(28/07/2015)
Libro del Exodo 33, 7-11.34,5b-9.28.
Moisés tomó la Carpa. la instaló fuera del campamento, a una cierta distancia, y la llamó Carpa del Encuentro. Así, todo el que tenía que consultar al Señor debía dirigirse a la Carpa del Encuentro, que estaba fuera del campamento. Siempre que Moisés se dirigía hacia la Carpa, todo el pueblo se levantaba, se apostaba a la entrada de su propia carpa y seguía con la mirada a Moisés hasta que él entraba en ella. Cuando Moisés entraba, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la Carpa del Encuentro, mientras el Señor conversaba con Moisés. Al ver la columna de nube, todo el pueblo se levantaba, y luego cada uno se postraba a la entrada de su propia carpa. El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su amigo. Después Moisés regresaba al campamento, pero Josué - hijo de Nun, su joven ayudante - no se apartaba del interior de la Carpa. El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: "El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad. El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación." Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia". Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y escribió sobre las tablas las palabras de la alianza, es decir, los diez Mandamientos.
Salmo 103(102), 6-7.8-9.10-11.12-13.
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
No acusa de manera inapelable
ni guarda rencor eternamente;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra,
así de inmenso es su amor por los que lo temen;
cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles.
del Evangelio según San Mateo 13, 36-43.
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"
LECTIO DIVINA
Oración inicial: ¡Oh Dios!, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor.
Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta la explicación que Jesús da de la parábola del trigo y la cizaña, cuando los discípulos se lo preguntan. Algunos estudiosos piensan que la explicación que Jesús da a los discípulos, no es de Jesús, sino que es de la comunidad. Es posible y es probable, pues una parábola, por su propia naturaleza, pide la implicación y la participación de las personas en el descubrimiento del sentido. Así como la planta ya está dentro de su semilla, así, en cierto modo, la explicación de la comunidad, ya está dentro de la parábola. Y es exactamente éste el objetivo que Jesús quería y que quiere alcanzar con la parábola. El sentido que hoy nosotros vamos a descubrir en la parábola que Jesús contó hace dos mil años atrás ya estaba implícito en la historia que Jesús contó, como la flor está ya dentro de su semilla.
• Mateo 13,36: Los discípulos piden la explicación de la parábola del trigo y de la cizaña. Los discípulos, en casa, conversan con Jesús y piden una explicación de la parábola del trigo y de la cizaña (Mt 13,24-30). Varias veces se informa de que Jesús, en casa, seguía enseñando a los discípulos (Mc 7,17; 9,28.33; 10,10). En aquel tiempo no había televisión y en las largas horas de espera, por las noches, la gente se reunía para conversar y para tratar asuntos de la vida. Jesús hacía lo mismo. Era en estas ocasiones que él contemplaba la enseñanza y la formación de los discípulos.
• Mateo 13,38-39: El significado de cada uno de los elementos de la parábola. Jesús responde retomando cada uno de los seis elementos de la parábola y les da un sentido: el campo es el mundo; la buena semilla son los miembros del Reino; la cizaña son los miembros del adversario (maligno); el enemigo es el diablo; la siega es el fin de los tiempos; los segadores son los ángeles. Ahora haz tú la experiencia leyendo de nuevo la parábola (Mt 13,24-30) colocando el sentido cierto en cada uno de los seis elementos: campo, buena semilla, cizaña, enemigo, siega y segadores. Y así la historia toma un sentido totalmente diferente y tú alcanzas el objetivo que Jesús tenía en mente al contar a la gente esta historia del trigo y de la cizaña. Algunos piensan que esta parábola debe ser entendida como una alegoría y no como una parábola propiamente dicha.
• Mateo 13,40-43: La aplicación de la parábola o de la alegoría. Con estas informaciones dadas por Jesús tú entenderás la aplicación que él da: De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.
El destino de la cizaña es el horno, el destino del trigo bueno es brillar como el sol en el Reino de los Cielos. Por detrás de estas dos imágenes está la experiencia de las personas. Después de que escucharon a Jesús y lo aceptaron en sus vidas, todo cambió para ellas. El fin llegó. Es decir, en Jesús llegó aquello que, en el fondo, todos esperaban: la realización de las promesas. Ahora la vida se divide en antes y después de que escucharon y aceptaron a Jesús en sus vidas. La nueva vida comenzó como el brillar del sol. Si hubiesen continuado a vivir como antes, serían como cizaña echada al horno, vida sin sentido y sin servidumbre para nada.
• Parábola y Alegoría. Existe la parábola. Existe la alegoría. Existe la mezcla de las dos que es la forma más común. Por lo general, a todo se le llama parábola. En el evangelio de hoy tenemos el ejemplo de una alegoría. Una alegoría es una historia que la persona cuenta, pero cuando cuenta, no piensa en los elementos de la historia, sino en el asunto que debe ser esclarecido. Al leer una alegoría no es necesario mirar primero la historia como un todo, pues en una alegoría la historia no se construyó entorno a un punto central que después sirve como medio de comparación, sino que cada elemento tiene su función independiente a partir del sentido que recibe. Se trata de descubrir lo que cada elemento de las dos historias nos tiene que decir sobre el Reino como lo hace la explicación que Jesús dio de la parábola: campo, buena semilla, cizaña, siega y segadores. Generalmente, las parábolas son alegorizantes. Hay mezcla de las dos.
Para la reflexión personal
• En el campo existe todo mezclado: cizaña y trigo. En el campo de mi vida ¿qué prevalece: el trigo o la cizaña?
• ¿Has intentado conversar con otras personas para descubrir el sentido de alguna parábola?
Oración final
Feliz quien se apoya en el Dios de Jacob,
quien tiene su esperanza en Yahvé, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en ellos;
que guarda por siempre su lealtad. (Sal 146,5-6)
(fuente: ocarm.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario