(27/05/2015)
Libro de Eclesiástico 36, 1-2a.5-6.13-19.
Ten piedad de nosotros, Dueño soberano, Dios de todas las cosas, y mira, infunde tu temor a todas las naciones. Levanta tu mano contra las naciones extranjeras y que ellas vean tu dominio. Renueva los signos y repite las maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho. Despierta tu furor y derrama tu ira, suprime al adversario y extermina al enemigo. Llena a Sión de alabanzas por tu triunfo, y a tu pueblo, cólmalo de tu gloria. Da testimonio a favor de los que tú creaste en el principio, y cumple las profecías anunciadas en tu Nombre. Dales la recompensa a los que te aguardan, y que se compruebe la veracidad de tus profetas. Escucha, Señor, la oración de los que te suplican, conforme a la bendición de Aarón sobre tu pueblo, para que todos los que viven en la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno. El estómago asimila toda clase de alimentos, pero hay unos mejores que otros. El paladar distingue los manjares y el corazón inteligente descubre las mentiras.
Salmo 79(78), 8.9.11.13.
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
Y nosotros, que somos tu pueblo
y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.
del Evangelio según San Marcos 10, 32-45.
Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: "Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará". Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". "Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados". Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
LECTIO DIVINA
Oración inicial: Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios; gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica. Por nuestro Señor.
Reflexión
• El evangelio de hoy presenta el tercer anuncio de la pasión y, de nuevo, como en las veces anteriores, muestra la incoherencia de los discípulos (cf. Mc 8,31-33 e Mc 9,30-37). Mientras que Jesús insistía en el servicio y en la entrega de su vida, ellos seguían discutiendo sobre los primeros puestos en el Reino, uno a la derecha y el otro a la izquierda del trono. Y todo esto indica que los discípulos ¡seguían ciegos! Señal de que la ideología dominante de la época había penetrado profundamente en su mentalidad. A pesar de la convivencia de varios años con Jesús, todavía no habían renovado su manera de ver las cosas. Miraban hacia Jesús con la vieja mirada. Querían una retribución por el hecho de seguir a Jesús.
• Marcos 10,32-34: El tercer anuncio de la pasión. Ellos van camino de Jerusalén. Jesús los precede. Tiene prisa. Sabe que van a matarlo. El profeta Isaías lo había anunciado ya. (Is 50,4-6; 53,1-10). Su muerte no es fruto de un destino ciego o de un plan ya preestablecido, sino que es la consecuencia del compromiso asumido con la misión que recibió del Padre al lado de los excluidos de su tiempo. Por esto, Jesús alerta a los discípulos sobre la tortura y la muerte a la que se va a enfrentar, allí en Jerusalén. Pues el discípulo tiene que seguir a su maestro, aunque fuera para sufrir como él. Los discípulos estaban espantados, y los que le seguían estaban con miedo. No entendían lo que estaba aconteciendo. El sufrimiento no se combinaba con la idea que ellos tenían del mesías.
• Marcos 10,35-37: Piden el primer puesto. Los discípulos no sólo no entendían, sino que seguían con sus ambiciones personales. Santiago y Juan piden un lugar preferencial en la gloria del Reino, uno a la derecha y el otro a la izquierda de Jesús. Quieren ¡adelantarse a Pedro! No entienden la propuesta de Jesús. Estaban preocupados sólo por sus propios intereses. Esto refleja el enfrentamiento y las tensiones que existían en las comunidades, en el tiempo de Marcos, y que existen hasta hoy en nuestras comunidades. En el evangelio de Mateo es la madre de Santiago y de Juan la que pide para los hijos (Mt 20,20). Probablemente, ante la difícil situación de pobreza y de falta de empleo creciente en aquella época, la madre intercede por los hijos e intenta garantizar el que tengan un empleo en la venida del Reino del que Jesús hablaba tanto.
• Marcos 10,38-40: La respuesta de Jesús. Jesús reacciona con firmeza: “No sabéis lo que pedís”. Y pregunta si son capaces de beber el cáliz que él, Jesús, beberá, y si están dispuestos a recibir el bautismo que él va a recibir. ¡Es el cáliz del sufrimiento, el bautismo de sangre! Jesús quiere saber si ellos, en vez de un lugar destacado, aceptan entregar la vida hasta la muerte. Los dos responden: “¡Podemos!” Parece una respuesta de labios para fuera, pues a los pocos días, abandonarán a Jesús y lo dejarán solo en la hora del sufrimiento (Mc 14,50). Ellos no tienen mucha conciencia crítica, ni perciben su realidad personal. Cuanto al lugar destacado, de honra, en el Reino al lado de Jesús, quien lo da es el Padre. Lo que el Jesús tiene para ofrecer es el cáliz y el bautismo, el sufrimiento y la cruz.
• Marcos 10,41-44: Entre vosotros no sea así. Al final de la instrucción sobre la Cruz, Jesús habla, de nuevo, sobre el ejercicio del poder (Mc 9,33-35). En aquel tiempo, los que detenían el poder en el Imperio Romano no tenían en cuenta a la gente. Actuaban según entendían (Mc 6,17-29). El Imperio Romano controlaba el mundo y lo mantenía sometido por la fuerza de las armas y, así, a través de tributos, impuestos y tasas, conseguía concentrar la riqueza de la gente en mano de pocos allá en Roma. La sociedad estaba caracterizada por el ejercicio represivo y abusivo del poder. Jesús tenía otra propuesta. Dice: “¡Entre vosotros no ha de ser así! El que quiera ser grande entre vosotros, será vuestro servidor.” El enseña contra los privilegios y contra la rivalidad. Invierte el sistema e insiste en el servicio como remedio en contra de la ambición personal. La comunidad tiene que presentar una alternativa para la convivencia humana.
• Marcos 10,45: El resumen de la vida de Jesús. Jesús define su misión y su vida: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”. Jesús es el Mesías Siervo, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Aprendió de su madre que dijo al ángel: “¡He aquí la esclava del Señor!” (Lc 1,38). Propuesta totalmente nueva para la sociedad de aquel tiempo. En esta frase en la que él define su vida, aparecen los tres títulos más antiguos, usados por los primeros cristianos para expresar y comunicar a los demás lo que Jesús quería indicar al usarlos: Hijo del Hombre, Siervo de Yavé, Rescate de los excluidos (libertador, salvador). Humanizar la vida, Servir a los hermanos y a las hermanas, Acoger a los excluidos.
Para la reflexión personal
• Santiago y Juan pidieron el primer puesto en el Reino. Hoy mucha gente reza a Dios pidiendo dinero, promoción, sanación, éxito. Yo, ¿qué es lo que busco en mi relación con Dios y qué le pido en la oración?
• Humanizar la vida, Servir a los hermanos y a las hermanas, Acoger a los excluidos. Es el programa de Jesús, y nuestro programa. ¿Cómo lo estoy llevando a cabo?
Oración final
Yahvé ha dado a conocer su salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
se ha acordado de su amor y su lealtad
para con la casa de Israel. (Sal 98,2-3)
(fuente: ocarm.org)
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