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miércoles, 30 de septiembre de 2015

"El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios"

Miércoles de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario
(30/09/2015)

Libro de Nehemías 2, 1-8.

En el mes de Nisán, el vigésimo año del reinado de Artajerjes, siendo yo el encargado del vino, lo tomé y se lo ofrecí al rey. Como nunca había estado triste en su presencia, el rey me preguntó: "¿Por qué tienes esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. Seguramente hay algo que te aflige". Yo experimenté una gran turbación, y dije al rey: "¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar con la cara triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego?". El rey me dijo: "¿Qué es lo que quieres?" Yo me encomendé al Dios del cielo, y le respondí: "Si es del agrado del rey y tú estás contento con tu servidor, envíame a Judá, a la ciudad donde están las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya". El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me dijo: "¿Cuánto tiempo durará tu viaje y cuándo estarás de regreso?". Al rey le pareció bien autorizar mi partida, y yo le fijé un plazo. Luego dije al rey: "Si el rey lo considera conveniente, se me podrían dar cartas para los gobernadores del otro lado del Eufrates, a fin de que me faciliten el viaje a Judá. También podrían darme una carta para Asaf, el supervisor de los parques del rey, a fin de que me provea de madera para armar las puertas de la ciudadela del Templo, para las murallas de la ciudad y para la casa donde voy a vivir". El rey me concedió todo eso, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí.


Salmo 137(136), 1-2.3.4-5.6.

Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar,
acordándonos de Sión.
En los sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras.

Allí nuestros carceleros
nos pedían cantos,
y nuestros opresores, alegría:
«¡Canten para nosotros un canto de Sión!»

¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor
en tierra extranjera?
Si me olvidara de ti, Jerusalén,
que se paralice mi mano derecha.

Que la lengua se me pegue al paladar
si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.


del Evangelio según San Lucas 9, 57-62.

Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".







LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia; derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo. Por nuestro Señor.

Reflexión

● En el evangelio de hoy sigue el largo y duro camino de Jesús desde la periferia de Galilea hacia la capital. Al salir de Galilea, Jesús entra en Samaria y sigue hacia Jerusalén. Pero no todos le entienden. Muchos le abandonan, porque las exigencias son enormes. Al comienzo de su actividad pastoral, en Galilea, Jesús había llamado a tres: Pedro, Santiago y Juan (Lc 5,8-11). Aquí también en Samaria son tres las personas que se presentan o que son llamadas. En las respuestas de Jesús, emergen las condiciones para poder ser discípulo/a de Jesús.

● Lucas 9,56-58: El primero de los tres nuevos discípulos “Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.” Jesús le dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.”

A esta primera persona que quiere ser discípulo, Jesús pide que se despoje de todo: no tiene donde reclinar la cabeza, mucho menos tiene que buscar una falsa seguridad donde reclinar el pensamiento de la cabeza.

● Lucas 9,59-60: El segundo de los tres nuevos discípulos. A otro le dice: “Sígueme”. Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.” Le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.” A esta segunda persona llamada por Jesús, Jesús le pide que deje que los muertos entierren a los muertos. Se trata de un dicho popular empleado para decir: deja las cosas del pasado. No pierdas tiempo con lo que ha ocurrido, mira adelante. Tras haber descubierto la vida nueva en Jesús, el discípulo no debe perder tiempo con lo que ha ocurrido.

● Lucas 9,61-62: El tercero de los tres nuevos discípulos. “También otro le dijo: “Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.” Le dijo Jesús: “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.”A esta tercera persona llamada a ser discípulo, Jesús le pide que rompa con los lazos familiares. En otra ocasión había dicho: Aquel que ama a su padre y a su madre más que a mí, no puede ser mi discípulo (Lc 14,26; Mt 10,37). Jesús es más exigente que el profeta Elías quien deja que Eliseo se despida de sus padres (1Re 19,19-21). Significa también romper los lazos nacionalistas de la raza y de la estructura familiar patriarcal. Las exigencias fundamentales que Jesús presenta como condiciones necesarias para aquel o aquella que quiere ser discípulo/a son tres: (a) abandonar los bienes familiares, (b) no apegarse a los bienes que se han tenido y acumulado en el pasado, y (c) cortar con los lazos familiares. En realidad, nadie, aunque lo quiera, puede cortar con los lazos familiares, ni tampoco con lo vivido en el pasado. Lo que se nos pide es saber reintegrar todo (bienes materiales, vida personal y vida familiar) de forma nueva alrededor del nuevo eje que es Jesús y de la Buena Noticia que él nos trae.

● Jesús, él mismo, vivió y se dio cuenta de lo que pedía a sus seguidores. Con su decisión de subir hacia Jerusalén, Jesús revela su proyecto. Su camino hacia Jerusalén (Lc 9,51 a 19,27) está representado como la asunción (Lc 9,51), el éxodo (Lc 9,31) o la travesía (Lc 17,11). Una vez llegado a Jerusalén, Jesús realiza el éxodo, la asunción o la travesía definitiva de este mundo hacia el Padre (Jn 13,1). Solamente una persona realmente libre puede hacerlo, porque un tal éxodo supone entregar la propia vida a los hermanos (Lc 23,44-46; 24,51). Esto es el éxodo, esta es la travesía, la asunción de la que las comunidades tienen que darse cuenta para que el proyecto de Jesús vaya adelante.

Para la reflexión personal

● Compara cada una de estas tres exigencias con tu propia vida.
● ¿Cuáles son los problemas que emergen en tu vida como consecuencia de la decisión que has tomado de seguir a Jesús?

Oración final

Tú me escrutas, Yahvé, y me conoces;
sabes cuándo me siento y me levanto,
mi pensamiento percibes desde lejos;
de camino o acostado, tú lo adviertes,
familiares te son todas mis sendas. (Sal 139,1-2)

(fuente: ocarm.org)

martes, 29 de septiembre de 2015

"Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre"

Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
(29/09/2015)

Libro de Daniel 7, 9-10.13-14. 

Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.


Salmo 138(137), 1-2a.2bc-3.4-5.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad.

Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.

Que los reyes de la tierra te bendigan
al oír las palabras de tu boca,
y canten los designios del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.


del Evangelio según San Juan 1, 47-51.

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."










LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia; derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos presenta el diálogo entre Jesús y Natanael, en el que aparece la frase: "En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.” Esta frase ayuda a aclarar algo respecto de los arcángeles.

• Juan 1,47-49: La conversación entre Jesús y Natanael. Fue Felipe que llevó a Natanael hasta Jesús (Jn 1,45-46). Natanael había exclamado: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Natanael era de Caná, que quedaba cerca de Nazaret. Al ver a Natanael, Jesús dice: "¡Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño!" Y afirma que ya le conocía cuando estaba debajo de la higuera. ¿Cómo es que Natanael podía ser un "israelita auténtico" si no aceptaba a Jesús como mesías? Natanael "estaba debajo de la higuera". La higuera era el símbolo de Israel (cf. Mi 4,4; Za 3,10; 1Re 5,5). "Estar debajo de la higuera" era lo mismo que ser fiel al proyecto del Dios de Israel. Israelita auténtico es aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que éstas no concuerdan con el proyecto de Dios. El israelita que no está dispuesto a hacer esta conversión no es no auténtico ni honesto. Esperaba a un mesías de acuerdo con la enseñanza oficial de la época, según la cual el Mesías vendría de Belén en Judea. El Mesías no podía venir de Nazaret, en Galilea (Jn 7,41-42.52). Por esto, Natanael se resistía en aceptar a Jesús como mesías. Pero el encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como la persona se lo imagina o desea que fuera. Natanael reconoce su engaño, cambia idea, acepta a Jesús como mesías y confiesa: "¡Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!"

• La diversidad del llamado. Los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas presentan la llamada de los primeros discípulos de forma mucho más resumida: Jesús pasa por la playa, llama a Pedro y a Andrés. Luego después, llama a Santiago y a Juan (Mc 1,16-20). El evangelio de Juan tiene otra manera de describir el inicio de la primera comunidad que se formó alrededor de Jesús. Trae unas historias bien concretas. Lo que llama la atención es la variedad de los llamados y de los encuentros de las personas entre sí y con Jesús. De este modo, Juan enseña como hay que hacer para iniciar una comunidad. Es a través de los contactos y de invitaciones personales, ¡hasta hoy! A unos Jesús los llama directamente (Jn 1,43). A otros, indirectamente (Jn 1,41-42). Un día, llamó a dos discípulos de Juan Bautista (Jn 1,39). Al día siguiente, llamó a Felipe que, a su vez, llamó a Natanael (Jn 1,45). Ninguna llamada se repite, porque cada persona es diferente. La gente nunca olvida los llamados y los encuentros importantes que marcan su vida. Recuerda hasta el día y la hora (Jn 1,39).

• Juan 1,50-51: Los ángeles de Dios sabiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre. La confesión de Natanael está al comienzo. Quien es fiel, verá el cielo abierto y los ángeles subiendo y bajando sobre el hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y nosotros, seres humanos. Es la realización del sueño de Jacob (Gén 28,10-22).

• Los ángeles subiendo y bajando. Los tres arcángeles: Gabriel, Rafael y Miguel. Gabriel explicaba al profeta Daniel el significado de las visiones (Dan 8,16; 9,21). Fue ese mismo ángel Gabriel el que llevó el mensaje de Dios a Isabel (Lc 1,19) y a María, la madre de Jesús (Lc 1,26). Su nombre significa “Dios es fuerte”. Rafael aparece en el libro de Tobías. Acompañó a Tobías, hijo de Tobit y de Ana, en el viaje y le protegió de todos los peligros. Ayudó a Tobías a que librara a Sara de un mal espíritu y a curar a Tobit, el padre, de la ceguera. Su nombre significa “Dios cura”. Miguel ayudó al profeta Daniel en sus luchas y dificultades (Dan 10,13.21; 12,1). La carta de judas dice que Miguen disputó con el diablo el cuerpo de Moisés (Jd 1,9). Fue Miguel el que venció a satanás, derribándolo del ciego y arrojándolo al infierno (Ap 12,7). Su nombre significa “¡Quién como Dios!” La palabra ángel significa mensajero. Trae un mensaje de Dios. En la Biblia, la naturaleza entera puede ser mensajera de Dios, revelando el amor de Dios por nosotros (Sal 104,4). El ángel puede ser Dios mismo, en cuanto vuelve su rostro hacia nosotros y nos revela su presencia amorosa.

Para la reflexión personal

• ¿Tuviste ya un encuentro que ha marcado tu vida? ¿Cómo descubriste la llamada de Dios allí?
• ¿Te has interesado alguna vez, como Felipe, en llamar a otra persona para que participara de la comunidad?

Oración final

Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,
por haber escuchado las palabras de mi boca.
En presencia de los ángeles tañeré en tu honor,
me postraré en dirección a tu santo Templo. (Sal 138,1-2)

(fuente: ocarm.org)

lunes, 28 de septiembre de 2015

"El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí"

Lunes de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario
(28/09/2015)

Libro de Zacarías 8, 1-8. 

La palabra del Señor llegó en estos términos: Así habla el Señor de los ejércitos: Siento un gran celo por Sión y ardo de pasión por ella. Así habla el Señor: Yo he vuelto a Sión, y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén será llamada "Ciudad de la Fidelidad", y la montaña del Señor de los ejércitos, "Montaña Santa". Así habla el Señor de los ejércitos: Los ancianos y las ancianas se sentarán de nuevo en las plazas de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano, a causa de sus muchos años. Las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas, que jugarán en ellas. Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también imposible para mí? -oráculo del Señor de los ejércitos-. Así habla el Señor de los ejércitos: Yo salvo a mi pueblo de los países del oriente, y de los países donde se pone el sol. Los haré volver y habitarán en medio de Jerusalén. Ellos serán mi Pueblo, y yo seré su Dios, en la fidelidad y en la justicia.


Salmo 102(101), 16-18.19-21.29.22-23.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.

Los hijos de tus servidores tendrán una morada
y su descendencia estará segura ante ti,
para proclamar en Sión el nombre del Señor
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan los pueblos y los reinos,
y sirvan todos juntos al Señor.


del Evangelio según San Lucas 9, 46-50.

Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande". Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros". Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes".









LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia; derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El texto se ilumina. Si anteriormente Lucas nos presentaba cómo se reunían los hombres en torno a Jesús para reconocerlo por la fe, para escucharlo y presenciar sus curaciones, ahora se abre una nueva etapa de su itinerario público. La atención a Jesús no monopoliza ya la actitud de la muchedumbre, sino que Jesús se nos presenta como el que poco a poco es quitado a los suyos para ir al Padre. Este itinerario supone el viaje a Jerusalén. Cuando está a punto de emprender este viaje, Jesús les revela el final que le espera (9,22). Después se transfigura ante ellos como para indicar el punto de partida de su “éxodo” hacia Jerusalén. Pero inmediatamente después de la experiencia de la luz en el acontecimiento de la transfiguración, Jesús vuelve a anunciar su pasión dejando a los discípulos en la inseguridad y en la turbación. Las palabras de Jesús sobre el hecho de su pasión, “el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”, encuentran la incomprensión de los discípulos (9,45) y un temor silencioso (9,43).

• Jesús toma a un niño. El enigma de la entrega de Jesús desencadena una disputa entre los discípulos sobre a quién le corresponderá el primer puesto. Sin que sea requerido su parecer, Jesús, que como el mismo Dios lee en el corazón, interviene con un gesto simbólico. En primer lugar toma a un niño y lo pone junto a él. Este gesto indica la elección, el privilegio que se recibe en el momento en que uno pasa a ser cristiano (10,21-22). A fin de que este gesto no permanezca sin significado, Jesús continúa con una palabra de explicación: no se enfatiza la “grandeza” del niño, sino la tendencia a la “acogida”. El Señor considera “grande” al que, como el niño, sabe acoger a Dios y a sus mensajeros. La salvación presenta dos aspectos: la elección por parte de Dios simbolizada en el gesto de Jesús acogiendo al niño, y la acogida de Jesús (el Hijo) y de todo hombre por parte del que lo ha enviado, el Padre. El niño encarna a Jesús, y los dos juntos, en la pequeñez y en el sufrimiento, realizan la presencia de Dios (Bovon). Pero estos dos aspectos de la salvación son también indicativos de la fe: en el don de la elección emerge el elemento pasivo, en el servicio, el activo; son dos pilares de la existencia cristiana. Acoger a Dios o a Cristo en la fe tiene como consecuencia acoger totalmente al pequeño por parte del creyente o de la comunidad. El “ser grandes”, sobre lo cual discutían los discípulos, no es una realidad del más allá, sino que mira al momento presente y se expresa en la diaconía del servicio. El amor y la fe vividos realizan dos funciones: somos acogidos por Cristo (toma al niño), y tenemos el don singular de recibirlo (“el que acoge al niño, lo acoge a él y al Padre”, v.48). A continuación sigue un breve diálogo entre Jesús y Juan (vv-49-50). Este último discípulo es contado entre los íntimos de Jesús. Al exorcista, que no forma parte del círculo de los íntimos de Jesús, se le confía la misma función que a los discípulos. Es un exorcista que, por una parte, es externo al grupo, pero por la otra, está dentro porque ha entendido el origen cristológico de la fuerza divina que lo asiste (“en tu nombre”). La enseñanza de Jesús es evidente: un grupo cristiano no debe poner obstáculos a la acción misionera de otros grupos. No existen cristianaos más “grandes” que otros, sino que se es “grande” por el hecho de ser cada vez más cristiano. Además, la actividad misionera debe estar al servicio de Dios y no para aumentar la propia notoriedad. Es crucial el inciso sobre el poder de Jesús: se trata de una alusión a la libertad del Espíritu Santo cuya presencia en el seno de la Iglesia es segura, pero puede extenderse más allá de los ministerios constituidos u oficiales.

Para la reflexión personal

• Como creyente, como bautizado, ¿cómo vives tú el éxito y el sufrimiento?
• ¿Qué tipo de “grandeza” vives al servir a la vida y a las personas? ¿Eres capaz de transformar la competitividad en cooperación?

Oración final

Me postraré en dirección a tu santo Templo.
Te doy gracias por tu amor y tu verdad,
pues tu promesa supera a tu renombre.
El día en que grité, me escuchaste,
aumentaste mi vigor interior. (Sal 138,3-4)

(fuente: ocarm.org)

domingo, 27 de septiembre de 2015

"nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí"

Vigésimo sexto Domingo del tiempo ordinario
(27/09/2015)

Libro de los Números 11, 25-29. 

Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo. Dos hombres - uno llamado Eldad y el otro Medad - se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis. Un muchacho vino corriendo y comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento". Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: "Moisés, señor mío, no se lo permitas". Pero Moisés le respondió: "¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!".


Salmo 19(18), 8.10.12-13.14.

La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.

La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.

También a mí me instruyen:
observarlos es muy provechoso.
Pero ¿quién advierte sus propios errores?
Purifícame de las faltas ocultas.

Presérvame, además, del orgullo,
para que no me domine:
entonces seré irreprochable
y me veré libre de ese gran pecado.


Epístola de Santiago 5, 1-6.

Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final! Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo. Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.


del Evangelio según San Marcos 9, 38-43.45.47-48.

Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.






LECTIO DIVINA

Oración inicial:

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

a) Clave de lectura:

El texto del Evangelio de este 26º Domingo del tiempo ordinario nos presenta parte de una larga instrucción hecha por Jesús a sus discípulos (Mc 8,22 a 10,52). (Véase el comentario del evangelio del 24º Domingo). Esta vez el Evangelio expone, sobre todo, tres exigencias de conversión para las personas que quieran seguirlo: (i) corrige la mentalidad equivocada de quien piensa ser el dueño de Jesús (Mc 9,38-40); (ii) insiste en la acogida que hay que dar a los pequeños (Mc 9,41-42) y (iii) manda comprometerse radicalmente por el Evangelio (Mc 9,43-48).

b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:

► Marcos 9,38-43.47-48Marcos 9,38-40: Jesús corrige la mentalidad cerrada del apóstol Juan
► Marcos 9,41: Quien da un vaso de agua a un discípulo de Jesús será recompensado
► Marcos 9,42: Evitar escandalizar a los pequeños
► Marcos 9,43-48: Comprometerse radicalmente por el Evangelio

Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención?
b) ¿Qué significa hoy, para nosotros, la afirmación de Jesús: “Quien no está en nuestra contra está a nuestro favor”?
c) ¿Cómo traducir hoy el “vaso de agua” del que habla Cristo?
d) ¿Quiénes eran los “pequeños”? ¿Qué significa “ser motivo de escándalo para los pequeños”? (v.42).
e) “Soga al cuello”, “Corta la mano o el pié”, “Saca tu ojo”: ¿Estas expresiones pueden ser tomadas literalmente? ¿Qué querrá decir Jesús con estas expresiones?
f) En nuestra sociedad y en nuestra comunidad, ¿quiénes son los pequeños y los marginados? ¿Cuál y cómo es la acogida que les damos a ellos?

Para aquellos que quisieran profundizar todavía más en el tema

a) Contexto de ayer y de hoy:

● Como decíamos antes, el Evangelio de este domingo presenta tres importantes exigencias de conversión para el que quiera ser discípulo de Jesús: (i) No tener la mentalidad cerrada del discípulo Juan, que pensaba ser el dueño de Jesús, sino tener una actitud abierta y ecuménica, capaz de reconocer el bien en los otros, aunque sean de otra religión. (ii) Superar la mentalidad de aquellos que se consideraban superiores a los otros, y que , por esto, despreciaban a los pequeños y pobres y se alejaban de la comunidad. Para Jesús esta persona merecía la soga al cuello y ser arrojado al fondo del mar. (iii) Jesús pide no dejar que entre la rutina en el vivir el Evangelio, sino que pide que seamos capaces de romper los lazos que nos impiden vivirlo en plenitud.
● Son tres recomendaciones que tienen mucha actualidad hoy por hoy. En muchas personas que pertenecen a la Iglesia católica existe la tendencia anti-ecuménica de encerrarse en sí mismas, como si nosotros fuésemos cristianos mejores que los otros. En el mundo de hoy, dominado por el sistema neoliberal, existe el desprecio por los pequeños, y de hecho aumenta por todas partes la pobreza, el hambre y el número de prófugos y de abandonados. Falta entre nosotros los cristianos el compromiso de vivir el Evangelio. Pero si nosotros , millones de cristianos, viviésemos realmente el Evangelio, el mundo no estaría como está.

b) Comentario del texto:

Marcos 9;38-40: La mentalidad cerrada
Alguno que no era de la comunidad usaba el nombre de Jesús para arrojar a los demonios. Juan, el discípulo, lo ve y prohíbe hacerlo: “Se lo habíamos prohibido, porque no era de los nuestros”. ¡En nombre de la comunidad Juan impide que otro pueda hacer una buena acción! Por ser discípulo, él pensaba tener el monopolio de Jesús y , por esto, quería prohibir que otros usasen el nombre de Jesús para hacer el bien. Era esta una mentalidad cerrada y antigua del “¡Pueblo elegido, pueblo separado!” Jesús responde: “No se lo prohibáis. ¡Quien no está en mi contra, está a por mí!” Para Jesús, lo que importa no es si la persona forma parte o no de la comunidad, sino si hace el bien que la comunidad debe hacer. Jesús tenía una mentalidad ecuménica.

