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domingo, 31 de julio de 2016

"Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas"

Decimooctavo domingo del tiempo ordinario
(31/07/2016)

Libro de Eclesiastico, de Sirac 1, 2.2,21-23.

¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! Porque un hombre que ha trabajado con sabiduría, con ciencia y eficacia, tiene que dejar su parte a otro que no hizo ningún esfuerzo. También esto es vanidad y una grave desgracia. ¿Qué le reporta al hombre todo su esfuerzo y todo lo que busca afanosamente bajo el sol? Porque todos sus días son penosos, y su ocupación, un sufrimiento; ni siquiera de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.


Salmo 95(94), 1-2.6-7.8-9.

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor!

¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras.»


Carta de San Pablo a los Colosenses 3, 1-5.9-11.

Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos.


del Evangelio según San Lucas 12, 13-21.

En aquel tiempo: Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".





















REFLEXIÓN: Guardaos de toda clase de codicia

En el evangelio de Lucas del domingo pasado, los discípulos pedían al Maestro que los enseñara a orar y poner la confianza en Dios; en este domingo de estío, cuando el descanso vacacional necesario para retomar fuerzas y volver después a los quehaceres de siempre, la Palabra de Dios nos hace una llamada: compartir con quienes carecen de lo necesario. Repartir la herencia entre hermanos, es algo común; pensar solo en uno mismo, por desgracia, más común aún.

“Hay quien trabaja con ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no trabaja” (Ecl 2, 21)

Si a pesar de las cifras de las estadísticas, ¡cuántos hay que no encuentran trabajo! no se reparten las herencias, sino que se almacenan cosechas, se fomentan las desigualdades sociales, -que cada vez son mayores-, y en consecuencia hay menos ricos que son más ricos, y más pobres que les falta lo necesario para vivir.(Bauman). Propio del seguidor de Cristo es buscar la justa distribución del trabajo.

¡No os mintáis unos a otros! (Col 3, 9)

¿Y la mentira? Es signo de la no presencia de Dios en nosotros. La Resurrección de Cristo es la verdad a la que estamos llamados y la verdad es andar en incorruptibilidad. Cuando el ser humano cae en cualquier clase de idolatría, bien sea humana, espiritual o religiosa, se convierte en el hombre viejo corruptible que lleva dentro y no deja lugar a que Cristo sea todo en todos. Fruto de esa vejez interior es amasar fortuna pensando solo en vivir para uno mismo.

escrito por Fr. Carlos Recas Mora O.P.
Convento del Santísimo Rosario (Madrid)
(fuente: www.dominicos.org)

sábado, 30 de julio de 2016

El martirio de Juan, el Bautista

Sábado de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
(30/07/2016)

Libro de Jeremías 26, 11-16.24. 

Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: "Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos". Pero Jeremías dijo a los jefes y a todo el pueblo: "El Señor es el que me envió a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído. Y ahora, enmienden su conducta y sus acciones, y escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal con que los ha amenazado. En cuanto a mí, hagan conmigo lo que les parezca bueno y justo. Pero sepan que si ustedes me hacen morir, arrojan sangre inocente sobre ustedes mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque verdaderamente el Señor me ha enviado a ustedes para decirles todas estas palabras". Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios". Sin embargo, Ajicám, hijo de Safán, protegió a Jeremías e impidió que fuera entregado en manos del pueblo para ser ejecutado.


Salmo 69(68), 15-16.30-31.33-34.

Sácame del lodo para que no me hunda,
líbrame de los que me odian
y de las aguas profundas;
que no me arrastre la corriente,
que no me trague el Abismo,
que el Pozo no se cierre sobre mí.

Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,
que tu ayuda me proteja:
Así alabaré con cantos el nombre de Dios,
y proclamaré su grandeza dando gracias;
que lo vean los humildes y se alegren,
que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres
y no desprecia a sus cautivos.


del Evangelio según San Mateo 14, 1-12.

En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: "Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos". Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: "No te es lícito tenerla". Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: "Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.






















REFLEXIÓN

Querido jóvenes: en este último sábado de julio, se nos narra en el evangelio de San Mateo, el martirio de San Juan Bautista, si bien nos es la fiesta de su martirio, sin embargo esta relatado aquí el martirio, ¿Y porqué muere Juan Bautista?¿Porque pierde la vida? Pierde la vida por decir la verdad. Este es el mártir de la verdad y como Cristo es la verdad, entonces también en el fondo esta dando la vida por Cristo.

Por eso de San Juan Bautista también lo consideramos mártir. Él no tiene pelos en la lengua, el dice la verdad, aunque esa verdad frente a los poderosos le moleste.

¿Y cuál era la verdad que el proclamaba? Le decía a Herodes que la mujer que tenía no era de él, era la de su hermano, se la había robado, había cometido una injusticia, porque no era de él, no le pertenecía y por lo tanto había robado algo que no era suyo.

Esto evidentemente llenaba de odio, de rabia a la mujer, y entonces por medio de esta fiesta que Herodes había dado y la hija de Herodías baila tan gratamente que Herodes le ofrece todo lo que quiera y entonces ella en instancia de la madre, pide la cabeza de Juan el Bautista.

Queridos jóvenes el ser cristianos, implica siempre un riesgo, implica siempre también la disponibilidad a dar la vida por Jesús.

En el rito de la confirmación se les pregunta a los jóvenes ¿Están dispuestos a vivir y a morir alegremente en esta vocación cristiana? ¿Están dispuestos a sufrir desprecio y persecución a causa del nombre de Jesús? Y allí contestamos SI, estamos dispuestos.

Pidamos al Espíritu Santo para que él fortalezca nuestra alma y podamos en las pequeñas cosas de cada día, en las cuales tengamos que decir la verdad, podamos decirla con valentía, con respeto ,con suavidad y con firmeza. No queriendo prepotear a nadie, ni queriendo ser alguien que avasalle sino con sencillez, con libertad y con fortaleza decir la verdad de Cristo.

Sabiendo que esa verdad también es para uno, porque uno también es juzgado por la verdad, no somos los dueños de la verdad, sino que estamos en la verdad, que es distinto.

La verdad es más grande que nosotros, porque la verdad es Cristo mismo, entonces pidamos este coraje, en estos tiempos de incertidumbre, en estos tiempos de confusión, donde parece que todo es igual y nada es mejor, no tengamos miedo en proclamar la verdad del evangelio, aunque eso nos traiga desprecio y burlas y siempre con esa disponibilidad profunda hasta desear derramar la sangre por Jesús nuestro Señor.

Y pidámosle hoy a San Ignacio de Loyola, este valeroso español, que era un militar, era un soldado, pero que después Jesús lo tomo para formar la compañía de Jesús; también uso un término militar, compañía, la compañía, pero compañía de Jesús ahora, no ya para usar una espada de hierro y derramar sangre, sino para llevar el anuncio del evangelio a todo el mundo, como lo hicieron aquellos primeros jesuitas que llegaron hasta nuestras tierras y donde realizaron realmente obras de evangelización y de civilización incomparables en el mundo.

Que San Ignacio, este valeroso español, santo, fundador de la compañía de Jesús, nos llene de ese vigor, con su intercesión, para que todos proclamemos con valentía el nombre de Jesús

escrito por Monseñor Eduardo Martín
Obispo de la Diócesis de Rio Cuarto
(fuente: www.oleadajoven.org.ar)

viernes, 29 de julio de 2016

"Yo soy la Resurrección y la Vida"

Memoria de santa Marta
(29/07/2016)

Epístola I de San Juan 4, 7-16. 

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu. Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo. El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él. Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.


Salmo 34(33), 2-3.4-5.6-7.8-9.10-11.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: El me respondió
y me libró de todos mis temores.

Miren hacia El y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
El lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

El Ángel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en El se refugian!

Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada.


del Evangelio según San Juan 11, 19-27.

Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?". Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".





















REFLEXIÓN: En el silencio a los pies del Maestro

Marta y nosotros llamados a un profundo cambio, a la conversión.

En términos bíblicos la conversión no es sino una transformación de la persona, un cambio de radicalidad en hondura en aquello donde se entreteje la vida en los lugares más profundos. Marta hoy recibe por parte de Jesús una llamada a cambiar su mirada sobre aquel lugar crucial en la vida de todo hombre o mujer, la muerte que solamente se la entiende cuando alguien querido como el hermano de Marta se va de nuestro lado. Ha muerto Lázaro y Marta siente el peso de la muerte en su corazón y la respuesta de Jesús, su presencia de vida y el Señor la invita a cambiar la mirada, a creer en que la muerte bajo todas las formas ha sido vencida porque El que es la Resurrección y la Vida anticipadamente en la persona de su hermano Lázaro viene a esto: el no está muerto, el vivirá, Yo soy la Resurrección y la vida el que crea en mi aunque muera vivirá.

