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jueves, 15 de octubre de 2015

los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo

Jueves de la vigésima octava semana del tiempo ordinario
(15/10/2015)

Carta de San Pablo a los Romanos 3, 21-30. 

Pero ahora, sin la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas: la justicia de Dios, por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay ninguna distinción: todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús. El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe. De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia: en el tiempo de la paciencia divina, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, y en el tiempo presente, siendo justo y justificado a los que creen en Jesús. ¿Qué derecho hay entonces para gloriarse? Ninguna. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho? ¿Por la ley de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque nosotros estimamos que el hombre es justificando por la fe, sin las obras de la Ley. ¿Acaso Dios es solamente el Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Evidentemente que sí, porque no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos circuncidados como a los paganos incircuncisos.


Salmo 130(129), 1-2.3-4b.4c-6.

Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria.

Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
para que seas temido.

Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera al Señor,
más que el centinela la aurora.


Evangelio según San Lucas 11, 47-54.

Dijo el Señor: «¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuanta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden.» Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.





LECTIO DIVINA

Oración inicial: Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro Señor.

Reflexión

• De nuevo, por enésima vez, el evangelio de hoy habla del conflicto entre Jesús y las autoridades religiosa de la época.

• Lucas 11,47-48: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros erigís monumentos”. Mateo dice que se trata de escribas y de fariseos (Mt 23,19). La lógica de Jesús es clara. Si los padres mataron a los profetas y los hijos construyen los túmulos, es porque los hijos aprueban los crímenes cometidos por los padres. Además de esto, todo el mundo sabe que el profeta muerto, no incomoda. De este modo, los hijos se vuelven testigos y cómplices del mismo crimen (cf. Mt 23,29-32).

• Lucas 11,49-51: Pedir cuenta de la sangre derramada desde la creación del mundo. “Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los matarán y perseguirán, para que se pidan a esta generación cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación”. Comparado con el evangelio de Mateo, Lucas acostumbra ofrecer una versión abreviada del texto de Mateo. Pero aquí aumenta la observación: “derramado desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel”. Hizo lo mismo con la genealogía de Jesús. Mateo, que escribía para los judíos convertidos, empieza con Abrahán (Mt 1,1.2.17), mientras que Lucas va hasta Adán (Lc 3,38). Lucas universaliza e incluye a los paganos, pues escribe su evangelio para los paganos convertidos. La información sobre el asesinato de Zacarías en el Templo la da el libro de las Crónicas: “Entonces el espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, que, presentándose delante del pueblo, les dijo: ‘Así dice Dios: ¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahvé? No tendréis éxito, porque habéis abandonado a Yahvé, él os abandonará a vosotros.’ Mas ellos conspiraron contra él y, por mandato del rey lo apedrearon en el atrio de la casa de Yahvé”. (2Cr 24,20-21). Jesús conocía la historia de su pueblo hasta en las minucias. Sabe que va a ser el siguiente en la lista de Abel, hasta Zacarías. Hasta hoy la lista sigue abierta. Mucha gente ha muerto por causa de la justicia y de la verdad.

• Lucas 11,52: “Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido.”. ¿Cierran el Reino? ¿Y cómo lo hacen? Piensan tener el monopolio de la ciencia respecto de Dios y de la ley de Dios e imponen su manera de ver a los demás, sin dejar margen a otra idea, a una idea diferente. Presentan a Dios como a un juez severo y en nombre de Dios imponen leyes y normas que no tienen nada que ver con los mandamientos de Dios, falsifican la imagen del Reino y matan en los demás el deseo de servir a Dios y al Reino. Una comunidad que se organiza alrededor de este falso dios “no entra en el Reino”, ni tampoco es expresión del Reino, e impide que sus miembros entren en el Reino Es importante notar la diferencia entre Mateo y Lucas. Mateo habla de entrada en el Reino de los cielos y redacta en la forma verbal del presente: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar” (Mt 23,13). La expresión entrar en el Reino de los Cielos puede significar entrar en el cielo después de la muerte, pero es más probable que se trate de entrada en la comunidad alrededor de Jesús y en las comunidades de los primeros cristianos. Lucas habla de llave de la ciencia y la frase está redactada con el verbo en pasado. Lucas simplemente constata que la pretensión de los escribas de poseer la llave de la ciencia respecto de Dios y de la ley de Dios les impide reconocer a Jesús como Mesías e impide al pueblo judío el hecho de reconocer a Jesús como Mesías: Os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido. • Lucas 11,53-54: Reacción en contra de Jesús. La reacción de las autoridades religiosas contra Jesús fue inmediata. “Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca. Al considerarse los únicos y verdaderos intérpretes de la ley de Dios, tratan de provocar a Jesús alrededor de la interpretación de la Biblia para poder cazar con insidias algunas palabras de su boca. Así continúa y crece la oposición contra Jesús y crece el deseo de eliminarlo (Lc 6,11; 11,53-54; 19,48; 20,19-20; 22,2).

Para la reflexión personal

• Muchas personas que querían entrar fueron impedidos o dejaron de creer por causa de las actitudes anti-evangélicas de sacerdotes. ¿Tienes experiencias de este tipo?
• Los escribas comenzaron a criticar a Jesús que pensaba y actuaba de forma distinta. No es difícil encontrar motivos para criticar a quien piensa de forma distinta a mí. ¿Tienes experiencias de este tipo de cosas?

Oración final

Yahvé ha dado a conocer su salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
se ha acordado de su amor y su lealtad
para con la casa de Israel. (Sal 98,2-3)

(fuente: ocarm.org)

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