Marcos 9,41: Quien da un vaso de agua recibe recompensa
Una frase de Jesús ha sido colocada aquí: En verdad os digo: quien os dé de beber un vaso de agua porque sois de Cristo, no quedará sin su recompensa. Dos pensamientos para comentar esta frase: i) “Quien da un vaso de agua”: Jesús se está dirigiendo a Jerusalén para dar su vida. ¡Gesto de gran donación! Pero Él no se olvida de los gestos pequeños de donación en la vida de cada día : un vaso de agua, una acogida, una limosna, y tantos otros gestos con los cuales podemos revelar el amor. ¡Quien desprecia al ladrillo no podrá nunca edificar la casa! ii) “Porque sois de Cristo”, Jesús se identifica con los que quieren pertenecer a Él. Esto significa que, para Él, valemos mucho. Por esto, debemos preguntarnos siempre. “¿Quién es Jesús para mí?” y también es bueno preguntarse: ¿Quién soy yo para Jesús? En este versículo encontramos una respuesta que nos da valor y esperanza.

Marcos, 9,42: Escándalo para los pequeños
Escándalo es aquello que desvía a una persona del buen camino. Escandalizar a los pequeños es ser motivo para que los pequeños se desvíen del camino y pierdan la fe en Dios. Quien hace esto, recibe la siguiente sentencia: “¡Soga al cuello, con una piedra de molino para ser arrojado al fondo del mar!” ¿Por qué tanta severidad? ¡Porque Jesús se identifica con los pequeños! (Mt 25,40.45). Quien los toca, toca a Jesús. Hoy, en muchos lugares, los pequeños, los pobres, muchos de ellos abandonaron la Iglesia católica y las iglesias tradicionales y van a otras iglesias. ¡No pueden creernos! ¿Por qué? Antes de acusar a los que pertenecen a otras iglesias es bueno preguntarse: ¿Por qué se van de nuestra casa? Si se van es porque no se sienten en casa con nosotros. Algo nos falta. ¿Hasta que punto somos culpables? ¿Merecemos la soga al cuello?

Marcos, 9,43-48: Cortar pies y manos
Jesús ordena a la persona cortarse la mano, pie y sacarse el ojo, si fuesen motivo de escándalo. Dice: “Es mejor entrar en el Reino de Dios con un pie (mano, ojo) que entrar en el infierno-Gehenna con dos pies (manos, ojos)”. Estas frases no pueden ser tomadas literalmente. Significan que la persona debe ser radical en su opción por Dios y por el Evangelio. La expresión “Gehenna” (infierno) donde su gusano no muere y el fuego no se extingue” es una imagen que indica una situación de la persona que se queda sin Dios. La Gehenna era el nombre de un valle vecino a Jerusalén, donde se arrojaba toda la inmundicia de la ciudad y donde había siempre un fuego encendido que quemaba toda la porquería. Este pestífero lugar se usaba por el pueblo para simbolizar la situación de una persona que no participaba del Reino de Dios.

Jesús acoge y defiende la vida de los pequeños

Varias veces Jesús insiste en la acogida que hay que dar a los pequeños. “Quien acoge a uno de estos pequeños en mi nombre, me acoge a mí” (Mc 9,37). Quien da un vaso de agua a uno de estos pequeños no perderá su recompensa (Mt 10,42). Pide no despreciar a los pequeños (Mt 18,10). Y en el juicio final los justos serán recibidos porque dieron de comer “a uno de estos más pequeños” (Mt 25.40).
Si Jesús insiste tanto en la acogida, es porque muchos pequeños de hecho no eran acogidos. En efecto, mujeres y niños no contaban (Mt 14,21; 15,38), eran despreciados (Mt 18,10) y obligados al silencio (Mt 21,15-16). Incluso los apóstoles impedían que se acercasen a Jesús (Mt 19,13; Mc 10,13-14). En nombre de la ley de Dios, mal interpretada por las autoridades religiosas, muchas personas buenas eran marginadas. En vez de acoger a los marginados, la ley se usaba para legitimar la exclusión.
En los evangelios la expresión “pequeños” (en griego se dice elachistoi, mikroi o nepioi) a veces indica “ los niños”, otras veces indica sectores excluidos de la sociedad.. No es fácil distinguir. A veces lo que es “pequeño” en el evangelio, quiere decir “niño”, porque los niños pertenecían a la categoría de los “pequeños”, de los excluidos. Además, no siempre es fácil distinguir lo que viene del tiempo de Jesús y lo que viene del tiempo de las comunidades para las cuales se escribieron los evangelios. Pero, sea lo que sea, lo que está claro es el contexto de exclusión vigente de la época, y la imagen que las primeras comunidades tenían de Jesús: Jesús se pone de parte de los pequeños y asume su defensa. Llama la atención lo que Jesús hace en defensa de la vida de los niños, de los pequeños.

● Acoger y no escandalizar. Una de las palabras más duras de Jesús es contra aquellos que causan escándalo a los pequeños, o sea, los que con su conducta quitan a los niños la fe en Dios. Para ellos sería mejor ponerse una piedra al cuello y ser arrojados al profundo del mar (Mc 9,42; Lc 17,2; Mt 18,6).
● Acoger y tocar. Cuando los niños se acercan a Jesús para pedir su bendición, los apóstoles se enfadan y quieren alejarlos. Según las normas de la época, tanto las madres como los niños pequeños, vivían todos prácticamente en un permanente estado de impureza legal. ¡Tocar quería decir contraer impureza! Pero Jesús corrige a los discípulos y acoge a las madres y a los niños. Y los abraza. “¡Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis!” (Mc 10,13-16; Mt 19,13-15).
● Identificarse con los niños. Jesús abraza a los niños y se identifica con ellos. Quien recibe a un niño, “ me recibe a Mí” (Mc 9,37). “Y todo lo que hagáis a uno de estos pequeños, me lo hacéis a Mí” (Mt 25,40).
● Llegar a ser como niños. Jesús dice a los apóstoles que se conviertan en niños y acepten el Reino como niños. De otra manera, no es posible entrar en el Reino (Mc 10,15, Mt 18,3; Lc 9,46-48). Él está indicando que los niños son los profesores de los adultos. Y esto no era normal. Queremos hacer lo contrario.
● Defender el derecho de gritar. Cuando Jesús entra en la ciudad de Jerusalén, son los niños los que más gritan: “¡Hosanna al hijo de David!” (Mt 21,15). Criticado por los jefes de los sacerdotes y de los escribas, son defendidos por Jesús que invoca incluso las Escrituras para defenderlos (Mt 21,16).
● Dar gracias por el Reino presente en los niños. La alegría de Jesús es grande, cuando se da cuenta de que los pequeños, entienden las cosas del Reino que Él anunciaba a la gente. “Padre, yo te doy gracias!” (Mt 11,25-26). Jesús reconoce que los pequeños entienden mejor las cosas del reino que los doctores.
● Acoger y curar. Son muchos los niños y jóvenes que Él acoge, cura o resucita: la hija de Jairo, de 12 años (Mc 5,41-42), la hija de la cananea (Mc 7,29-30), el hijo de la viuda de Naín (Lc 7,9-10), el hijo del funcionario público (Jn 4,50), el niño que tenía cinco panes y cinco peces (Jn 6,9).

Orar con el Salmo 34 (33): Un pobre comparte con nosotros su fe

Bendeciré en todo tiempo a Yahvé,
sin cesar en mi boca su alabanza;
en Yahvé se gloría mi ser,
¡que lo oigan los humildes y se alegren!
Ensalzad conmigo a Yahvé,
exaltemos juntos su nombre.

Consulté a Yahvé y me respondió:
me libró de todos mis temores.
Los que lo miran quedarán radiantes,
no habrá sonrojo en sus semblantes.
Si grita el pobre, Yahvé lo escucha,
y lo salva de todas sus angustias.
El ángel de Yahvé pone su tienda
en torno a sus adeptos y los libra.

Gustad y ved lo bueno que es Yahvé,
dichoso el hombre que se acoge a él.
Respetad a Yahvé, santos suyos,
que a quienes le temen nada les falta.
Los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan a Yahvé de ningún bien carecen.

Venid, hijos, escuchadme,
os enseñaré el temor de Yahvé.
¿A qué hombre no le gusta la vida,
no anhela días para gozar de bienes?

Guarda del mal tu lengua,
tus labios de la mentira;
huye del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de Yahvé sobre los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
el rostro de Yahvé hacia los bandidos,
para raer de la tierra su recuerdo.

Cuando gritan, Yahvé los oye
y los libra de sus angustias;
Yahvé está cerca de los desanimados,
él salva a los espíritus hundidos.

Muchas son las desgracias del justo,
pero de todas le libra Yahvé;
cuida de todos sus huesos,
ni uno solo se romperá.

Da muerte al malvado la maldad,
los que odian al justo lo pagarán.
Rescata Yahvé la vida de sus siervos,
nada habrán de pagar los que a él se acogen.

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

(fuente: ocarm.org)

sábado, 26 de septiembre de 2015

Jesús vuelve a anunciar su muerte


Sábado de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario
(26/09/2015)

Libro de Zacarías 2, 5-9.14-15a.

Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir. Entonces le pregunté: "¿A dónde vas?". El mes respondió: "Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo". Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro y le dijo: "Corre, habla a ese joven y dile: Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella. Yo seré para ella -oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella". Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-. Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!


Libro de Jeremías 31, 10.11-12ab.13.

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño.»

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.

Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción.


del Evangelio según San Lucas 9, 43b-45.

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.







LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos habla del segundo anuncio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Los discípulos no entendieron la palabra sobre la cruz, porque no son capaces de entender ni di aceptar a un Mesías que se hace siervo de los hermanos. Ellos siguen soñando con un mesías glorioso.

• Lucas 9,43b-44: El contraste. “Estando todos maravillados por todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: “Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.” El contraste es muy grande. Por un lado la gente vibra y admira todo aquello que Jesús decía y hacía. Jesús parece corresponder a todo aquello que la gente sueña, crea y espera. Por otro lado, la afirmación de Jesús que será preso y que será entregado en manos de los hombres. Es decir, la opinión de las autoridades sobre Jesús es totalmente contraria a la opinión de la gente.