Cuando nosotros abrimos nuestro corazón y sintonizamos con ésta experiencia de vida para siempre en Cristo no hay realidad dolorosa, circunstancia crítica, momento dificil como puede ser la muerte que venga a vencer ena nosotros la decisión de ir con Jesús como testigos de la vida. Marta está siendo transformada desde la muerte en la vida resucitada anticipo de Jesús que va a vencer la muerte.

En una ocasión estaba Jesús en la casa de Betania de Marta, María y de Lázaro. El Maestro se sentó y comenzó a contar los secretos de su Reino en el ámbito de la familia .Mientras María escuchaba con atención todas las palabras de vida que salían de la boca del Maestro su hermana Marta se desvivía en satisfacer las pocas necesidades del invitado. En un momento de desesperación se acerca a Jesús y reclama: Maestro mi hermana no me ayuda a atenderte. Decile que se levante para terminar más pronto.

Esto aparece en Lucas10 verso 40: El Maestro con voz pausada antes los arrebatos de Marta como hoy en el texto de Juan le dice Marta siempre estás preocupada por las cosas menos importantes. No te das cuenta que lo esencial es quedarte sentada en éste lugar como tu hermana y recibir lo que te quiero dar Es como un paralelo con éste otro diálogo: Señor si hubieras estado aquí mi hermano no hubiera muerto.

Es como una actitud de reclamo de Marta a Jesús y Jesús en el Evangelio de hoy como en el de Lucas la invita a Marta a bajar sus decibeles de ansiedad, a entrar en un estadio distinto donde Jesús va mostrarle el camino.

Es un camino de transformación discipular que parte de la aceptación de lo que Jesús está dispuesto a donar pero para eso hace falta una cierta pasividad, sentarse a los pies del Maestro, escuchar su llamada a la conversión y animarse a ir más allá de lo que con ímpetu, con recta intención Marta está aquí como modo de estar parada en la vida.

A nosotros Dios también nos llama a la conversión. Algunos de la hondura destructiva que la fuerza del mal y del pecado nos puede haber golpeado para tirarnos y quitarnos la dignidad humana y entonces volver por los caminos de Dios es recuperar el orden en la propia vida, el quererse más y mejor. Para otros que ya han dado pasos de conversión convertirse a más, a lo que Dios me pide en éste tiempo.

Hay un llamado de conversión en éste tiempo en estos tiempos de cambio del mundo, de la sociedad donde creemos que el Señor de la historia es el que gobierna el mundo y la sociedad.

A nosotros en ésta movida de transformación Dios en su estilo de cambio y transformación me está haciendo una invitación a dar un paso creyente a unamada dea vida nueva. No es que esté mal la que estamos recorriendo, o si. Ya nos hemos dado cuenta que hemos tocado fondo. Siempre se puede más y mejor. A que más te invita Dios? Como es la llamada que el hace a tu vida de conversión.


Marta llamada a la conversión por la escucha del Maestro

S vemos el diálogo que se da entre Jesús y Marta podemos descubrir otro paralelismo entre éste acontecimiento de la muerte de Lázaro y aquel otro encuentro donde Marta pedía el ser ayudada por su hermana, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto pero se que ahora Dios te concederá todo lo que pidas y Jesús que la invita a entrar en contacto con El para serenarse. El también está conmovido, Jesús lloró la muerte de Lázaro en esa conmoción que le generó el encontrarse con la ausencia de su amigo sin embargo de ese lugar de confianza es capaz de todo la invita a Marta a creer.

Esa misma invitación de serenar su ímpetu Jesús lo hace en Lucas 10 cuando la llama a Marta a sentarse a los pies, a la escucha del Maestro como María. Escuchar no es facil. Todos en estos tiempos de la historia tenemos experiencia de lo dificil que es que nos escuchen y que lo dificil que nos resulta escuchar. Hay mucho ruido, desencuentros, corridas para llegar a donde no llegamos o para hacer lo que tenía que hacer y no lo logro todavía. Estas situaciones de vida impiden una escucha serena, atenta que nos ordene desde dentro para caminar más armónicamente.

El Evangelio nos muestra a los discípulos que se acercan a Jesús a veces en privado para preguntarle sobre ciertas cuestiones como el matrimonio. La salvación o para que le expliquen alguna tes y parábola. Los discípulos saben que su Maestro tiene respuestas a sus interrogantes de la vida, se reconocen ignorantes y aceptan como verdad todo lo que sale de la boca de Jesús.

Hay que pedir ésta Gracia de poder sentarnos a escuchar al Maestro y hay que hacer la opción de escuchar al Maestro. La consigna de hoy es intentar descubrir como en mivida el Dios vivo, Señor de la historia, en estos tiempos de transformación y de cambio me invita al cambio y la transformación va poder ser contestada, trabajada si escuchamos a Jesús y si no lo podemos hacer hay que pedir la Gracia de poder sentarnos a sus pies y de poder hacer ejercicio de silencio interior para darle la bienvenida a su invitación.

Necesitamos detenernos, salir de los encierros, abrirnos a la novedad que el Maestro quiere traernos. Muchas veces decimos que no escuchamos a Dios, que Dios no nos habla. En verdad lo que muchas veces ocurre es que Dios si nos habla u otros nos hablan pero a veces no queremos escuchar lo que nos dice. Por eso para recibir la novedad de Dios para nuestra vida necesitamos hacer silencio de nosotros mismos, acallar lo sabido, lo conocido no para abandonar los caminos sólidos ya conquistados sino para profundizar en la novedad de lo ya caminado o para abrirnos a lo no conocido.

Escuchar al Maestro es recibir su Palabra, rumearla en el corazón para que esa misma Palabra se mueva en nuestro interior y nos ponga de cara a la vida. La Palabra del Maestro es Palabra viva con poder para transformar, para hacer grandes cosas. Solo necesita de nuestra apertura, de nuestra disponibilidad para dar mucho f en nosotros y dar mucho fruto. Abrirnos al shemá del Señor. Es toda una muletilla en el Antiguo Testamento, es la búsqueda de Dios, de su pueblo Israel. Escucha Israel, shemá Israel Hoy Dios te dice escuchame. Escucha pueblo mío, tengo algo para decirte.


El silencio abre a la escucha

Tomando el texto de Lucas 10 del verso 39 en adelante descubrimos a María como la que se dispone a la escucha y ésta María hermana de Lázaro es el fiel reflejo de María la Madre de Jesús, la fiel oyente de la Palabra. Según los padres apofáticos del desierto el silencio es la mejor manera de nombrarlo a Dios. Un apotecma de los padres apofáticos reza así: solo el silencio te nombra.

En el silencio se escucha la voz de Dios, lo buscamos como actitud interior que nos acerque a Nazaret como escuela del silencio. El silencio nos permite encontrar a un Dios vivo. Así lo demuestra la experiencia de Elías en 1 Reyes 19, 9-18: el profeta se encuentra con Dios en la brisa suave después de buscarlo en el huracán, en el temblor de la tierra y en el fuego. Después del fuego, dice la Palabra, el susurro de una brisa suave, al oírlo Ellías se cubre el rostro con el manto salió y se puso a la entrada de la cueva. Allí le fue dirigida una voz que le dijo: que haces aquí Elías y empieza todo un camino de liberación de Elías. Está escondiéndose porque han matado a todos los profetas y lo quieren matar a El también. Elías sale de esa situación paranica que lo tiene encerrado en la cueva y se abre desde la suavidad de la brisa al camino nuevo que Dios le muestra. María de Nazaret nos enseña un camino de silencio interior.

En el Evangelio de Lucas en el capítulo 2 en el verso 51 y 52 se presenta la vida oculta de Nazaret y a María como la Maestra de ésta escuela de la escucha María, dice la Palabra, guardaba todas éstas cosas y las meditaba en el corazón. El silencio en María es para darle lugar a la Palabra. En Nazaret el Verbo hecho carne, el niño el adolescente el joven Jesús es el que viene a ocupar el centro para entender el misterio de su presencia hay que escucharlo.

Solo en el silencio se revitaliza la vida de la Gracia en nuestro corazón Necesitamos el silencio y poblar el interior de la Palabra de Dios gracias a que abrimos un marco de silencio. Si sabemos guardar espacio en la agenda para darle lugar al silencio en la escucha en la actitud obediente como María, la hermana ana de Marta y sentarnos a escuchar seguramente el vacío de la vida, el desencanto existencial comenzará a desplegar sus sombras para dar lugar a la luz que se esconde en lo más profundo de nuestra interioridad donde la vida del Espíritu como el murmullo de una paloma suena dentro de nosotros pacificándonos A veces decimos que nos falta tiempo.

El tiempo siempre es una cuestión de preferencia y las preferencias dependen de las prioridades. Se tiene tiempo para lo que uno quiere y si quiere. No pongamos excusas de tiempo. Prioricemos desde éste llamado a escuchar el tiempo de estar con Dios y encontraremos más tiempo, más espacio para estar con El.

escrito por Padre Javier Soteras
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

jueves, 28 de julio de 2016

" Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente"

Jueves de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
(28/07/2016)

Libro de Jeremías 18, 1-6. 

Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos: «Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.» Yo bajé al taller del alfarero, mientras el trabajaba en el torno. Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor. Entonces la palabra del Señor me llegó en estos términos: «¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? -oráculo del Señor-. Si, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel.»


Salmo 146(145), 2-4.5-6.

Alabaré al Señor toda mi vida;
mientras yo exista, cantaré al Señor.

No confíen en los poderosos,
en simples mortales, que no pueden salvar:
cuando expiran, vuelven al polvo,
y entonces se esfuman sus proyectos.

Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob
y pone su esperanza en el Señor, su Dios:
él hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos
Él mantiene su fidelidad para siempre.


del Evangelio según San Mateo 13, 47-53.

Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo". Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.

















REFLEXIÓN: El anhelo de eterna juventud

El evangelio nos pone frente al desenlace final de nuestras vidas, que salvo que nos toque de cerca con algun ser cercano, parece que le ocurriera sólo a los demás. “La muerte comienza a tener valor y sentido cuando toca la puerta de cerca” dice Karl Rhaner. Asi es que mientras vamos de pérdida tras pérdida, y las hojas del almanaque se salen, queremos retener algo. Naturalemnte intentamos aferrarnos a lo que nos da seguridad. Inevitablemente el paso del tiempo es inexorable, y aunque quisiéramos atraparlo, es imposible. Nada puede detener el proceso del saludable envejecimiento. En el surco del paso del tiempo que va dejando arrugas también aparece la sabiduría.

Este anhelo de eterna juventud queda prendido en el corazón. En cada etapa de la vida vamos buscando dejar de lado lo viejo por ir hacia lo nuevo que la vida nos trae, pero a veces buscamos sólo cuestiones cosméticos. Y puede que muchas cosas que son nuevas, huelen a viejo… como es el caso de la comida chatarra, que muchas veces se la presenta con gran márketing y estética, pero vienen mal hechas. Los conservantes detienen el “envejecimiento” pero no son muy saludables. Intentando conservar llenamos de químicos que terminan siendo insalubres. Por eso cuando no permitimos que lo que Dios nos ha regalado como creación y supone el nacer, crecer, desarrollarse y volver a la tierra nos hace mal, vamos en contra de la naturaleza.


“Sacar lo nuevo y lo viejo” con sabiduría

Muchas veces lo que parece que pasó de moda tiene vigencia en el presente. Por eso dice el evangelio de hoy que el reino de los cielos a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo. “El arte de discernir es compaginar en un mismo sentido lo nuevo y lo viejo, los opuestos”. En cada etapa de la vida pasa lo que dice el evangelio, se da una criba, y dejamos las amarras para buscar lo nuevo que viene.

A mí me llama mucho la atención el Bergoglio de hoy, nuestro Papa Francisco. No es la mucha tarea lo que lo desgasta, sino que el servicio en la misión lo rejuvenece. Él mismo dice que morimos y envejecemos cuando quedamos encerrados autoreferencialmente. La vida es para soltarla y se renueva en la medida que vamos hacia adelante.

Mientras haya proyectos siempre hay novedad y futuro. Por eso el evangelio nos dice que no hay que poner la mano en el arado y mirar hacia atrás sino ir hacia adelante. El joven rico del evangelio que no puede desprenderse, en realidad es un joven viejo, que reteniendo se pierde todo lo mejor que el Señor tiene para ofrecerle.

A veces nos cuesta compaginar entre lo auténticamente nuevo que a veces viene de la mano de lo de siempre, como el afecto, el cariño, el valor de la solidaridad, el sentido del trabajo para ganar el pan de cada día… A veces cuando perdemos el rumbo, y lo que se presenta nuevo pero es viejo nos gana el corazón necesitamos pararnos desde otro lugar.


Cuento “La ranita de Terraplén” *

Vivía nuestra ranita en una ciudad grande. Pero de la ciudad sólo conocía el arrebal donde había nacido; era justamente la parte baja que las lluvias anegaban periódicamente. Por allí las máquinas de la municipalidad casi no venían. Las cunetas estaban siempre llenas de agua; las baldosas de las veredas, al estar sueltas, solían jugar malas pasadas a los que caminaban por ellas; y los zócalo de las casas se descascaraban un poco por todos lados a causa de la humedad.

No es que no amara a su barrio. Pero aquellos detalles amargaban a la ranita, que prestaba demasiada atención al ambiente que la rodeaba. Tenía algo de soñadora . Y lo sórdido de las cunetas, zócalos y veredas, terminó por resultarle insoportable. Su descontento tenía algo de contagiosos, y creaba clima a su alrededor. Porque hay que reconocer que su alma de poeta tenía la rara cualidad de comunicarse y transmitir sus sentimientos.

Muchas veces había escuchado comentar la hermosura de las grandes ciudades, con calles prolijas, plazas cuidadas y avenidas arboladas. Estas descripciones no hacían más que aumentar su disgusto por todo lo desagradable que veía continuamente a su alrededor. Y como le suele pasar a los soñadores, comenzó a polarizar sus sentimientos. Todo lo desagradable, molesto y prosaico decidió que se había dado cita en su ciudad natal. Mientras que todo lo lindo, lo armonioso y elegante, debía encontrarse en la ciudad ideal que comenzó a imaginarse como existente en algún lugar.

Por el bajo de su barrio cruzaba justamente el ferrocarril. Allí las vías circulaban sobre un alto terraplén que, a varios metros de altura, amurallaba el horizonte impidiendo ver todo lo que quedaba del otro lado. Y nuestra ranita decidió, vaya a saber uno por qué, que justamente detrás del terraplén debía estar la ciudad magnífica de la que tanto le habían hablado. Y fue tal su convicción que decidió trepar el terraplén a fin de gozar de la visión de aquella ciudad tan distinta de la suya.

El trabajo fue muy arduo. Porque nuestro animalito no tenía experiencia de salto en alto. Sólo conocía el salto en largo. Pero esta de Dios que lo lograría, porque Dios ayuda al que se esfuerza. Y la ranita alentaba su esfuerzo con el enorme deseo que tenía de ver la ciudad de sus sueños. Y finalmente llegó a la cumbre del terraplén.

Pero no vio nada. El riel de hierro de una cuarta de altura le cortaba todo el campo visual de izquierda a derecha en kilómetros de distancia. Por más que ensayó nuevos saltos, nada logró ver. Pero no se dio por vencida. Se dio cuenta de que su posición horizontal dejaba sus ojos por debajo del nivel de las vías. Otra cosa sería que optara por la postura vertical. Y con un enorme esfuerzo, finalmente se paró sobre sus patitas y con las manos apoyadas sobre el hierro extendió su visita en lontanza.

Lo que vio la dejó admirada. Realmente no lo hubiera esperado. Una hermosísima ciudad se presentó ante sus ojos. Más allá de los barrios bajos se abrían hermosas avenidas, casas de varios pisos, calles rectas y limpias. Las plazas eran una belleza, y el río brillaba más allá enmarcando la ciudad. Embelesada, la ranita se dijo a sí misma:

-Verdaderamente, ésta sí que es una ciudad magnífica. La mía no tiene comparación con ésta que estoy viendo. Desde hoy me voy a vivir a la ciudad de calles rectas y de plazas arboladas.

