no anula los planes de sus hijos, trazados por los deseos más auténticos. Sabe que este su plan estará al servicio de aquel proyecto apenas escuchado. Pero no consigue entender cómo sucederá. Y entonces pregunta, simplemente pregunta, para entender exactamente lo que se le está pidiendo.
v. 35. El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios”.
El ángel le explica. María deberá sencillamente acoger: porque será el Espíritu el que descienda sobre ella, el Altísimo será el que le cubra con su sombra, y el Santo nacerá.
v. 36-37. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía estéril: porque no hay nada imposible para Dios”.
La experiencia de Isabel, referida por el ángel a María, no es otra cosa que una ocasión de empalme con la historia. María debía saber de Isabel, porque ambas estaban preparando el camino para el cumplimiento de las promesas de Israel. Juan la voz, Jesús el Esposo. El plan es el mismo.
v. 38. Entonces María dijo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel, dejándola, se fue.
La respuesta de María es esencial: He aquí la sierva.... La atención a la Palabra pronunciada sobre ella es de tal dimensión que puede sentirse únicamente “sierva”: instrumento útil para la realización concreta del querer del Padre. Suceda en mí:...un sí que no tiene nada de pasivo, un sí consciente de la grandeza del compromiso, un sí hecho seno tal de poder convertirse fecundo del rostro de Dios en rasgos humanos.

c) Reflexión:

¡He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra! He aquí... ¿Qué palabra puede ser más esencial y llena de vida?. No hay palabras que obligue más al hombre que este estar ahí, vigilante, para contener el respiro para no dejar ir nada de cuanto el Misterio está participando de Sí. Suceda... la elección de Dios es digna de acogida, pero requiere el silencio profundo de todo el propio ser: suceda en mí.. María sabe que no es la protagonista, sino sierva de la voluntad divina; pertenece a aquella escuadra de siervos que Jesús llamará amigos: un siervo no sabe lo que hace su señor. Pero quien es amigo sí. Todo lo que he oído del Padre os lo hecho conocer. La sombra del Espíritu que extiende la tienda de la presencia sobre una criatura tan bella por su disponibilidad , oirá los secretos arcanos del Eterno. Y el tiempo que seguirá andando para trazar siempre nuevos recorridos de gracia se llenará hasta derramarse cuando el Hijo de Dios vea la luz de un espacio infinitamente pequeño para su poder, el espacio del límite y de la contingencia. María la primera cuna de la Palabra inefable, primer abrazo de la luz que llega, no posee otro tesoro que su humildad: cavidad que recoge la plenitud, pequeñez que reclama lo infinito, límite amado que requiere un abrazo de infinito.

ORATIO

1 Samuel 2,1-10:

«Mi corazón exulta en Yahvé,
mi fuerza se apoya en Dios,
mi boca se burla de mis enemigos,
porque he gozado de tu socorro.
No hay Santo como Yahvé,
ni roca como nuestro Dios.
El arco de los fuertes se ha quebrado,
los que tambalean se ciñen de fuerza.
Los hartos se contratan por pan,
los hambrientos dejan su trabajo.
Yahvé juzga los confines de la tierra,
da pujanza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.»

CONTEMPLATIO

Señor, que la brisa suave del silencio, como viento de gracia, se lleve fuera todas las voces y los rumores que poco a poco me alejan del corazón de mi existir. La huella luminosa de tu paso llene de perfume el aire en que vivo habitualmente para que no busque a otro que a ti. Y cuando las sílabas rumiadas de la Escritura, junto con los acontecimientos traídos como memoria de encuentro, se conviertan en fibras de mi carne, el mundo te verá todavía, verá tu rostro en las facciones de la carne que yo te daré. Los confines de mi ser contarán los prodigios de tu poder, si no intento inútilmente alejarlos, sino que los amaré como definición de mi unicidad humana. Entonces llegaré a pensar tus palabras, a hablar tus palabras, porque no huyendo de mi mismo, te habré encontrado donde estás: en la profundidad de mi límite humano, en mi interioridad y soledad existencial, allí donde el amor donado genera amor y crea puentes de comunión.

(fuente: ocarm.org)
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