• Lucas 9,45: El anuncio de la Cruz. “Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado su sentido de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.” Y tenían miedo a hacer preguntas sobre el asunto”. Los discípulos lo escuchaban, pero no entendían las palabras sobre la cruz. Pero con todo, no piden aclaraciones. ¡Tienen miedo en dejar aflorar su ignorancia!

• El título de Hijo del Hombre. Este nombre aparece con gran frecuencia en los evangelios: 12 veces en Juan, 13 veces en Marcos, 28 veces en Lucas, 30 veces en Mateo. En todo, 83 veces en los cuatro evangelios. A Jesús le gustaba mucho usar este nombre, más que todos los demás. Este título viene del AT. En el libro de Ezequiel, indica la condición bien humana del profeta (Ez 3,1.4.10.17; 4,1 etc.). En el libro de Daniel, el mismo título aparece en una visión apocalíptica (Dan 7,1-28), en la que Daniel describe los imperios de los Babiloneses, de los Medos, de los Persas y de los Griegos. En la visión del profeta, estos cuatro imperios tienen la apariencia de “animales monstruosos” (cf. Dan 7,3-8). Son imperios animalescos, brutales, deshumanos, que persiguen, deshumanizan y matan (Dan 7,21.25). En la visión del profeta, después de los reinos anti-humanos, aparece el Reino de Dios que tiene apariencia no de animal, sino que de figura humana, Hijo de hombre. Es decir, se trata de un reino con apariencia de gente, reino humano, que promueve la vida. Humaniza. (Dan 7,13-14). En la profecía de Daniel la figura del Hijo del Hombre representa, no a un individuo, sino, como el mismo dice, al “pueblo de los Santos del Altísimo” (Dan 7,27; Cf. Dan 7,18). Es el pueblo que no se deja deshumanizar ni engañar o manipular por la ideología dominante de los imperios animalescos. La misión del Hijo del Hombre, esto es, del pueblo de Dios, consiste en realizar el Reino de Dios como un reino humano. Reino que no persigue la vida, ¡sino que la promueve! Humaniza a las personas.
Al presentarse a los discípulos como a Hijo del Hombre, Jesús asume como suya esta misión que es la misión de todo el Pueblo de Dios. Y es como si les dijera a ellos y a todos nosotros: “¡Vengan conmigo! Esta misión no es sólo mía, sino que es de todos nosotros. ¡Vamos juntos a realizar la misión que Dios nos ha entregado, a realizar el Reino humano y humanizador que él soñó!” Y fue lo que él hizo y vivió durante toda la vida, sobre todo, en los últimos treinta años. Decía el Papa León Magno: “Jesús fue tan humano, pero tan humano, como sólo Dios puede ser humano”. Cuando más humano, tanto más divino. ¡Cuando más “hijo del hombre” tanto más “hijo de Dios!” Todo aquello que deshumaniza a las personas aleja de Dios. Fue lo que Jesús condenó, colocando el bien de la persona humana como prioridad encima de las leyes, encima del sábado (Mc 2,27). En la hora de ser condenado por el tribunal religioso del sinedrio, Jesús asumió este título. Al preguntarle si era el “hijo de Dios” (Mc 14,61), responde que es el “hijo del Hombre”: “Yo soy. Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Todo-Poderoso” (Mc 14,62). Por causa de esta afirmación fue declarado reo de muerte por las autoridades. El mismo sabía de esto, pues había dicho: “El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos” (Mc 10,45).

Para la reflexión personal

• ¿Cómo combinas en tu vida el sufrimiento y la fe en Dios?
• En tiempo de Jesús había contrastes: la gente pensaba y esperaba de una forma, mientras que las autoridades religiosas pensaban y esperaban de otra forma. Hoy existe ese mismo contraste.

Oración final Tu palabra, Yahvé, para siempre,
firme está en los cielos.
Tu verdad dura por todas las edades,
tú asentaste la tierra, que persiste. (Sal 119,89-90)

(fuente: ocarm.org)

viernes, 25 de septiembre de 2015

Tú eres el Mesías de Dios...

Viernes de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario
(25/09/2015)

Libro de Ageo 1, 15b.2,1-9. 

Era el día veinticuatro del sexto mes, del segundo año del rey Darío. El día veintiuno del séptimo mes, la palabra del Señor llegó, por medio del profeta Ageo, en estos términos: Di a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, a Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote, y al resto del pueblo: ¿Queda alguien entre ustedes que haya visto esta Casa en su antiguo esplendor? ¿Y qué es lo que ven ahora? ¿No es como nada ante sus ojos? ¡Animo, Zorobabel! -oráculo del Señor-. ¡Animo, Josué, hijo de Iehosadac, Sumo Sacerdote! ¡Animo, todo el pueblo del país! -oráculo del Señor-. ¡Manos a la obra! Porque yo estoy con ustedes -oráculo del Señor de los ejércitos- según el compromiso que contraje con ustedes cuando salieron de Egipto, y mi espíritu permanece en medio de ustedes. ¡No teman! Porque así habla el Señor de los ejércitos: Dentro de poco tiempo, yo haré estremecer el cielo y la tierra, el mar y el suelo firme. haré estremecer a todas las naciones: entonces afluirán los tesoros de todas las naciones y llenaré de gloria esta Casa, dice el Señor de los ejércitos. ¡Son míos el oro y la plata! -oráculo del Señor de los ejércitos- La gloria última de esta Casa será más grande que la primera, dice el Señor de los ejércitos, y en este lugar yo daré la paz -oráculo del Señor de los ejércitos-.


Salmo 43(42), 1.2.3.4.

Júzgame, Señor,
y defiende mi causa
contra la gente sin piedad;
líbrame del hombre falso y perverso.

Si tú eres mi Dios y mi fortaleza,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué tendré que estar triste,
oprimido por mi enemigo?

Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas me encaminen
y me guíen a tu santa Montaña,
hasta el lugar donde habitas.

Y llegaré al altar de Dios,
el Dios que es la alegría de mi vida;
y te daré gracias con la cítara,
Señor, Dios mío.


del Evangelio según San Lucas 9, 18-22.

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".







LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy retoma el mismo asunto del evangelio de ayer: la opinión de la gente sobre Jesús. Ayer, era a partir de Herodes. Hoy es el mismo Jesús quien pregunta qué dice la opinión pública, y los apóstoles responden dando la misma opinión que ayer. En seguida viene el primer anuncio de la pasión, de la muerte y de la resurrección de Jesús.

• Lucas 9,18: La pregunta de Jesús después de la oración. “Estando una vez orando a solas, en compañía de los discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?” . En el evangelio de Lucas, en varias oportunidades importantes y decisivas Jesús aparece rezando: en el bautismo, cuando asume su misión (Lc 3,21); en los 40 días en el desierto, cuando vence las tentaciones del diablo con la luz de la Palabra de Dios (Lc 4,1-13); por la noche, antes de escoger a los doce apóstoles (Lc 6,12); en la transfiguración, cuando con Moisés y Elías conversa sobre la pasión en Jerusalén (Lc 9,29); en el huerto, cuando se enfrenta a la agonía (Lc 22,39-46); en la cruz, cuando pide perdón por el soldado (Lc 23,34) y entrega el espíritu a Dios (Lc 23,46).

• Lucas 9,19: La opinión de la gente sobre Jesús. “Ellos respondieron: "Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos ha resucitado." Al igual que Herodes, muchos pensaban que Juan Bautista hubiera resucitado en Jesús. Era creencia común que el profeta Elías tenía que volver (Mt 17,10-13; Mc 9,11-12; Mt 3,23-24; Ec 48,10). Y todos alimentaban la esperanza de la venida del profeta prometido por Moisés (Dt 18,15). Respuestas insuficientes.

• Lucas 9,20: La pregunta de Jesús a los discípulos. Después de oír las opiniones de los demás, Jesús pregunta: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”. Pedro respondió: “¡El Mesías de Dios!” Pedro reconoce que Jesús es aquel que la gente está esperando y que viene a realizar las promesas. Lucas omite la reacción de Pedro tentando de disuadir a Jesús a que siguiera por el camino de la cruz y omite también la dura crítica de Jesús a Pedro (Mc 8,32-33; Mt 16,22-23).

• Lucas 9,21: La prohibición de revelar que Jesús es el Mesías de Dios. “Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie”. Les está prohibido el que revelen a la gente que Jesús es el Mesías de Dios. ¿Por qué Jesús lo prohibió? Es que en aquel tiempo, como ya vimos, todos esperaban la venida del Mesías, pero cada uno a su manera: unos como rey, otros como sacerdote, otros como doctor, guerrero, juez, o ¡profeta! Nadie parecía estar esperando al mesías siervo, anunciado por Isaías (Is 42,1-9). Quien insiste en mantener la idea de Pedro, esto es, del Mesías glorioso sin la cruz, no va a entender nada y nunca llegará a tomar la actitud del verdadero discípulo. Continuará ciego, como Pedro, cambiando a la gente por un árbol (cf. Mc 8,24). Pues sin la cruz es imposible entender quién es Jesús y qué significa seguir a Jesús. Por esto, Jesús insiste de nuevo en la Cruz y hace el segundo anuncio de su pasión, muerte y resurrección.

• Lucas 9,22: El segundo anuncio de la pasión. Y Jesús añadió: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.” La comprensión plena del seguimiento de Jesús no se obtiene por la instrucción teórica, sino por el compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio, desde Galilea hasta Jerusalén. El camino del seguimiento es el camino de la entrega, del abandono, del servicio, de la disponibilidad, de la aceptación del conflicto, sabiendo que habrá resurrección. La cruz no es un accidente de camino, sino que forma parte del camino. ¡Pues en un mundo organizado desde el egoísmo, el amor y el servicio sólo pueden existir crucificados! Quien hace de su vida un servicio a los demás, incomoda a los que viven agarrados a los privilegios, y sufre.

Para la reflexión personal

• Creemos todos en Jesús. Pero algunos entienden a Jesús de una manera y otros de otra. Hoy ¿cuál es el Jesús más común en la manera de pensar de la gente?
• La propaganda ¿cómo interfiere en mi modo de ver a Jesús? ¿Qué hago para no dejarme embaucar por la propaganda? ¿Qué nos impide hoy reconocer y asumir el proyecto de Jesús?

Oración final

Bendito Yahvé, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la batalla.
Es mi aliado y mi baluarte,
mi alcázar y libertador,
el escudo que me cobija. (Sal 144,1-2)

(fuente: ocarm.org)

jueves, 24 de septiembre de 2015

¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?