Pero en realidad la ranita al ponerse en vertical, no había visto lo que estaba delante suyo, sino lo que había dejado a sus espaldas. Porque las ranas no tienen sus ojos delante de su cara, sino encima de su cabeza. Y al ponerse en vertical, lo que había descubierto era su propia ciudad, la que había dejado tras suyo al subir al terraplén. Sólo que esta vez había tenido la oportunidad de verla desde la altura y en plenitud. Pero era su misma ciudad natal, de la que ahora lograba ver detalles que no conocía. O mejor dicho: antes había conocido de ella sólo ciertos detalles. Justamente los más cercanos y quizá los más prosaicos.

Entusiasmada con lo que había descubierto decidió bajar hacia la ciudad nueva. Y en realidad lo que hizo, fue simplemente descender hacia su propia ciudad de siempre. Pero ahora llevaba en los ojos y en el corazón una visión distinta, una visión de plenitud y de armonía totalizadora.

Al llegar a las primeras cunetas de la ciudad se reencontró con los mismos detalles prosaicos de siempre: las baldosas sueltas y los zócalos descascarados. Sólo que ahora los veía con ojos distintos, mientras se decía:

-¡Bah! Estos son sólo pequeños detalles molestos de una magnífica ciudad.

Y desde entonces la ranita comenzó a ser feliz. Y como ella lo transmitía, los demás comenzaron a ser felices a su lado. Lo que es la manera más auténtica de ser felices.

* Doña Jovita y la eterna juventud

escrito por Padre Javier Soteras
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

miércoles, 27 de julio de 2016

¿A qué se parece el Reino de los Cielos?

Miércoles de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
(27/07/2016)

Libro de Jeremías 15, 10.16-21. 

¡Qué desgracia, madre mía, que me hayas dado a luz, a mí, un hombre discutido y controvertido por todo el país! Yo no di ni recibí nada prestado, pero todos me maldicen. Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo soy llamado con tu Nombre, Señor, Dios de los ejércitos. Yo no me senté a disfrutar en la reunión de los que se divierten; forzado por tu mano, me mantuve apartado, porque tú me habías llenado de indignación. ¿Por qué es incesante mi dolor, por qué mi llaga es incurable, se resiste a sanar? ¿Serás para mí como un arroyo engañoso, de aguas inconstantes? Por eso, así habla el Señor: Si tú vuelves, yo te haré volver, tú estarás de pie delante de mí; si separas lo precioso de la escoria, tú serás mi portavoz. Ellos se volverán hacia ti, pero tú no te volverás hacia ellos. Yo te pondré frente a este pueblo como una muralla de bronce inexpugnable. Te combatirán, pero no podrán contra ti, porque yo estoy contigo para salvarte y librarte -oráculo del Señor-. Yo te libraré de la mano de los malvados y te rescataré del poder de los violentos.


Salmo 59(58), 2-3.4-5a.10-11.17.18.

Líbrame de mis enemigos, Dios mío,
defiéndeme de los que se levantan contra mí;
líbrame de los que hacen el mal
y sálvame de los hombres sanguinarios.

Mira cómo me están acechando:
los poderosos se conjuran contra mí;
sin rebeldía ni pecado de mi parte, Señor
sin culpa mía, se disponen para el ataque.

Yo miro hacia ti, fuerza mía,
porque Dios es mi baluarte;
él vendrá a mi encuentro con su gracia
y me hará ver la derrota de mis enemigos.

Pero yo cantaré tu poder,
y celebraré tu amor de madrugada,
porque tú has sido mi fortaleza
y mi refugio en el peligro.

¡Yo te cantaré, fuerza mía,
porque tú eres mi baluarte,
Dios de misericordia!


del Evangelio según San Mateo 13, 44-46.

Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."













REFLEXIÓN

En la Catequesis de hoy, el P. Javier Soteras centró la mirada en la parábola del tesoro escondido por lo cuál vale la pena venderlo todo. Quien se encuentra con Jesús en profundidad tiene esta misma experiencia. Lindo día, también, para sabernos buscados y encontrados por Dios como esa perla preciosa por la cuál entrega su propia vida.


Conocer a Jesús, encontrar el gran tesoro

Ante el encuentro con Jesús surgen en nosotros dudas y preguntas en torno a la razonabilidad del seguimiento, y nos planteamos si todo lo que hacemos no será en realidad una locura… Son las mismas preguntas de los galileos, y la de todos los que en algún momento de la vida se encuentran con Jesús superficialmente. Es propio de la humanidad que se encuentra con lo trascendente.

Jesús para explicar esto, plantea dos breves parábolas, para mostrar cómo en lo hondo de la vivencia del misterio está la posibilidad de comprender. A ésto nos invitan las dos parábolas: ¿Qué de lo que hace a mi vida todavía no he descubierto del misterio?. Quien no vive con expectativa por lo nuevo que vendrá ha perdido la frescura de la relación con lo vital y existencial. Cuando estamos adormecidos y aburridos, es porque en realidad estamos en ese plano de superficie. Jesús nos dice “Atención” porque cuando Dios sorprende en la vida, uno es capaz de ir a dejarlo todo por seguirlo. Cuando no se da, es porque todavía no se ha producido el verdadero encuentro.

El documento de Aparecida dice que “conocer a Jesús es lo mejor que nos ha pasado en la vida”. Porque quien encuentra esta perla es capaz de dejarlo todo. Podemos encontrarlo sin saber lo que buscábamos superando nuestras expectativas, o nos puede salir al encuentro sin pensarlo. Es la experiencia que tienen los discípulos en la pesca milagrosa tras la resurrección de Jesús, cuando después de una pesca estéril, se encuentran con el pescador que les dice “Muchachos, tienen algo para comer… Entonces tiren a la derecha”. Ahi salen sobreabundantes peces y Juan, el discípulo amado, lo reconoce: “Ese, es el Señor”.

Hay momento en la vida en los que uno dice “ese es Dios. Es el señor”. Durante estos días de misión hemos hecho esta experiencia. El Señor se mueve en su pueblo. Es el Señor el que se vale de las ondas radiales, de los instrumentos, para hablar al corazón de su pueblo y lo acompaña. Cuántas veces has dicho en tu vida “Es el Señor”, “¡Qué increíble!”… ese es el Señor. El Papa Francisco lo dice una y otra vez “dejémonos sorprender por Dios”. Es un tiempo en el que Dios se nos está entregando y nos invita pasivamente, como niños, a recibirlo y darle la bienvenida con el corazón sencillamente agradecido, y ser capaz de venderlo todo para elegirlo sólo a Él.


El tesoro escondido en el corazón

El Señor nunca deja de estar con nosotros, para alentarnos o para purificarnos, pero siempre es el Señor. Por eso no resulta tan sencillo creerle a Jesús; algunos se sentían atraídos por su palabra y otros dudaban. Como nos pasa también a nosotros: ¿es razonable segur a Jesús o es una locura?. Depende de la experiencia que tengamos. Si entendemos que Él es una ética, es ciertamente loco. Si creemos que el Señor nos obliga a un cumplimiento de una serie de piedades, también es loco. Si creemos que Jesús forma parte de un sistema de intelequias razonables, también lo es.

Pero si entendemos que el Señor se entremezcla con nuestras miserias, formando parte de nuestra biografía cotidiana, y si en ese entremezclarse de Dios la luz de su presencia nos cubre con la espesura de su amor… y en este contraste de luces y sombras la paz gana nuestra corazón y la certeza de que Dios, aunque no podamos responder con su generosidad, está allí, fiel, presente, seduciéndonos con la fuerza de su amor e invitándonos a amar a cada paso…. entonces sí, descubrimos las razones sin razones en las que Jesús nos invita a vivir en clave del reino. Y así Jesús comienza a ser la razón más razonable, y se convierte en la única razón válidad para dar la vida. Y su invitación suena con fuerza en el corazón y en el vínculo con los demás, en el compromiso de cada día.

Cuando es el amor de Dios el que gobierna, hemos encontrado el tesoro de Dios que está escondido. ¿Dónde? En lo más hondo del corazón. ¿Sabés quién es para Jesús el tesoro escondido y la perla preciosa? Su pueblo, nosotros. Cada uno en particular y todos asociados en su misterio. Él es el que lo vende todo, Él es el buscador de piedras preciosas, Él es el que entregó todo en la cruz, para comprarnos. ¿Sabías lo importante que sos? Valés la entrega de la pascua, la vida del Hijo de Dios. Si hoy te sentís un poco bajoneado o con poca expectativa…sabé que sos realmente la parte más íntima de la pupila de Dios, somos el tesoro que Dios encontró y que compró a precio de la sangre de Jesús.


Dios siempre es más

Una mirada de perspectiva sociológica plantea que en el contexto de la crisis del mundo, existe una indiferencia tranquila y ajena a toda trascendencia. Cuando hablamos del Dios de la biblia, la indiferencia respecto de Él no puede ser tranquila, porque su presencia inquieta, su amor enamora y su espera moviliza. Sin duda esta indiferencia tranquila de la cual hablan algunos sociólogos, es de indiferencia ante un rostro de Dios que no es real. Son muchos los que movidos por una cierta nostalgia del Dios verdadero lo buscan y quieren algo diferente. Cada uno tiene que partir de la búsqueda desde su propia experiencia y no parar hasta encontrarlo, o mejor dicho dejarse encontrar.

Sin dudas este buscador de perlas finas, habrá buscado por un lado y por otro, pero cuando uno en la vida encuentra algo superador se da cuenta que ese encuentro fue providencial. En este sentido la invitación es a buscar al Señor, mientras todavía se deja encontrar, como dice la Palabra, pero también dejarnos encontrar por Él. El buscador de la perla fina o el hallador del tesoro escondido en el campo, ciertamente se encontró con mucho más de lo que esperaba.

Cuando vivimos aquellos acontecimientos conmocionanates y que nos abren a lo nuevo, nos damos cuenta que ahí actúa el Señor. Cuando es el Señor siempre es más de lo que esperamos. Dios siempre es más. Es más de lo que soñaste, de lo que esperabas y por eso cuando no somos niños de corazón, la sorpresa de la llegada de Dios a nuestras vidas, nos trae el regalo de hacernos niños. Dios nos vuelve al estado de niños cuando el regalo es grande y sorprendente. “Mi alma espera en el Señor, mi alma confía en elSeñor” dice el salmista. Nosotros sabemos que cuando esperamos en el Señor, nunca somos defraudados.

Ahí donde sentís que el corazón te fue golpeado por las decepciones, las cruces y quedaste sin expectativas, te invito a que esperes en el Señor. Y si no te sale buscarlo porque ya no tenés fuerzas, entonces es el tiempo de que Él venga. Sabé que está viniendo, dejate encontrar por Él, dejate que te diga “vos sos mi tesoro, mi perla preciosa. He vendido todo, hasta mi propia vida, para comprarte y hacerte mío”.


Dios atraviesa las paredes del corazón

Las sensaciones que tenemos de plenitud no se parecen en nada al encuentro con Jesús. Nuestras vidas fluctúan en cosas que creemos que son importantes, y cuando las ponemos a la luz de la experiencia con el Señor “no tienen ni para empezar”. Pensemos en el gusto que tenemos por los placeres lindos de la vida: un encuentro con los amigos, una buena comida, el trabajo cuando nos resulta desafiante, cuando emprendemos una nueva jornada… Pensemos en el disfrute que nos da un buen descanso o unas lindas vacaciones. Cuando comparamos las cosas lindas, bellas y significativas de la vida que nos hacen sentir bien con la experiencia interior y el gusto que nos da el encuentro con Dios, es incomparable. Todo lo otro no tiene ni para empezar.

“Es el señor”… cuando es el Señor todo lo otro es nada. El apóstol San Pablo llega a decir “Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo. Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él, he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a él” (Flp 3, 7-9). No es que no importe ni que no haya que darle valor a la familia, al trabajo, a la transformación de la realidad y a los placeres necesarios de la vida, pero al lado de la experiencia interior del Dios que te dice que valés todo, que lo entrega todo por vos, nada tiene comparación con eso.

A veces nos ocurre que estamos como clausurados a esa realidad y nos hemos cerrado a la posiblidad de dejarnos sorprender por Dios… porque perdimos el deseo, porque suponemos que es más de lo mismo… Cuando entramos en esas corrientes, el Señor tiene sus modos de valerse para llegar a donde nosotros no queremos que nadie llegue.

De alguna manera ésta es la experiencia de la muerte de Jesús: ha sido tan grande el fracaso, ha sido tan escandalosa su muerte, llena de traiciones, mezquindados, miserias con tanta pobreza humana, y Él como cordero puesto en el matadero muere cruelmente y humillado. Es un escándalo. Después de esa experiencia los apóstoles se cierran, y tienen miedo.

Entonces cerrarse es no compartir, es caminar con la cabeza gacha, es pensar que la vida está para que transcurra más que para ser vivida. Jesús atravesó sus paredes y se puso en medio de ellos, ocupó el centro. Hasta ahí el escándolo, la pobreza, y el desaliento eran el centro. Dice el texto del evangelio que atravesando las paredes se puso en el centro. Y es como si les dijera “Ustedes son míos y vengo a buscar lo que es mio”. Es un mensaje propio del Resucitado y que hoy, si estás encerrado, es para vos: “la paz esté contigo”. Es Él el que te comunica ese don maravilloso de resurrección y el que más allá de toda expectativa tuya te regala la gracia luminosa de su resurrección. Que Él se instale en tu corazón y te regale esta experiencia de descubrir que Él es más de lo que esperabas y de lo que soñabas.

escrito por Padre Javier Soteras
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

martes, 26 de julio de 2016

'Explícanos la parábola de la cizaña en el campo'

Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
(26/07/2016)

Libro de Jeremías 14, 17-22. 

Tú les dirás esta palabra: Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable. Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender. ¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto! Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros! Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres tú, Señor, nuestro Dios? Nosotros esperamos en ti, porque eres tú el que has hecho todo esto.


Salmo 79(78), 8.9.11.13.

No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.

Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.

Y nosotros, que somos tu pueblo
y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.


del Evangelio según San Mateo 13, 36-43.

Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"



















REFLEXIÓN

Queridos hermanos y hermanas, queridos oyentes, queridos jóvenes acabamos de leer en el capítulo 13 de San Mateo los versículos 36 al 43. Jesús acaba de explicarnos la parábola de la cizaña que unos versículos antes, fue leída y proclamada. Esta explicación que hace el Señor, la hace en clave del fin del mundo y esto es muy importante porque el Señor también nos da las claves del reino.

Es el final del evangelio que hemos escuchado, entonces los justos resplandecerán como el sol, en el reino de su Padre. ¿Qué es la justicia? Por otro lado entonces, la justicia es ser buena semilla auque estemos rodeados de cizaña. La verdadera fidelidad a Dios, a la vida, al otro, será precisamente en la perseverancia en el bien, como la buena semilla que crece junto con la cizaña y que espera que a su tiempo, una cosa se separe de la otra.

A veces también en la vida, tenemos que saber esperar, en esa difícil y en ese delicado equilibrio de la convivencia cotidiana, que la cizaña y el trigo crezcan juntos.

Yo quisiera que nos comprometamos a hacer buen trigo, para que el Señor, en la época de la cosecha, pueda también cosechar la realidad de que hemos sabido anotarnos en su providencia divina, poniendo el toque, poniendo la capacidad de nuestra previsión humana.

Esa es la clave de la realización de la felicidad, del buen trigo, que crece con la cizaña. Y en el fin del mundo, como dice el Señor, usando sus palabras, nos van a juzgar en el amor.

Les deseo todo bien, pido para todos ustedes una abundante bendición y que el Señor los acompañe siempre.

escrito por Monseñor Fernando Maletti
Obispo de la Diócesis de Bariloche
(fuente: www.oleadajoven.org.ar)

lunes, 25 de julio de 2016

"No saben lo que piden"

Fiesta de Santiago, apóstol
(25/07/2016)

Carta II de San Pablo a los Corintios 4, 7-15. 

Hermanos: Nosotros llevamos un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida. Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.


Salmo 126(125), 1-2ab.2cd-3.4-5.6.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones.

Hasta los mismos paganos decían:
“¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!”.
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría!

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones.

El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas.


del Evangelio según San Mateo 20, 20-28.

La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". "No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".


















