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miércoles, 18 de marzo de 2015

"El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió"

Miércoles de la cuarta semana de Cuaresma
18 Marzo de 2015

Libro de Isaías 49, 8-15.

Así habla el Señor: En el tiempo favorable, yo te respondí, en el día de la salvación, te socorrí. Yo te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir las herencias devastadas, para decir a los cautivos: "¡Salgan!", y a los que están en las tinieblas: "¡Manifiéstense!". Ellos se apacentarán a lo largo de los caminos, tendrán sus pastizales hasta en las cumbres desiertas. No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua. De todas mis montañas yo haré un camino y mis senderos serán nivelados. Sí, ahí vienen de lejos, unos del norte y del oeste, y otros, del país de Siním. ¡Griten de alegría, cielos, regocíjate, tierra! ¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de sus pobres! Sión decía: "El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí". ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!


Salmo 145(144), 8-9.13cd-14.17-18.

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.

El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.


del Evangelio según San Juan 5, 17-30.

Jesús dijo a los judíos: "Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo".
Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.
Entonces Jesús tomó la palabra diciendo: "Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere. Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida. Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán.
Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.
No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.
Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.



LECTIO DIVINA

Oración inicial: Señor, Dios nuestro, que concedes a los justos el premio de sus méritos y a los pecadores que hacen penitencia les perdonas sus pecados, ten piedad de nosotros y danos, por la humilde confesión de nuestras culpas, tu paz y tu perdón. Por nuestro Señor.

Reflexión

• El Evangelio de Juan es distinto de los otros tres. Revela una dimensión más profunda que sólo la fe consigue percibir en las palabras y en los gestos de Jesús. Los Padres de la Iglesia decían que el Evangelio de Juan es “espiritual”, revela aquello que el Espíritu hace descubrir en las palabras de Jesús (cf. Jn 16,12-13). Un bonito ejemplo de esta dimensión espiritual del evangelio de Juan es el pasaje que meditamos hoy.

• Juan 5,17-18: Jesús explicita el significado profundo de la curación del paralítico. Criticado por los judíos por haber curado en un día de sábado, Jesús responde “Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo”. Los judíos enseñaban que en el día de sábado no se podía trabajar, pues Dios mismo descansó y no trabajó en el séptimo día de la creación (Ex 20,8-11). Jesús afirma lo contrario. El dice que el Padre no paró de trabajar hasta ahora. Por esto, Jesús también trabaja hasta en un día de sábado. ¡El imita al Padre! Para Jesús, la obra criadora no terminó. Dios sigue trabajando, sin cesar, día y noche, sustentando el universo y a todos nosotros. Jesús colabora con el Padre dando continuidad a la obra de la creación, para que un día todos puedan entrar en el reposo prometido. La reacción de los judíos fue violenta. Querían matarle por dos motivos: por negar el sentido del sábado, y por considerarse igual a Dios.

• Juan 5,19-21: El amor deja transparentar la acción creadora de Dios. Estos versículos revelan algo del misterio de la relación entre Jesús y el Padre. Jesús, el hijo, vive en atención permanente ante el Padre. Aquello que ve hacer al Padre, lo hace también él. Jesús es el reflejo del Padre. ¡Es la cara del Padre! Esta atención total del Hijo al Padre, hace que el amor del Padre pueda entrar en el Hijo, y a través del Hijo, pueda realizar su acción en el mundo. La gran preocupación del Padre es vencer la muerte y hacer vivir. La curación del paralítico fue una manera de sacar a las personas de la muerte y hacerlas vivir. Es una manera de dar continuidad a la obra creadora del Padre.

• Juan 5,22-23: El Padre no juzga, pero confía el juicio al hijo. Lo decisivo en la vida es la manera en que nos colocamos ante el Creador, pues dependemos radicalmente de él. El Creador se hace presente para nosotros en Jesús. En Jesús habita la plenitud de la divinidad (Cf. Col 1,19). Por esto, expresamos nuestra postura ante Dios Creador en la manera en que nos definimos ante Jesús. Lo que el Padre quiere es que lo conozcamos y lo honremos en la revelación que El hace de sí mismo en Jesús.

• Juan 5,24: La vida de Dios en nosotros a través de Jesús. Dios es vida, es fuerza creadora. Allí donde él se hace presente, la vida renace. El se hace presente mediante la Palabra de Jesús. Quien escucha la palabra de Jesús como enviado de Dios ya está resucitado. Ya recibió el toque vivificador que lo lleva más allá de la muerte. Ya pasó de la muerte a la vida. La curación del paralítico es la prueba de ello.

• Juan 5,25-29: La resurrección ya está aconteciendo. Los muertos somos todos nosotros que todavía no nos abrimos a la voz de Jesús que viene del Padre. Pero “llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán”. Con la palabra de Jesús, venida del Padre se inició una nueva creación. Ya está en camino. La palabra creadora de Jesús va a alcanzar a todos, también a los que ya murieron. Ellos oyeron y murieron.

• Juan 5,30: Jesús es el reflejo del Padre. “Yo no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”. Esta frase final es el resumen de todo lo que fue reflexionado anteriormente. Esta era la idea que las comunidades del tiempo de Juan tenían e irradiaban respecto a Jesús.

Para la reflexión personal

• ¿Cómo te imaginas la relación entre Jesús y el Padre?
• ¿Cómo vives la fe en la resurrección?

Oración final

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. (Sal 144)

(fuente: ocarm.org)

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