Jueves de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario
(24/09/2015)

Libro de Ageo 1, 1-8.

En el segundo año del rey Darío, el primer día del sexto mes, la palabra del Señor fue dirigida, por medio del profeta Ageo, a Zorababel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá y a Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote, en estos términos: Así habla el Señor de los ejércitos: Este pueblo dice: "Todavía no ha llegado el momento de reconstruir la Casa del Señor". Y la palabra del Señor llegó, por medio del profeta Ageo, en estos términos: ¿Es este acaso el momento de que ustedes vivan en sus casas revestidas de madera, mientras esta Casa está en ruinas? Ahora bien, así habla el Señor de los ejércitos: ¡Consideren la situación en que se encuentran! Ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero no se han saciado; han bebido, pero no han apagado su sed; se han vestido, pero no se han abrigado; y el asalariado ha puesto su jornal en saco roto. a Así habla el Señor de los ejércitos: Suban a la montaña traigan madera y reconstruyan la Casa; yo la aceptaré gustoso y manifestaré mi gloria, dice el Señor. ¡Consideren la situación en que se encuentran!


Salmo 149(148), 1-2.3-4.5-6a.9b.

Canten al Señor un canto nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que Israel se alegre por su Creador
y los hijos de Sión se regocijen por su Rey.

Celebren su Nombre con danzas,
cántenle con el tambor y la cítara,
porque el Señor tiene predilección por su pueblo
y corona con el triunfo a los humildes.

Que los fieles se alegren por su gloria
y canten jubilosos en sus fiestas.
Glorifiquen a Dios con sus gargantas;
ésta es la victoria de todos sus fieles.


del Evangelio según San Lucas 9, 7-9.

El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado". Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado". Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.






LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos presenta la reacción de Herodes ante la predicación de Jesús. Herodes no sabe situar a Jesús. Había matado a Juan Bautista y ahora quiere ver a Jesús de cerca. En el horizonte despuntan amenazas.

• Lucas 9,7-8: ¿Quién es Jesús? El texto empieza con un balance de las opiniones de la gente y de Herodes sobre Jesús. Algunos asociaban a Jesús con Juan Bautista y Elías. Otros lo identificaban como Profeta, esto es, como alguien que habla en nombre de Dios, que tiene el valor de denunciar las injusticias de los poderosos y que sabe animar la esperanza de los pequeños. Es el profeta anunciado en el Antiguo Testamento como un nuevo Moisés (Dt 18,15). Son las misma opiniones que Jesús mismo recoge de los discípulos al preguntarle: "¿Quién dice los demás que o soy?" (Lc 9,18). Las personas trataban de comprender a Jesús desde lo que ellos mismos conocían pensaban y esperaban. Trataban de enmarcarle dentro de los criterios familiares del Antiguo Testamento, con sus profecías y esperanza, y de la Tradición de los Antiguos, con sus leyes. Pero eran criterios insuficientes. Jesús no cabía allí dentro, ¡era más grande!

• Lucas 9,9: Herodes quiere ver a Jesús. “Entonces Herodes dijo: "A Juan, le decapité yo.¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?” Y buscaba verle”. Herodes, hombre supersticioso y sin escrúpulos, reconoce ser el asesino de Juan el Bautista. Ahora quiere ver a Jesús. Lucas sugiere así que hay amenazas que empiezan a despuntar en el horizonte. Herodes no tuvo miedo de matar a Juan Bautista. No lo tendrá tampoco a la hora de matar a Jesús. Cuando le dijeron que Herodes trataba de hacerle preso, mandó a decirle: “«Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.” (Lc 13,32). Herodes no tiene poder sobre Jesús. Cuando en la hora de la pasión, Pilatos manda Jesús donde Herodes para que investigue sobre él, Jesús no le da ninguna respuesta (Lc 23,9). Herodes no merecía respuesta.

• De padre en hijo. Hay veces en que se confunden los tres Herodes que vivieron en aquella época, pues los tres aparecen en el Nuevo Testamento con el mismo nombre: a) Herodes, llamado el Grande, gobernó sobre Palestina del 37 al 4 antes de Cristo. Aparece en el nacimiento de Jesús (Mt 2,1). Mató a los niños de Belén (Mt 2,16). b) Herodes, llamado Antipas, gobernó sobre Galilea del 4 al 39 después de Cristo. Aparece en la muerte de Jesús (Lc 23,7). Mató a Juan Bautista (Mc 6,14-29). c) Herodes, llamado Agripa, gobernó sobre toda Palestina del 41 al 44 después de Cristo. Aparece en los Hechos de los Apóstoles (Hec 12,1.20). Mató al apóstol Santiago (He 12,2).

Cuando Jesús tenía más o menos cuatro años, murió el rey Herodes. Aquel que mató a los niños de Belén (Mt 2,16). Su territorio fue dividido entre los hijos. Arquéalo, uno de sus dos hijos, recibió el gobierno sobre la Judea. Era menos inteligente que el padre, pero más violento. Solamente en su toma de posesión fueron masacradas casi 3000 personas, ¡en la plaza del Templo! El evangelio de Mateo informa que María y José, cuando supieron que este Arquéalo había asumido el gobierno de Judea, tuvieron miedo de volver por allá y fueron a morar en Nazaret, en Galilea (Mt 2,­22), gobernada por otro hijo de Herodes, llamado Herodes Antipas (Lc 3,1). Este Antipas quedó en el poder por más de 40 años. Durante los treinta y tres años que Jesús vivió nunca huno cambios en el gobierno de Galilea.
Herodes el Grande, el padre de Herodes Antipas, había construido la ciudad de Cesaréa Marítima, inaugurada en el año 15 antes de Cristo. Era el nuevo puerto de desagüe de los productos de la región. Debía competir con el gran puerto de Tiro en el Norte, y así ayudar para el fomento del comercio en Samaria y en Galilea. Por esto, desde los tiempos de Herodes el Grande, la producción agrícola en Galilea empezaba a orientarse no más a partir de las necesidades de las familias, como era antes, sino desde las exigencias de mercado. Este proceso de cambio en la economía continuó durante todo el gobierno de Herodes Antipas, más de cuarenta años, y encontró en él a un organizador eficiente. Todos estos gobernantes estaban bajo dueño. Quien mandaba e Palestina, desde el 63 antes de Cristo, era Roma, el Imperio.

Para la reflexión personal

• Tengo que preguntarme siempre: ¿quién es Jesús para mí?
• Herodes quiere ver a Jesús. Era curiosidad morbosa y supersticiosa. Otros quieren ver a Jesús, porque quieren encontrar un sentido a la vida. Y ¿qué motivación tengo que me empuja a ver y a encontrar a Jesús?

Oración final

Sácianos de tu amor por la mañana,
y gozaremos y cantaremos de por vida.
Alégranos por los días que nos humillaste,
por los años en que conocimos la desdicha. (Sal 90,14-15)

(fuente: ocarm.org)

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos

Miércoles de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario
(23/09/2015)

Libro de Esdras 9, 5-9.

Entonces me levanté, y con la túnica y el manto desgarrados, caí de rodillas, extendí las manos hacia el Señor, mi Dios, y dije: "Dios mío, estoy tan avergonzado y confundido que no me atrevo a levantar mi rostro hacia ti. Porque nuestras iniquidades se han multiplicado hasta cubrirnos por completo, y nuestra culpa ha subido hasta el cielo. Desde los días de nuestros padres hasta hoy, nos hemos hecho muy culpables, y a causa de nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, fuimos entregados a los reyes extranjeros, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la vergüenza, como nos sucede en el día de hoy. Pero ahora, hace muy poco tiempo, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes y de darnos un refugio en su Lugar santo. Así nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. Porque nosotros estamos sometidos; pero nuestro Dios no nos ha abandonado en medio de la servidumbre. El nos obtuvo el favor de los reyes de Persia, para animarnos a levantar la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y para darnos una muralla en Judá y en Jerusalén.


Libro de Tobías 13, 2.3-4a.4bcd.5.8.

Porque él castiga y tiene compasión,
hace bajar hasta el Abismo
y hace subir de la gran Perdición,
sin que nadie escape de su mano.

¡Celébrenlo ustedes, israelitas,
delante de todas las naciones!
Porque él los ha dispersado
en medio de ellas,
pero allí les ha mostrado su grandeza.

Exáltenlo ante todos los vivientes
porque él es nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Padre,
él es Dios por todos los siglos.

Él los castiga por sus iniquidades,
pero tendrá compasión de todos ustedes,
y los congregará de entre todas las naciones
por donde han sido dispersados.

Yo lo celebro en el país del destierro,
y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador.

¡Conviértanse, pecadores,
y practiquen la justicia en su presencia!
¡Quién sabe si él no les será favorable
y tendrá misericordia de ustedes!


del Evangelio según San Lucas 9, 1-6.

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.







LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos trae la descripción de la misión que los Doce recibieron de Jesús. Más adelante, Lucas habla de la misión de los setenta y dos discípulos (Lc 10,1-12). Los dos se completan y revelan la misión de la iglesia.

• Lucas 9,1-2: Envío de los doce para la misión. “Les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar”.Llamando a los doce, Jesús intensifica el anuncio de la Buena Nueva. El objetivo de la misión es simple y claro: reciben el poder y la autoridad para expulsar a los demonios, para curar las dolencias y para anunciar el Reino de Dios. Así como la gente quedaba admirada ante la autoridad de Jesús sobre los espíritus impuros y ante su manera de anunciar la Buena Nueva (Lc 4,32.36), lo mismo deberá acontecer con la predicación de los doce apóstoles.

• Lucas 9,3-5: Las instrucciones para la Misión. Jesús los envió con las siguientes recomendaciones: no pueden llevar nada “ni bastón, ni alforja, ni dinero, ni dos túnicas”. No pueden andar de casa en casa, sino que “Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí.” En caso de que no os reciban “sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos”. Como veremos, estas recomendaciones extrañas para nosotros, tienen un significado muy importante.

• Lucas 9,6: La ejecución de la misión. Y ellos se fueron. Es el comienzo de una nueva etapa. Ahora ya no es sólo Jesús, sino es todo el grupo que va a anunciar la Buena Nueva de Dios a la gente. Si la predicación de Jesús ya causaba conflictos, cuánto más ahora, con la predicación de todo el grupo.