REFLEXIÓN "No saben lo que piden"

1. LA “INCOMPRENSIÓN” Y EL “ASOMBRO” ESTABAN AÚN EN ELLOS

Mientras Jesús subía a Jerusalén, llevó consigo a los Doce, y en el camino les predice su pasión y muerte, esta es la tercera predicción y está descrita muy minuciosamente. Jesús está consciente de su muerte y de su resurrección. En cambio, los apóstoles aparecen en una situación semejante a la que tuvieron en las dos primeras predicciones, las cuales tuvieron lugar antes y después de la transfiguración, que debía iluminar, como vértice, la grandeza de Jesús. Pero la “incomprensión” y el “asombro” estaban aún en ellos por no poder compaginar el medio ambiente de un Mesías terreno y triunfador con la perspectiva de muerte que Jesús les ponía de su mesianismo.


2. ¿QUÉ QUIERES?", LE PREGUNTÓ JESÚS

Jesús quería que sus discípulos entendieran que éste era el fin por el cual El había venido al mundo, para padecer y morir pos los hombres, a fin de salvarlos y volverlos al Padre.

Es en este ambiente cuando la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". La ambición que reflejan aquí los dos apóstoles está en la misma línea de incomprensión de un Mesías doliente y de su reino espiritual. En este fragmento de san Mateo, la petición la hace Salome, la madre de Santiago y Juan. Para ellos se pide los dos primeros puestos en su reino. Se lo concibe como terreno. La petición no miraba sólo a los puestos de honor, sino también a los de ejercicio y poder. Estos dos puestos correlativos de su derecha e izquierda eran los dos primeros puestos de una serie. Santiago y Juan, son primo de Jesús y quieren hacer prevalecer este parentesco.


3. "NO SABEN LO QUE PIDEN"

"No saben lo que piden", respondió Jesús. En la respuesta de Jesús les corrige el enfoque de su concepción terrena del reino. Este es de dolor. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". ¿Podrán ellos “beber el cáliz” que a El le aguarda de su pasión?, la pregunta es un contexto lógico, para precisarles bien la naturaleza del reino.

En la literatura judía se presenta frecuentemente el “cáliz” como imagen de alegría y fortuna, derivando acaso su uso de los festines, pero luego, por influjo de la copa de la venganza divina, que usaron los profetas, vino a significar también, y preferentemente, el sufrimiento y la desgracia El mismo sentido tiene en la literatura rabínica. El “cáliz” que Jesús bebería era el de su pasión y muerte.


4. "PODEMOS", LE RESPONDIERON.

A la pregunta que les hace Jesús si estarían dispuestos a beber este “cáliz” y a sumergirse, como El en este dolor, "Podemos", le respondieron. No era una respuesta de fácil inconsciencia. Y Jesús les confirma, con vaticinio, este martirio de dolor: "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. De hecho, Santiago el Mayor sufrió el martirio sobre el año 44, por orden de Agripa I (Act 12:2), siendo decapitado. Juan murió en edad muy avanzada (Jn 21:23), de muerte natural. Pero, antes de ser desterrado a la isla de Patmos, sufrió el martirio, pues fue sumergido en una caldera de aceite hirviendo, de la que Dios le libró milagrosamente.

Quedaba con ello corregido el erróneo enfoque sobre la naturaleza de su reino. Y les aprobaba su coraje cristiano, cuyo ímpetu se refleja en otras ocasiones. Pero había en esta petición un plan más profundo del Padre que no competía a Jesús el cambiarlo; había en todo ello una “predestinación”: Dios dispone libremente de sus dones: de la donación gratuita de su reino y de los puestos del mismo, entonces les dice: En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.


5. LOS OTROS DIEZ SE INDIGNARON

Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos por esta pretensión y proposición de los hijos del Zebedeo. Al ver aquella disputa, Jesús “los llamó.” Y va a restablecer la armonía con una gran lección de humildad, dada especialmente para los que van a tener puestos jerárquicos, para ellos, que son apóstoles y se sentarán en tronos en su reino (Lc 22:30). Les va a dar una lección por capítulo doble, primero con la verdadera doctrina del mando, y luego con su mismo ejemplo.

Jesús les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.


6. LOS QUE GOBIERNAN LAS NACIONES

En el mundo, los que gobiernan las naciones fácilmente abusan de su poder, y, en lugar de ser en servicio benéfico del bien común, lo es en provecho propio, y así oprimen a los pueblos. Los apóstoles comprendieron y asumieron como misión el hecho político y social desigual de su época. Eran galileos y habían oído hablar de los abusos de Herodes el Grande, de Arquelao y Antipas, lo mismo que de los abusos de algunos de los procuradores romanos.

Pero, si esto sucede de hecho, ya que no es ésa la misión del poder entre gobernantes de pueblos, entonces Jesús les dice; Entre ustedes no debe suceder así, que son apóstoles y se sentarán en tronos del reino para “juzgar” a las doce tribus de Israel. Jesus le dice; Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo. Porque que éstos no son para honor ni provecho propio, sino para ministerio, servicio y provecho directo del bien común. No siendo para provecho propio, en lugar de tener esos sentimientos de ambición, si alguno pensase en ello, que piense que ha de tener sentimientos, en este orden, de “servidor” y de “esclavo.” Pues ha de tener los sentimientos de servicio. Deberá ser “esclavo de todos” (Mc). Así enfocados, los puestos jerárquicos y de mando cobran su auténtica proyección y excluyen automáticamente las apetencias en el Reino terreno. Pues nadie tiene apetencia por egoísmo de ser “esclavo.”


7. Y LUEGO DE LA DOCTRINA, PONE EL GRAN EJEMPLO DE SU VIDA, QUE ES EL REY-MESÍAS.

Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud

No vino a “ser servido.” Sus sufrimientos, su pobreza, las intrigas armadas contra El, la perspectiva de su pasión y muerte, hacían ver bien que no “vino a ser servido,” sino a “servir”; al contrario, vino a “dar su vida como rescate de muchos.” Esta enseñanza de Jesús tiene responde a la idea de la liberación por rescate, una liberación mediante un sacrificio, es decir “dar su vida” por salvar a los hombres.

Hay que saber beber a tiempo el cáliz amargo de la Pasión, las contradicciones, las penas, las amarguras, las tristezas y enfermedades, las persecuciones y las malas interpretaciones, pero todo esto nos ayudará a purificar nuestros corazones y lo preparará la gloria de la resurrección y luego, para la alegría del triunfo en unión con Jesús, nuestro Señor.


8. UN CAMINO OPUESTO AL DE LA AMBICIONES

La conclusión, es que Jesús nos enseña y nos pide ir por un camino opuesto al de la ambiciones, al de figurar, el buscar ser uno el protagonista. Por tanto tenemos que liberarnos de esa enfermedad que busca una situación de poder, de jerarquía y de satisfacción por estar en lugares encima de los demás. “El que quiera ser grande, que se ponga a servir a todos”


9. CRISTO JESÚS, NECESITA SEGUIDORES QUE PUEDAN IMPONERSE Y SEAN EJEMPLO POR SU CALIDAD DE SERVICIO

Nuestra Iglesia necesita verdaderos cristianos, que estén dispuesto de verdad a seguir por amor a Cristo Jesús, que puedan dejar de lado sus intereses personales, que puedan trabajar silenciosamente por un mundo mas cristiano, humano, compasivo, misericordioso, evangélico. Cristo Jesús, necesita seguidores que puedan imponerse y sean ejemplo por su calidad de servicio, por su fraternidad y amor a sus hermanos.

La Iglesia somos todos y es de todos, no tiene dueños particulares y a todos nos corresponde en el lugar que estamos a ayudarle en su tarea evangelizadora. La Iglesia tiene una enseñanza y un modelo a seguir, ese es Jesús, lo suyo fue servir y dar la vida, así es como es El lo primero y lo más grande de todo, Jesús, no ambiciono ningún poder, no se arrogo ningún titulo.


10. UNA GRAN LECCIÓN DE HUMILDAD

Sin embargo, a pesar de que podemos hacer críticas y comentario a diario de las actitudes de muchos hermanos que les encanta la figuración, es mejor que pensemos hoy en los muchos que se han desvivido y otros que siguen entregados a servir a la Iglesia, a los mas necesitados, a orar por sus hermanos, a consolar a los enfermos, a entregar una frase de aliento a quien lo necesita, y todo porque sienten de verdad a un Dios que los ama, porque el sentirse amados por El, da capacidad de amar su hermanos. Sean para nosotros estos buenos hermanos un ejemplo a imitar.

Jesús nos da en este fragmento del Evangelio una gran lección de humildad, algo que para nosotros es necesario comprender, nos llega a nuestro amor propio, o por que sufrimos si otros nos aventajan, o porque queremos ser los primeros en todas partes, sobresaliendo en todo y sin importar si estamos relegando a los demás.

El tratar de ser primeros, sin importar como y a costa de quien, no esta conforme al espíritu cristiano. Jesús no enseño a ser humildes por amor a El.

El que tiene que sobresalir siempre, es Jesús y nosotros no se notado.

Cristo Jesús, viva en nuestros corazones

escrito por Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
(fuente: autorescatolicos.org)

domingo, 24 de julio de 2016

"Señor, enséñanos a orar... "

Decimoséptimo domingo del tiempo ordinario
(24/07/2016)

Libro de Génesis 18, 20-32. 

Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré". Dos de esos hombres partieron de allí y se fueron hacia Sodoma, pero el Señor se quedó de pie frente a Abraham. Entonces Abraham se le acercó y le dijo: "¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él? ¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer justicia?". El Señor respondió: "Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos". Entonces Abraham dijo: "Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?". "No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco", respondió el Señor. Pero Abraham volvió a insistir: "Quizá no sean más de cuarenta". Y el Señor respondió: "No lo haré por amor a esos cuarenta". "Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta". Y el Señor respondió: "No lo haré si encuentro allí a esos treinta". Abraham insistió: "Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte". "No la destruiré en atención a esos veinte", declaró el Señor. "Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez". "En atención a esos diez, respondió, no la destruiré".


Salmo 138(137), 1.2a.2b.2c.2d.2e-3.7c.8.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo.
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad
porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me postraré ante tu santo Templo,
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.
Tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.

Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos.


Carta de San Pablo a los Colosenses 2, 12-14.

En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.


del Evangelio según San Lucas 11, 1-13.

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación". Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle', y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".
















REFLEXIÓN: Pedid y se os dará

Las lecturas de este domingo nos invitan a repasar algo fundamental para nuestra vida cristiana: ¿cómo es nuestra oración?... ¿con qué frecuencia la practicamos?... ¿influye realmente en nuestra conducta?... Preguntas importantes que Jesús nos plantea hoy para responder a ellas con total sinceridad.

Aprender a “orar”. Lucas sitúa la escena del evangelio: “en un cierto lugar, estando Jesús en oración, y al terminar, uno de sus discípulos le dice: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.

La oración comporta muchos aspectos y puede hacerse de muchas maneras (escuela de Juan, Jesús), por eso requiere un aprendizaje. Hoy existen muchas “escuelas de oración”.

La oración se aprende “orando”, como el niño aprende a hablar comunicándose con quienes le rodean. Para algunos hacer oración es algo muy difícil y complicado. En realidad es algo tan sencillo como “un impulso del corazón, una sencilla mirada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría" (Santa Teresa del Niño Jesús, Autob. C 25r). La gran maestra de oración, santa Teresa de Ávila, lo explicaba así: “oración es hablar de amistad con quien sabemos nos ama”.

Por otra parte, existen varias clases de oración. Las principales son: oración vocal, oración mental y oración contemplativa. A ellas hay que añadir las diversas modalidades con que luego se realiza: la “lectio divina”, la “liturgia de las horas”, el “Santo Rosario”, “Visita de Adoración al Santísimo Sacramento”, el “Via Crucis”, etc. Lo primordial, en cualquier caso, es impregnar y contagiar la vida con el espíritu y perfume que brotan de la oración. Algunos autores opinan que la oración es tan necesaria en la vida del cristiano como el aire que respira.

escrito por Fr. Roberto Ortuño O.P.
Torrent-Vedat (Valencia)
(fuente: www.dominicos.org)

sábado, 23 de julio de 2016

El trigo y la cizaña

Sábado de la decimosexta semana del tiempo ordinario
(23/07/2016)

Libro de Jeremías 7, 1-11. 

Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos: «Párate a la puerta de la Casa del Señor, y proclama allí esta palabra. Tu dirás: Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, hombres de Judá que entran por estas puertas para postrarse delante del Señor. Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo haré que ustedes habiten en este lugar. No se fíen de estas palabras ilusorias: "¡Aquí está el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor!". Pero si ustedes enmiendan realmente su conducta y sus acciones, si de veras se hacen justicia unos a otros, si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda, si no derraman en este lugar sangre inocente, si no van detrás de otros dioses para desgracia de ustedes mismos, entonces yo haré que ustedes habiten en este lugar, en el país que he dado a sus padres desde siempre y para siempre. ¡Pero ustedes se fían de palabras ilusorias, que no sirven para nada! ¡Robar, matar, cometer adulterio, jurar en falso, quemar incienso a Baal, ir detrás de otros dioses que ustedes no conocían! Y después vienen a presentarse delante de mí en esta Casa que es llamada con mi Nombre, y dicen: "¡Estamos salvados!", a fin de seguir cometiendo todas estas abominaciones. ¿Piensan acaso que es una cueva de ladrones esta Casa que es llamada con mi Nombre? Pero yo también veo claro -oráculo del Señor-.»


Salmo 84(83), 3.4.5-6a.8a.11.

Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.

Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.

¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti!
Ellos avanzan con vigor siempre creciente.

Vale más un día en tus atrios
que mil en otra parte;
yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios
antes que vivir entre malvados.


del Evangelio según San Mateo 13, 24-30.

Jesús propuso a la gente otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'. El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. 'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".














MEDITACIÓN

Oración introductoria

Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor. Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia, también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón, mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y un verdadero apóstol de tu Reino.

Petición: Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte más cada día.

Meditación del Papa

Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio". Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.

Reflexión

En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.
Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.
Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.

Propósito: Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo quien quiero que viva en mí.

Diálogo con Cristo

Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu puro y nuevo.

escrito por Luis Felipe Nájar
(fuente: catholic.net)

viernes, 22 de julio de 2016

María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor

Fiesta de santa María Magdalena
(22/07/216)

Cantar de los Cantares 3, 1-4a. 

Así habla la esposa: En mi lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré! Me levantaré y recorreré la ciudad; por las calles y las plazas, buscaré al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré! Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad: "¿Han visto al amado de mi alma?". Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma.


Salmo 63(62), 2.3-4.5-6.8-9.

Señor, tú eres mi Dios,
yo te busco ardientemente;
mi alma tiene sed de ti,
por ti suspira mi carne
como tierra sedienta, reseca y sin agua.

Sí, yo te contemplé en el Santuario
para ver tu poder y tu gloria.
Porque tu amor vale más que la vida,
mis labios te alabarán.

Así te bendeciré mientras viva
y alzaré mis manos en tu Nombre.
Mi alma quedará saciada
como con un manjar delicioso,
y mi boca te alabará
con júbilo en los labios.

Veo que has sido mi ayuda
y soy feliz a la sombra de tus alas.
Mi alma está unida a ti,
tu mano me sostiene.


del Evangelio según San Juan 20, 1-2.11-18.

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto". Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo". Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!". Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'". María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.



















LECTIO DIVINA

Oración inicial: Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El evangelio de hoy nos presenta la aparición de Jesús a María Magdalena, cuya fiesta celebramos hoy. La muerte de Jesús, su gran amigo, le hace perder el sentido de la vida. Pero ella no desiste de la búsqueda. Va al sepulcro para volver a encontrar a aquel que le habían robado. Hay momentos en la vida en que todo se desmorona. Parece que todo se termina. Muerte, desastre, enfermedad, decepción, traición. Tantas cosas que pueden hacernos faltar la tierra bajo nuestros pies y echarnos en una crisis profunda. Pero también acontece lo siguiente. Como que, de repente, el volverse a encontrar con una persona amiga puede rehacer la vida y puede hacernos descubrir que el amor es más fuerte que la muerte y la derrota. En la manera de describir la aparición la aparición de Jesús a María Magdalena aparecen las etapas de la travesía que ella tuvo que hacer, desde la búsqueda dolorosa del fallecido amigo hasta el encuentro con el resucitado. Estas son también las etapas por las que pasamos todos nosotros, a lo largo de la vida, en busca de la dirección hacia Dios y en la vivencia del Evangelio. Es el proceso de la muerte y de la resurrección que se prolonga en el día a día de la vida.

• Juan 20,1: María Magdalena va al sepulcro. Había un amor muy grande entre Jesús y María Magdalena. Ella fue una de las pocas personas que tuvieron el valor de quedarse con Jesús hasta la hora de su muerte en la cruz. Después del reposo obligatorio del sábado, ella volvió al sepulcro para estar en el lugar donde había encontrado al Amado por última vez. Pero, con su gran sorpresa, el sepulcro estaba vacío.