• Los cuatro puntos básicos de la misión. En el tiempo de Jesús, había diversos movimientos de renovación: esenios, fariseos, zelotes. Ellos también buscaban una nueva manera de convivir en comunidad y tenían a sus misioneros (cf. Mt 23,15). Pero éstos, cuando iban en misión, iban prevenidos. Llevaban alforja y dinero para cuidar de su propia comida. Pues no confiaban en la comida de la gente que no siempre era ritualmente “pura”. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y las discípulas de Jesús recibieron recomendaciones diferentes que nos ayudan a entender los puntos fundamentales de la misión de anunciar la Buena Nueva:

a) Deben ir sin nada (Lc 9,3; 10,4). Esto significa que Jesús obliga a confiar en la hospitalidad. Pues, quien va sin nada, va porque confía en la gente y piensa que va a ser recibido. Con esta actitud, critican las leyes de la exclusión, enseñadas por la religión oficial, y por la nueva práctica, mostraron que tenían otros criterios de comunidad.
b) Deben quedarse hospedados en la primera casa hasta retirarse del lugar (Lc 9,4; 10,7). Esto es, deben convivir de forma estable y no andar de casa en casa. Deben trabajar como todo el mundo y vivir de lo que reciben a cambio, “pues el obrero merece su salario” (Lc 10,7). Con otras palabras, tienen que participar de la vida y del trabajo de la gente, y la gente los acogerá en su comunidad y compartirá con ellos casa y comida. Esto significa que deben confiar en el compartir. Esto explica también la severidad de la crítica contra los que no aceptan el mensaje: sacudirse el polvo de los pies, como pretexto contra ellos (Lc 10,10-12), pues no rechazan algo nuevo, sino que su propio pasado.
c) Tienen que curar a los enfermos y expulsar los demonios (Lc 9,1; 10,9; Mt 10,8). Esto es, deben ejercer la función de “defensor” (goêl) y acoger para dentro del clan, dentro de la comunidad, a los excluidos. Con esta actitud critican la situación de desintegración de la vida comunitaria del clan y apuntan hacia salidas concretas. La expulsión de demonios es señal de que el Reino de Dios ha llegado (Lc 11,20).
d) Tienen que comer lo que el pueblo les da (Lc 10,8). No pueden vivir separados con su propia comida, sino que han de aceptar la comunión de mesa. Esto significa que, en contacto con la gente, no deben tener miedo a perder la pureza como era enseñada en la época. Con esta actitud critican las leyes de la pureza en vigor y muestran, por medio de la nueva práctica, que poseen otro acceso a la pureza, esto es, a la intimidad con Dios. Estos eran los cuatro puntos básicos de la vida comunitaria que debían marcar la actitud de los misioneros o de las misioneras que anunciaban la Buena Nueva de Dios en nombre de Jesús: hospitalidad, compartir, comunión de mesa, y acogida a los excluidos (defensor, goêl). Si estas cuatro exigencias se cumplen, entonces pueden y deben gritar a los cuatro vientos: “¡El Reino ha llegado!” (cf. Lc 10,1-12; 9,1-6; Mc 6,7-13; Mt 10,6-16). Pues el Reino de Dios que Jesús nos ha revelado no es una doctrina, ni un catecismo, ni una ley. El Reino de Dios acontece y se hace presente cuando las personas, motivadas por su fe en Jesús, deciden convivir en comunidad para así testimoniar y revelar a todos que Dios es Padre y Madre y que, por consiguiente, nosotros, los seres humanos, somos hermanos y hermanas unos de otros. Jesús quería que la comunidad local fuera de nueva una expresión de la Alianza, del Reino, del amor de Dios como Padre, que nos hace a todos hermanos y hermanas.

Para la reflexión personal

• La participación en la comunidad ¿te ha ayudado a acoger y a confiar más en las personas, sobre todo en los más sencillos y en los pobres?
• ¿Cuál es el punto de la misión de los apóstoles que tiene más importancia para nosotros hoy? ¿Por qué?

Oración final

Mi porción es Yahvé.
He decidido guardar tus palabras.
Busco con anhelo tu favor,
tenme piedad por tu promesa. (Sal 119,57-58)

(fuente: ocarm.org)

martes, 22 de septiembre de 2015

"Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".

Martes de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario
(22/09/2015)

Libro de Esdras 6, 7-8.12b.14-20.

Dejen trabajar en esa Casa de Dios al comisionado de Judea y a los ancianos de los judíos. Que se reconstruya esa Casa de Dios en el mismo sitio. Estas son mis órdenes acerca de la conducta que ustedes deben observar frente a los ancianos de los judíos, para la reconstrucción de esa Casa de Dios: los gastos que ellos hagan serán pagados totalmente y sin interrupción de los fondos reales, utilizando los impuestos percibidos en la región del otro lado del Eufrates. ¡Que el Dios que ha establecido allí su Nombre destruya a cualquier rey o pueblo que intente transgredir esta orden, destruyendo esa Casa de Dios que está en Jerusalén! Yo, Darío, he promulgado este decreto. Que sea cumplido estrictamente". Los ancianos de los judíos llevaron adelante la obra, bajo el impulso del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Idó. Así terminaron la construcción, conforme a la orden del Dios de Israel y a los decretos de Ciro y Darío. La Casa fue concluida el día veintitrés del mes de Adar, en el sexto año del reinado de Darío. Todos los israelitas - los sacerdotes, los levitas, y el resto de los repatriados - celebraron alegremente la Dedicación de esta Casa de Dios. Para su Dedicación, ofrecieron cien novillos, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. Además, ofrecieron doce chivos, según el número de tribus de Israel, como sacrificio por el pecado de todo el pueblo. Después establecieron a los sacerdotes según sus categorías y a los levitas según sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, como está escrito en el libro de Moisés. Los repatriados celebraron la Pascua el día catorce del primer mes. Como todos los levitas se habían purificado, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los que habían vuelto del destierro, para sus hermanos los sacerdotes y para ellos mismos.


Salmo 122(121), 1-2.3-4a.4b-5.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén, que fuiste construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor.

Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.


del Evangelio según San Lucas 8, 19-21.

Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte". Pero él les respondió: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".







LECTIO DIVINA

Oración inicial: ¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos habla del episodio en que los padres de Jesús, inclusive su madre, quisieron conversar con é, pero Jesús no les presta atención. Jesús tuvo problemas con la familia. A veces, la familia ayuda a vivir mejor y a participar en la comunidad. Otras veces, dificulta esa convivencia. Así fue para Jesús, y así es para nosotros.

• Lucas 8,19-20: La familia busca a Jesús. Los parientes llegan a la casa donde estaba Jesús. Probablemente habían venido de Nazaret. De allí a Cafarnaúm hay sólo unos 40 km. Su madre estaba con ellos. No entran, pues había mucha gente, pero le mandan un recado: “Tu madre y tus hermanos están fuera ahí fuera, y quieren verte". Según el evangelio de Marcos, los parientes no quieren ver a Jesús. Ellos quieren llevárselo y traérselo para casa (Mc 3,32). Pensaban que Jesús se había vuelto loco (Mc 3,21). Probablemente, tenían miedo, pues según nos informa la historia, la vigilancia de parte de los romanos con relación a todos los que de una forma o de otro tenían un cierto liderazgo popular, era enorme (cf. He 5,36-39). En Nazaret, en la sierra, estaría más al seguro que en la ciudad de Cafarnaúm.

• Lucas 8,21: La respuesta de Jesús. La reacción de Jesús es firme:"Mi madre y mis hermanos son los que oyen la Palabra de Dios, y la ponen en práctica." En Marcos, la reacción de Jesús es más concreta. Marcos dice: “Entonces Jesús miró hacia las personas que estaban sentadas a su alrededor y dijo: Aquí están mi madre y mis hermanos. Aquel que hace la voluntad de Dios, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mc 3,34-35). ¡Jesús ensancha la familia! No permite que la familia lo aleje de la misión: ni la familia (Jn 7,3-6), ni Pedro (Mc 8,33), ni los discípulos (Mc 1,36-38), ni Herodes (Lc 13,32), ni nadie (Jn 10,18).

• Es la palabra la que crea la nueva familia alrededor de Jesús: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en práctica.". Un buen comentario de este episodio es lo que dice el evangelio de Juan en el prólogo: “En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino que nacieron de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,10-14). La familia, los parientes, no entendieron a Jesús (Jn 7,3-5; Mc 3,21), no hacen parte de la nueva familia. Hacen parte de la nueva comunidad sólo aquellos y aquellas que reciben la Palabra, esto es, que creen en Jesús. Estos nacen de Dios y forman la Familia de Dios.

• La situación de la familia en el tiempo de Jesús. En el tiempo de Jesús, tanto la coyuntura política, social y económica como la ideología religiosa, todo conspiraba para el enflaquecimiento de los valores centrales del clan, de la comunidad. La preocupación con los problemas de la propia familia impedía que las personas se uniesen en comunidad. Ahora, para que el Reino de Dios pudiera manifestarse, de nuevo, en la convivencia comunitaria de la gente, las personas tenían que superar los límites estrechos de la pequeña familia y abrirse a la gran familia, a la Comunidad. Jesús dio el ejemplo. Cuando su familia trató de apoderarse de él, reaccionó y ensanchó la familia (Mc 3,33-35). Creó comunidad.

• Los hermanos y las hermanas de Jesús. La expresión “hermanos y hermanas de Jesús” es causa de mucha polémica entre católicos y protestantes. Basándose en éste y en otros textos, los protestantes dicen que Jesús tenía más hermanos y que María tenía más hijos. Los católicos dicen que María no tuvo más hijos. ¿Qué pensar de esto? En primer lugar, las dos posiciones, tanto de los católicos como de los protestantes, ambas tienen argumentos sacados de la Biblia y de la Tradición de sus respectivas iglesias. Por esto, no conviene pelearse ni discutir esta cuestión con argumentos sólo de la cabeza. Pues se trata de convicciones profundas, que tienen que ver con la fe y con los sentimientos de ambos. El argumento sólo de la cabeza no consigue deshacer una convicción del corazón. ¡Apenas irrita y aleja! Aún cuando no concuerdo con la opinión del otro, tengo que respetarla siempre. En segundo lugar, en vez de discutir alrededor de textos, nosotros todos, católicos y protestantes, deberíamos unirnos bien para luchar en defensa de la vida, creada por Dios, vida tan desfigurada por la pobreza, por la injusticia, por la falta de fe. Deberíamos recordar alguna que otra frase de Jesús: “He venido para que todos tengan vida, y la tengan en abundancia”(Jn 10,10). “Que todos sean uno, para que el mundo crea que Tú, Padre, me has enviado”(Jn 17,21). “¡No se lo impidáis! Quien no está en contra está a favor nuestro”(Mc 10,39.40).