• Juan 20,11-13: María Magdalena llora, pero busca. Llorando, María Magdalena se inclina y mira para dentro del túmulo, donde ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había sido colocado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. Los ángeles preguntan: "¿Por qué lloras?" Respuesta: "¡Porqué se han llevado a mi señor y no dé dónde lo han puesto!" María Magdalena busca al Jesús que ella había conocido, el mismo con quien había convivido durante tres años.

• Juan 20,14-15: María Magdalena conversa con Jesús sin reconocerle. Los discípulos de Emaús vieron a Jesús, pero no le reconocieron (Lc 24,15-16). Lo mismo acontece con María Magdalena. Ella ve a Jesús, pero no le reconoce. Piensa que es el jardinero. Al igual que los ángeles, también Jesús pregunta: "¿Por qué lloras?" Y añade: "¿A quién buscas?" Respuesta: "«Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré." Ella sigue buscando al Jesús del pasado, de hace tres días. La imagen de Jesús del pasado le impide reconocer al Jesús vivo, presente ante ella.

• Juan 20,16: María Magdalena reconoce a Jesús. Jesús pronuncia el nombre: "¡María!" (Miriam) Fue la señal de reconocimiento: la misma voz, la misma manera de pronunciar el nombre. Ella responde: "¡Maestro!" (Rabuni) Jesús había vuelto. La primera impresión es de que la muerte no fue que un accidente doloroso a lo largo del camino, pero que ahora todo había vuelto a ser como antes. María abraza a Jesús con fuerza. Era el mismo Jesús que había muerto en cruz, el mismo que ella había conocido y amado. Aquí se realiza lo que Jesús dijo en la parábola del Buen Pastor: "El las llama por su nombre y ellas reconocen su voz". - "Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen" (Jn 10,3.4.14).

• Juan 20,17: María Magdalena recibe la misión de anunciar a los apóstoles la resurrección. De hecho, es el mismo Jesús, pero lo que ha cambiado es la manera de estar unido a ella: Jesús le dice: "Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre”

Jesús sube al Padre. María Magdalena tiene que soltarle y asumir su misión: “Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios”. Llama a los discípulos “mis hermanos”. Subiendo al Padre, Jesús nos abrió el camino e hizo con que Dios se quedara de nuevo cerca de nosotros. “Quiero que donde yo esté ellos estén conmigo” (Jn 17,24; 14,3).

• Juan 20,18: La dignidad y la misión de la Magdalena y de las Mujeres. María Magdalena es citada como discípula de Jesús (Lc 8,1-2); como testigo de su crucifixión (Mc 15,40-41; Mt 27,55-56; Jn 19,25), de su sepultura (Mc 15,47; Lc 23,55; Mt 27,61), y de su resurrección (Mc 16,1-8; Mt 28,1-10; Lc 24,1-10; Jn 20,1.11-18). Y ahora recibe la orden, la ordenación, de ir a los Doce y anunciarles que Jesús está vivo. en esta Buena Nueva de la Resurrección, las siete lámparas de los sacramentos se apagarían (Mt 28,10; Jn 20,17-18).

Para la relación personal

• ¿Has pasado ya por una experiencia que te dio este sensación de pérdida y de muerte? ¿Qué te dio nueva vida y te devolvió la esperanza y la alegría de vivir?
• María Magdalena buscaba a Jesús de una manera y le encontró de otra. ¿Cómo acontece esto hoy en tu vida?

Oración final

Dios, tú mi Dios, yo te busco,
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua. (Sal 63,2)

(fuente: ocarm.org)

jueves, 21 de julio de 2016

¿Por qué les hablas por medio de parábolas?

Jueves de la decimosexta semana del tiempo ordinario
(21/07/2016)

Libro de Jeremías 2, 1-3.7-8.12-13. 

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: «Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivar. Israel era algo sagrado para el Señor, las primicias de tu cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables, les sobrevenía una desgracia -oráculo del Señor- Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación. Los sacerdotes no preguntaron: "¿Dónde está el Señor?", los depositarios de la Ley no me conocieron, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaron en nombre de Baal y fueron detrás de los que no sirven de nada. ¡Espántense de esto, cielos, horrorícense y queden paralizados! -oráculo del Señor-. Por que mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.»


Salmo 36(35), 6-7ab.8-9.10-11.

Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo,
tu fidelidad hasta las nubes.

Tu justicia es como las altas montañas,
tus juicios, como un océano inmenso.

¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor!
Por eso los hombres se refugian
a la sombra de tus alas.

Se sacian con la abundancia de tu casa,
les das de beber del torrente de tus delicias.

En ti está la fuente de la vida,
y por tu luz vemos la luz.

Extiende tu gracia sobre los que te reconocen,
y tu justicia sobre los rectos de corazón.


del Evangelio según San Mateo 13, 10-17.

En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron."



















MEDITACIÓN

Oración preparatoria

Jesús, la fe, esperanza y caridad son los bienes espirituales que me has regalado en mi bautismo. Cuando ejercito mi fe, mi esperanza y mi amor, tu gracia se multiplica y me enriquece. En esta oración, además de agradecerte estos dones, que son la dicha de mi vida, te suplico me permitas ver y oír lo que me quieres decir hoy.

Petición: Señor, dame más fe, esperanza y amor, para corresponder mejor a tu gracia.

Meditación del Papa

Con esto hemos vuelto a las palabras del Señor sobre el mirar y no ver, el oír y no entender. Jesús no quiere transmitir unos conocimientos abstractos que nada tendrían que ver con nosotros en lo más hondo. Nos debe guiar hacia el misterio de Dios, hacia esa luz que nuestros ojos no pueden soportar y que por ello evitamos. Para hacérnosla más accesible, nos muestra cómo se refleja la luz divina en las cosas de este mundo y en las realidades de nuestra vida diaria. A través de lo cotidiano quiere indicarnos el verdadero fundamento de todas las cosas y así la verdadera dirección que hemos de tomar en la vida de cada día para seguir el recto camino. Nos muestra a Dios, no un Dios abstracto, sino el Dios que actúa, que entra en nuestras vidas y nos quiere tomar de la mano. A través de las cosas ordinarias nos muestra quiénes somos y qué debemos hacer en consecuencia; nos transmite un conocimiento que nos compromete, que no sólo nos trae nuevos conocimientos, sino que cambia nuestras vidas. Es un conocimiento que nos trae un regalo: Dios está en camino hacia ti. Pero es también un conocimiento que plantea una exigencia: cree y déjate guiar por la fe. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 80.

Reflexión

Cuando un médico quiere poner una vacuna, necesita que el paciente relaje sus músculos y sea dócil, porque si no, la aguja le hará daño y puede quedarse sin recibir la medicina.
Dios regaló a su pueblo una Ley e hizo con él una Alianza. De esta manera le preparó para la venida de su Hijo. Sin embargo, algunos endurecieron el corazón y no fueron capaces de acoger la Revelación. Por eso Jesús se muestra triste en este pasaje evangélico, porque Él era el cumplimiento de lo que anunciaron los profetas y justos y muchos no supieron recibirle.
Las palabras desconcertantes: "al que tiene se le dará de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene" se refieren al aumento o disminución de la capacidad para entender el mensaje de Cristo. Unos comprenderán y se alegrarán con esa luz, pero los que se endurecen voluntariamente quedarán más confundidos.
Jesús nos pide docilidad, sencillez de corazón, apertura para poder acoger sus palabras. Aunque es posible que no nos sintamos capacitados para ello. En este caso, debemos pedirle confiadamente: "Señor, ayúdame, haz que vea, que comprenda lo que quieres decirme".

Propósito: Comprometerme con Dios al aplicar, a mi propia vida, las enseñanzas de las parábolas del Evangelio.

Diálogo con Cristo

Se puede ver y oír el mundo y sus acontecimientos con la pura razón o, además de ésta, con fe, esperanza y caridad. Así se puede ver un mundo limitado, pasajero temporal, o, un mundo ilimitado de posibilidades y realizaciones, perdurables y eternas. También, puedo reducir mi conocimiento de Cristo sólo a mi razón o buscar experimentar su presencia y su amor. Ayúdame, Espíritu Santo, dame la gracia para crecer en la fe, la esperanza y el amor para ver y oír a Cristo, al mundo y a los demás, como Tú quieres que los vea.

escrito por P. Clemente González
(fuente: catholic.net)
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