Para la reflexión personal

• La familia ¿ayuda o dificulta tu participación en la comunidad cristiana?
• ¿Cómo asumes tu compromiso en la comunidad cristiana sin perjudicar ni la familia ni la comunidad?

Oración final

Enséñame, Yahvé, el camino de tus preceptos,
lo quiero recorrer como recompensa.
Dame inteligencia para guardar tu ley
y observarla de todo corazón. (Sal 119,33-34

(fuente: ocarm.org)

lunes, 21 de septiembre de 2015

"¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?

Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista
(21/09/2015)


Carta de San Pablo a los Efesios 4, 1-7.11-13.

Hermanos: Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos. Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido. El comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.


Salmo 19(18), 2-3.4-5.

El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia.

Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.

Allí puso una carpa para el sol


del Evangelio según San Mateo 9, 9-13.

Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".








LECTIO DIVINA

Oración inicial: Padre de bondad, que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz; concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El Sermón de la Montaña ocupa los capítulos de 5 a 7 del Evangelio de Mateo. La parte narrativa de los capítulos 8 y 9 tiene como finalidad mostrar cómo Jesús practicaba lo que acababa de enseñar. En el Sermón de la Montaña Jesús enseñó la acogida (Mt 5,23-25.38-42.43). Ahora, él mismo la practica al acoger a leprosos (Mt 8,1-4), extranjeros (Mt 8,5-13), mujeres (Mt 8,14-15), enfermos (Mt 8,16-17), endemoniados (Mt 8,28-34), paralíticos (Mt 9,1-8), publicanos (Mt 9,9-13), personas impuras (Mt 9,20-22), etc. Jesús rompe con las normas y costumbres que excluían y dividían a las personas, esto es, el miedo y la falta de fe (Mt 8,23-27) y las leyes de pureza (9,14-17), e indica claramente cuáles son las exigencias de quienes quieren seguirle. Tienen que tener el valor de abandonar muchas cosas (Mt 8,18-22). Así, en las actitudes y en la práctica de Jesús, aparece en qué consisten el Reino y la observancia perfecta de la Ley de Jesús.

• Mateo 9,9: El llamado para seguir a Jesús. Las primeras personas llamadas a seguir a Jesús fueron cuatro pescadores, todos judíos (Mt 4,18-22). Ahora Jesús llama a un publicano, considerado pecador y tratado como impuro por las comunidades más observantes de los fariseos. En los demás evangelios, este publicano se llama Leví. Aquí su nombre es Mateo, que significa don de Dios o dado por Dios. Las comunidades, en vez de excluir al publicano como impuro, deben considerarlo como un Don de Dios para la comunidad, pues su presencia hace que la comunidad se vuelva ¡señal de salvación para todos! Como los primeros cuatro llamados, así el publicano Mateo deja todo lo que tiene y sigue a Jesús. El seguimiento de Jesús exige ruptura. Mateo deja su despacho de impuestos, su fuente de renta, y sigue a Jesús.

• Mateo 9,10: Jesús se sienta en la mesa con los pecadores y los publicanos. En aquel tiempo, los judíos vivían separados de los paganos y de los pecadores y no comían con ellos en la misma mesa. Los judíos cristianos tenían que romper este aislamiento y crear comunión con los paganos e impuros. Fue esto lo que Jesús enseñó en el Sermón de la Montaña, como expresión del amor universal de Dios Padre (Mt 5,44-48). La misión de las comunidades era ofrecer un lugar a los que no tenían lugar. En algunas comunidades, las personas venidas del paganismo, aún siendo cristianas, no eran aceptadas en la misma mesa (cf. Hec 10,28; 11,3; Gal 2,12). El texto del evangelio de hoy indica cómo Jesús comía con publicanos y pecadores en la misma casa y en la misma mesa.

• Mateo 9,11: La pregunta de los fariseos. A los judíos estaba prohibido sentarse en la mesa con publicanos y paganos, pero Jesús no presta atención a esto, por el contrario, confraterniza con ellos. Los fariseos, viendo la actitud de Jesús, preguntan a los discípulos: “¿Por qué vuestro maestro come con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?" Esta pregunta puede ser interpretada como expresión del deseo de éstos, que quieren saber porqué Jesús actúa así. Otros interpretan la pregunta como una crítica de los comportamientos de Jesús, pues durante más de quinientos años, desde el tiempo del cautiverio en Babilonia hasta la época de Jesús, los judíos habían observado las leyes de pureza. Esta observancia secular se volvió para ellos una fuerte señal de identidad. Al mismo tiempo, era factor de su separación en medio de los otros pueblos. Así, por las causas de las leyes de pureza, no podían ni conseguían sentarse en la mesa para comer con los paganos. Comer con los paganos significaba volverse impuro Los preceptos de la pureza eran rigurosamente observados, tanto en Palestina como en las comunidades judaicas de la Diáspora. En la época de Jesús, había más de quinientos preceptos para guardar la pureza. En los años setenta, época en que Mateo escribe, este conflicto era muy actual.

• Mateo 9,12-13: Misericordia quiero y no sacrificios. Jesús oye la pregunta de los fariseos a los discípulos y responde con dos aclaraciones. La primera está sacada del sentido común: "No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal”. La otra está sacada de la Biblia: “Aprendan, pues, lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio”. Por medio de estas dos aclaraciones Jesús explicita y aclara su misión junto con la gente: “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores". Jesús niega la crítica de los fariseos, y no acepta sus argumentos, pues nacían de una falsa idea de la Ley de Dios. El mismo invoca la Biblia: "¡Misericordia quiero y no sacrificio!" Para Jesús la misericordia es más importante que la pureza legal. Apela a la tradición profética para decir que para Dios la misericordia vale más que todos los sacrificios (Os 6,6; Is 1,10-17). Dios tiene entrañas de misericordia, que se conmueven ante las faltas de su pueblo (Os 11,8-9).

Para la reflexión personal

• Hoy, en nuestra sociedad, ¿quién es marginado y quién es excluido? ¿Por qué? En nuestra comunidad ¿tenemos ideas preconcebidas? ¿Cuáles? ¿Cuál es el desafío que las palabras de Jesús plantean a nuestra comunidad, hoy?
• Jesús ordena al pueblo que lea y que entienda el Antiguo Testamento que dice: "Misericordia quiero y no sacrificios". ¿Qué quiere decir con esto Jesús, hoy?

Oración final

Señor, dichosos los que guardan sus preceptos,
los que lo buscan de todo corazón;
los que, sin cometer iniquidad,
andan por sus caminos. (Sal 119,2-3)

(fuente: ocarm.org)

domingo, 20 de septiembre de 2015

Ser como niños

Vigésimo quinto Domingo del tiempo ordinario
(20/09/2015)

Libro de la Sabiduría 2, 12.17-20. 

«Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.»


Salmo 54(53), 3-4.5.6.8.

Dios mío, sálvame por tu Nombre,
defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica,
presta atención a las palabras de mi boca.

pPorque gente soberbia se ha alzado contra mí,
hombres violentos atentan contra mi vida,
sin tener presente a Dios.

Pero Dios es mi ayuda,
el Señor es mi verdadero sostén:
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
daré gracias a tu Nombre, porque es bueno.


Epístola de Santiago 3, 16-18.4,1-3.

Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz. ¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones.


del Evangelio según San Marcos 9, 30-37.

Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará". Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?". Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".






LECTIO DIVINA

Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz , que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

a) Clave de lectura:

El texto del evangelio que nos propone la liturgia de este domingo nos trae el segundo anuncio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Como sucede en el primer anuncio (Mc 8,31-33), también ahora los discípulos se han atemorizado y están sobresaltados por el miedo. No entienden nada acerca de la cruz, porque no son capaces de entender, ni de aceptar un Mesías que se convierta en siervo de los hermanos. Ellos continúan soñando con un Mesías glorioso (Mt 16,21-22). Existe una gran incoherencia en los discípulos. Cuando Jesús anuncia su Pasión-Muerte, ellos discuten quién será el más grande entre ellos (Mc 9,34). ¡Jesús quiere servir y ellos piensan sólo en mandar! La ambición los lleva a querer colocarse junto a Jesús. ¿Qué es lo que mayormente me estimula en mi vida: la competitividad o el deseo de mandar o el deseo de servir y de promover a las personas?
La reacción de Jesús a la pretensión de los discípulos ayuda a percibir algo de la pedagogía fraterna usada por Él para formar a sus discípulos. Indica cómo le ayudaba a superar “ la levadura de los Fariseos y de Herodes” (Mc 8,15). Esta levadura tiene raíces profundas. ¡Renace de nuevo cada vez! ¡Pero Jesús no desiste! Combate y critica siempre la “levadura” mala. También hoy existe una levadura de la ideología dominante. Una propaganda del sistema neoliberal, del comercio, del consumismo, de las novelas, de los juegos, todo esto influye profundamente en nuestro modo de pensar y de obrar. Como los discípulos de Jesús, también nosotros, no siempre somos capaces de mantener una conducta crítica ante la invasión de todo esto. El talante formador de Jesús nos sigue ayudando.

b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:

☼ Marcos 9,30-32: el anuncio de la Pasión
☼ Marcos 9,33-37: discusión sobre quién es el más grande
☼ Marcos 9,38-40: el uso del nombre de Jesús
☼ Marcos 9,41: la recompensa de un vaso de agua

Momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Cuál es la frase de este texto que más me ha gustado o atraído mi atención?
b) ¿Cuál es la actitud de los discípulos en cada pasaje: vv 30-32; vv 33-37; vv 38-40?
c) ¿Cuál es la enseñanza de Jesús en cada episodio?
d) ¿Qué significa hoy para nosotros la frase: “Quien no está contra nosotros está con nosotros?"

Una clave de lectura para los que quisieran profundizar más en el texto

a) Comentario

Marcos 9,30-32: El anuncio de la Pasión
Jesús atravesaba la Galilea, pero no quiere que la gente lo sepa, porque está ocupado en la formación de los discípulos. Habla con ellos sobre el “Hijo del Hombre” que debe ser entregado. Jesús aporta en sus enseñanzas las profecías. En la formación de los discípulos se orienta en la Biblia. Los discípulos escuchan, pero no entienden. Pero tampoco piden aclaraciones. ¡Quizás tienen miedo de que se les descubra su ignorancia!

Marcos 9,33-34: Una mentalidad competitiva
Llegando a casa, Jesús pregunta: ¿De qué estábais discutiendo durante el camino? Ellos no responden. Es el silencio de los que se sienten culpables, porque en el camino discutían sobre quién fuese el más grande. La “levadura” de la competitividad, y del prestigio, que caracterizaba a la sociedad del Imperio Romano, ¡se infiltraba ya en la pequeña comunidad que estaba a punto de comenzar! ¡Aquí aparece el contraste! Mientras Jesús se preocupaba de ser el Mesías –Siervo, ellos piensan sólo en quién fuese el más grande. ¡Jesús trata de descender, ellos de ascender!

Marcos 9,35-37: Servir y no mandar
La respuesta de Jesús es un resumen del testimonio de vida que estaba dando desde el principio: ¡Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el siervo de todos! El último no gana nada. Es un siervo inútil (cfr Lc 17,10). Usar el poder no para ascender o dominar, sino para descender y servir. Este es el punto sobre el cual Jesús insiste mayormente y sobre el que fundamenta su testimonio (cfr Mc 10,45; Mt 20,28; Jn 13,1-16). Jesús pone en medio de ellos a algunos niños. Una persona que sólo piensa en ascender y dominar no piensa en los pequeños, en los niños. ¡Pero Jesús lo invierte todo! Y dice: Quien acoge a uno de estos niños en mi nombre, a mí me acoge; quien me acoge, no me acoge a mí, sino a áquel que me ha enviado. ¡Él se identifica con ellos! ¡Quien acoge a los pequeños en nombre de Jesús, acoge a Dios mismo!

Marcos 9, 38-40: La mentalidad estrecha
Alguno que no pertenecía a la comunidad se servía del nombre de Jesús para arrojar los demonios. Juan, el discípulo, lo ve y lo prohíbe: Se lo hemos prohibido, porque no era de los nuestros. En nombre de la comunidad, Juan impide una acción buena. Él pensaba que era el dueño de Jesús y quería prohibir que otros usasen su nombre para hacer el bien. Era una mentalidad estrecha y antigua del “¡Pueblo elegido, Pueblo separado!” Jesús responde: ¡No se lo prohibáis! ¡Quien no está contra nosotros está con nosotros! (Mc 9,40). Para Jesús, lo que importa no es si la persona forma o no parte de la comunidad, sino si hace el bien que la comunidad debe hacer.

Marcos 9,41: Un vaso de agua por recompensa
Aquí se coloca una frase de Jesús: Quien os dé un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, os digo en verdad que no perderá su recompensa. Dos pensamientos: 1) Quien os dé un vaso de agua: Jesús está caminando hacia Jerusalén para dar la propia vida. ¡Gesto de gran donación! Pero Él no desprecia los pequeños gestos de donación en la vida de cada día: un vaso de agua, una acogida, una palabra, muchos gestos. También el mínimo gesto es apreciado. 2) En mi nombre porque sois de Cristo: Jesús se identifica con nosotros que queremos pertenecer a Él. Esto significa que para Él nosotros valemos mucho.

b) Más informaciones para poder entender mejor el texto

• Jesús, el “Hijo del Hombre”

Es el nombre que más le gusta a Jesús. Aparece con mucha frecuencia en el evangelio de Marcos (Mc 2,10-28; 8,31-38; 9,9-12.31; 10,33-45; 13,26; 14,21.41.62). Este título viene del A.T. En el libro de Ezequiel, indica la condición humana del profeta (Ez 3,1.10.17; 4,1 etc.) En el libro de Daniel, aparece el mismo título en una visión apocalíptica (Dn 7,1-28), en la que Daniel describe los imperios de los babilonios, medas, persas y griegos. En la visión del profeta, estos grandes imperios tienen una apariencia de “animales monstruosos” (cf Dn 7,3-8). Son imperios animalescos, brutales, inhumanos, que persiguen y matan (Dn 7,21-25). En la visión del profeta, después de dos reinos inhumanos, aparece el Reino de Dios que tiene la apariencia, no de un animal, sino de una figura humana, Hijo del Hombre. O sea, es un reino con apariencia de gente, reino humano, que promueve la vida, que humaniza (Dn 7,13-14). En la profecía de Daniel, la figura del Hijo del Hombre representa, no un individuo, sino, como dice él mismo, el “pueblo de los Santos del Altísimo” (Dn 7,27; cfr Dn 7,18). Es el pueblo de Dios que no se deja engañar ni manipular de la ideología dominante de los imperios animalescos. La misión del Hijo del Hombre, esto es, del pueblo de Dios, consiste en realizar el Reino de Dios como un reino humano. Reino que no mata la vida, más bien la defiende y promueve. Humaniza las personas.
Presentándose a los discípulos como el Hijo del Hombre, Jesús asume como suya esta misión que es la misión de todo el pueblo de Dios. Es como si dijese a ellos y a todos nosotros: “¡Venid conmigo! Esta misión no es sólo mía, sino de todos nosotros. Juntos, cumplamos la misión que Dios nos ha confiado: edificar el Reino humano y humanizante que Él soñó. Hagamos lo que Él hizo y vivió durante toda su vida, sobre todo, en los tres últimos años. El Papa León Magno decía: “Jesús fue tan humano, como sólo Dios puede serlo”. Cuanto más humano, tanto más divino. Cuanto más “hijo del hombre”, tanto más “hijo de Dios”. Todo lo que hace a las personas menos humanas aleja de Dios, también la vida religiosa, e incluso la vida carmelita. Fue lo que Jesús condenó, poniendo el bien de las personas sobre toda ley, sobre el sábado (Mc 2,27).

• Jesús, el Formador

“Seguir” era un término que hacía parte del sistema de la época. Se usaba para indicar la relación entre discípulo y maestro. La relación entre discípulo y maestro es diversa de la que hay entre profesor y alumno. Los alumnos asisten a las lecciones del profesor de una determinada materia. Los discípulos “siguen” al maestro y viven con él, todo el tiempo. Es propio en esta “convivencia” de tres años con Jesús, que los discípulos reciban su formación. Una formación de “seguimiento de Jesús”, no es en primer lugar la transmisión de verdades para repetir, sino la comunicación de una nueva experiencia de Dios y de la vida que irradiaba de Jesús para los discípulos. La comunidad misma que se formaba alrededor de Jesús era la expresión de esta nueva experiencia. La formación llevaba a las personas a tener una visión distinta, una actitud diversa. Hacía nacer en ellos una nueva conciencia de la misión y el respeto de uno mismo. Operaba de modo que se alineasen de parte de los excluidos. Producía una “conversión”, consecuencia de haber aceptado la Buena Noticia (Mc 1,15).
Jesús es el eje, el centro, el modelo, la referencia para la comunidad. Él indica el camino a seguir, es “camino, verdad y vida” (Jn 14,6). Para sus conductas es la prueba y la muestra del Reino: vuelve transparente y encarna el amor de Dios y lo revela (Mc 6,31; Mt 10,30; Lc 15,11-32). Jesús es una “persona significativa” para ellos, que dejará por siempre una impronta en ellos. Muchos pequeños gestos reflejarán este testimonio de vida con el cual Jesús señalaba su presencia en la vida de los discípulos. Era su modo de dar forma humana a la experiencia que Él mismo tenía del Padre. En este su modo de ser y de convivir, de relacionarse con las personas, de guiar al pueblo y de escuchar a los que venían a hablar con Él, Jesús aparece:

* como una persona de paz, que inspira paz y reconciliación: “¡La Paz sea con vosotros!” (Jn 20,19; Mt 10,26-33; Mt 18,22; Jn 20,23; Mt 16,19; Mt 18,18);
* como una persona libre y que libera, que despierta la libertad y la liberación: “El hombre no se ha hecho para el sábado, sino el sábado para el hombre” (Mc 2,27 2,18-23);
* como una persona de oración, al que vemos orar en todos los momentos importantes de su vida y que despierta en los otros las ganas de rezar: “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1-4; Lc 4,1-13, 6,12-13; Jn 11,41-42; Mt 11,25; Jn 17,1-26; Lc 23,46; Mc 15,34);
* como una persona afectuosa, que provoca respuestas llenas de amor (Lc 7,37-38; 8,2-3; Jn 21,15-17; Mc 14,3-9; Jn 13,1);
* como una persona acogedora, que está siempre presente en la vida de los discípulos y que los acoge a la vuelta de la misión (Lc 10,7);
* como una persona realista y observadora, que despierta la atención de los discípulos por las cosas de la vida mediante la enseñanza de las Parábolas (Lc 8,4-8);
* como una persona atenta, preocupada por los discípulos (Jn 21,9) , que cuida hasta de su descanso y que quiere estar con ellos de modo que puedan descansar (Mc 6,31);
* como una persona preocupada con la situación, que olvida la propia fatiga y el propio descanso cuando ve que la gente lo busca (Mt 9,36-38);
* como una persona amiga, que comparte todo, hasta el secreto del Padre (Jn 15,15);
* como una persona comprensiva, que acepta a los discípulos como son, hasta en su huída, la negación, la traición, sin romper con ellos (Mc 14,27-28; Jn 6,67);
* como una persona empeñada, que defiende a sus amigos cuando son criticados por los adversarios (Mc 2,18-19; 7,5-13);
* como una persona sabia, que conoce la fragilidad del ser humano, sabe lo que sucede en su corazón, y por esto insiste en la vigilancia y enseña a orar (Lc 11,1-13; Mt 6,5-15).
En una palabra, Jesús se presenta como una persona humana, muy humana, tan humana como sólo Dios puede ser humano. ¡Hijo del Hombre!

Salmo 30 (29) Acción de gracias después de un período mortal

Te ensalzo, Yahvé, porque me has levantado,
no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Yahvé, Dios mío, te pedí auxilio y me curaste.
Tú, Yahvé, sacaste mi vida del Seol,
me reanimaste cuando bajaba a la fosa.

Cantad para Yahvé los que lo amáis,
recordad su santidad con alabanzas.
Un instante dura su ira,
su favor toda una vida;
por la tarde visita de lágrimas,
por la mañana gritos de júbilo.

Al sentirme seguro me decía:
«Jamás vacilaré».
Tu favor, Yahvé, me afianzaba
más firme que sólidas montañas;
pero luego escondías tu rostro
y quedaba todo conturbado.

A ti alzo mi voz, Yahvé,
a mi Dios piedad imploro:
¿Qué ganas con mi sangre, con que baje a la fosa?
¿Puede el polvo alabarte, anunciar tu verdad?
¡Escucha, Yahvé, ten piedad de mí!
¡Sé tú, Yahvé, mi auxilio!

Has cambiado en danza mi lamento:
me has quitado el sayal, me has vestido de fiesta.
Por eso mi corazón te cantará sin parar;
Yahvé, Dios mío, te alabaré por siempre.

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

(fuente: ocarm.org)
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